H3M (histórias de 3 minutos), Juan Zaforas •
Tras muchos esfuerzos y sacrificios de todos durante más de un año y gracias a las vacunas, poco a poco vamos retomando algunas de las costumbres y hábitos de nuestra vida anterior al COVID, pero aún somos muy prudentes de encontrarnos unos con otros a pesar de echarlo mucho de menos. —
Es curioso, pero seguramente preocupados por no contagiarnos y proteger a los nuestros, además de las ocupaciones del día a día, no hemos sido muy conscientes de lo que nos estábamos perdiendo por la falta del contacto físico con nuestros amigos y que de ninguna manera lo ha llenado el WhatsApp o las video conferencias.
Mi mujer y yo, ya vacunados, decidimos en las últimas semanas reunirnos a comer con algunos matrimonios amigos. En las dos ocasiones que lo hemos hecho, ha sido con todas las medidas precisas y en terrazas al aire libre.
Ha sido increíble el reencuentro tras tantos meses de sequía, sin duda había mucho que compartir, pero siendo esto importante, aún lo es más el haber tomado conciencia de lo que representan para nosotros y su cercanía de corazón que hace que recorramos juntos el camino de la vida.
Está claro que el encuentro personal y el contacto físico, aunque siga siendo aún limitado, nos alimenta de unos a otros y debemos ponerlo en valor.
Nuestra experiencia, que ahora compartimos a través de esta breve historia, es que tenemos que disfrutar y aprovechar siempre los encuentros ya que no es evidente poder tenerlos siempre ahí, tal y como tan duramente ha ocurrido a causa de la pandemia.
Si algo nos caracteriza a los Schoenstattianos es el VÍNCULO, y la pandemia nos toco medularmente nuestra esencia.
Que bueno que volvamos a estar en VÍNCULO. No dejemos que la nueva normalidad nos quite eso.
Vamos a estar bien!!!