Publicado el 2018-07-03 In Vida en alianza

Se enciende la vida en el 2do Encuentro Internacional de Madrugadores en Costa Rica

COSTA RICA, Comisión Central 2do Encuentro Internacional de Madrugadores en Costa Rica •

Han pasado dos años y dos meses desde que aquel 24 de abril de 2016, cuando dijimos: «Seremos fuego, encenderemos vida». Ahora Costa Rica fue sede del Segundo Encuentro Internacional de Madrugadores para las regiones de Norteamérica, Centroamérica, Caribe y Norte de Sudamérica.

Durante este tiempo el fuego creció y se fundaron seis nuevas comunidades de madrugadores en Costa Rica, una de ellas en el Santuario Familia de Esperanza, al cual peregrinan distintas comunidades para celebrar ocasiones especiales como sus aniversarios de fundación.

Al relevo de Puerto Rico

Así como crece el fuego, se afrontaron situaciones, dificultades y desafíos. Puerto Rico, planificado como sede del 2do Encuentro Internacional de Madrugadores 2018, fue devastado por dos huracanes y se vieron obligados a tomar la difícil decisión de declinar el evento. Sintiendo el llamado de la Mater, Costa Rica asumió el reto y comenzó rápidamente a coordinar toda la logística para llevar a cabo este encuentro en suelo tico.

Liderados por el actual coordinador general, Carlos Alfaro, y apoyados por coordinadores de las diferentes comunidades, se logró reunir a 130 varones de Costa Rica y países de la región como Chile, México, Colombia, Ecuador y Perú.

Una resultante creadora

Las experiencias compartidas, las charlas, talleres y momentos de oración fueron vividas de forma intensa por todos los madrugadores, desde la presentación de las comunidades en la noche del viernes, así como la madrugada del sábado y la vigilia ante el Santísimo. El encuentro se cerró con la misa de clausura en el Santuario Familia de Esperanza, donde 74 valerosos hombres sellaron su Alianza de Amor con la Mater, como prueba real de la resultante creadora de estos ya casi 11 años de madrugar en Costa Rica, y que apoyados por la luz y norte que nos dan los hermanos mayores de Chile, son un derrotero de que la misión está más que clara: «Mantengamos viva la llama».

¡La Mater y nuestro Señor nos han regalado nuevamente un fin de semana maravilloso, donde encontramos las vivencias de comunidades de hombres orantes y dispuestos a traer a más hombres a los pies del Señor! ¡Seguimos, madrugada a madrugada, permaneciendo fieles!

 

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