Pedro M. Dillinger entre Chile y Alemania •
Estoy sentado en el avión y disfruto de la vista. Me viene a la mente la canción de Reinhard Mey: «Por encima de las nubes, la libertad debe ser ilimitada…»(Über den Wolken). —
La palabra «ilimitada» recorre mi cabeza, me ocupa.
Las formaciones de nubes, el juego de colores, la inmensidad, «ilimitado», eso encaja.
Mi asiento, bueno, estrecho, poco espacio para las piernas, ¿»ilimitado»? Más bien no.
Elijo la vista por la ventanilla.
Pascua. Sin límites
La Pascua ha ampliado los límites de nuestra imaginación. Nos invita a mirar por la ventana: «sin límites».
En estos días nos ponemos en camino. Él camina con nosotros, dándonos la experiencia de un corazón en llamas, acompañándonos en nuestro viaje. Nos invita a mirar a través de la «ventana» y no a las «fronteras».
Camina con nosotros en las buenas y en las malas. Él está ahí.
A veces mira con nosotros a través de la «ventana», a veces toma asiento a nuestro lado, comparte nuestras limitaciones.
Nos libera de nuevo invitándonos a mirar por la ventana.
Mis pensamientos dan vueltas, se atascan, «vuelan» – la vista a través de la ventana me conmueve y me inspira.
Pentecostés puede llegar
Él me regala de antemano su ayuda, el Espíritu Santo.
Os invito a que os atreváis a mirar por la ventana, y os aseguro que su asistencia llegará.
En ese momento, la azafata pide cortés pero firmemente que se cierren las persianas. El avión se oscurece. Interrumpe mis pensamientos y se convierte en una herramienta; Dios quiere llamar mi atención sobre el hecho de que en realidad debería estar trabajando en algo…
La libertad debe ser ilimitada
Todos los miedos, todas las preocupaciones
Dicen
Se esconderían debajo
Y entonces lo que nos parece grande e importante
De repente nada y pequeño.
Original: alemán. Traducción: Roberto González, Bonn, Alemania
