Vínculos que trascienden el tiempo y la distancia

MÉXICO, Eduardo A. Shelley •

Hace 11 años, nuestros caminos se cruzaron por primera vez. Cassio Leal y Daniela Gomes fueron magníficos anfitriones nuestros en la breve escala que hicimos en Sao Paulo rumbo a Asunción, Paraguay. Ahora fue el turno de Cassio de estar en Monterrey y visitarnos. —

En 2010 mi esposa Marimar y yo, junto con otros cinco matrimonios de Monterrey, nos ofrecimos de voluntarios para llevar el Fortalecimiento Matrimonial a Paraguay (una experiencia fascinante, por decir lo menos). Nuestro itinerario a Asunción incluía una escala de casi 12 horas en Sao Paulo, por lo que pensé que sería una buena idea conocer un poco de la ciudad. ¿A quién podría pedirle que fuera nuestro guía y que además hablara español? ¿Podría ser alguno de mis colegas de Schoenstatt.org? ¿Cassio?

Un recorrido corto pero inolvidable

Aunque Cassio y yo teníamos en común nuestra participación en Schoenstatt.org escribiendo o traduciendo artículos, nunca nos habíamos visto en persona, ni siquiera en foto, ni teníamos una relación personal. Aun así, Cassio acogió con entusiasmo la idea y organizó, junto con Daniela, un itinerario extraordinario para los dos matrimonios que viajamos juntos. Rentaron un vehículo, pasaron por nosotros al aeropuerto, conocimos un poco de la ciudad, comimos una rica feijoada y fuimos al santuario de Jaragua. A pesar de nunca habernos visto antes, nos recibieron como hermanos y sentí por primera vez la fuerza de los vínculos schoenstattianos que no saben de fronteras o idiomas. Mis compañeros de viaje estaban asombrados del recibimiento y atención que nos brindaron.

Un alegre reencuentro

Cassio tiene vínculos con muchas personas en México que desarrolló cuando pertenecía a la Juventud Masculina. Hace algunos días nos avisó que venía a una boda y que le gustaría visitarnos. Desafortunadamente era un día laboral y no teníamos mucho tiempo disponible, pero pudimos ir a un restaurante de comida mexicana, donde probó sopa de tortilla y enmoladas, regadas con agua de Jamaica. Platicamos y recordamos con gusto las anécdotas de esa escala en Sao Paulo tan breve pero que quedó marcada para siempre en nuestra memoria. Los vínculos que se forjaron hace 11 años siguen fuertes y vigentes. ¡Nos une la alianza de amor con la Mater!

Comenta Cassio: “Por la pandemia, tuvimos que encerrarnos por muchos meses, muchas cosas cambiaron y ahora nos toca viajar con mucha precaución. México es uno de mis países favoritos y para mí es un honor y gran alegría volver a esta tierra.

Eduardo y Marimar tienen una familia hermosa y es la segunda vez que me reciben en su casa. Estar con ellos es sentir la gracia del acogimiento y ver que los schoenstattianos se hacen familia donde sea, en cualquier parte del mundo. En ese corto, pero agradable encuentro, recordamos su viaje a São Paulo y compartimos una rica comida mexicana. Eso para mí, es uno de los mejores regalos que me ha dado Schoenstatt: llegar a un lugar y sentirme parte de una misma familia. Gracias a esa linda familia por siempre recibirme con tanto cariño y gracias a schoenstatt.org por crear vínculos, sin importar las fronteras y llegar a tantas partes del mundo”.

Cássio: «No pude subir a la montaña para visitar el Santuario de Monterrey porque la vía está cerrada. Pero Ella siempre me encuentra y aquí cerquita donde estoy encontré esa hermosa ermita de la Mater, en Santa Engracia».