ARGENTINA, Silvia Losada. 18 de septiembre de 2012 en la Ermita de la Virgen de Schoenstatt del Centro de San Miguel de Tucumán, Argentina. Terminado el Rosario de luz, en conmemoración del día de Alianza con la Mater, todos conversan sobre las reformas que se realizarían para hacer más acogedora la ermita: un refugio con techo acrílico, revestimiento de piedra para protegerla de la lluvia, grandes macetas con hermosas plantas…
Llegó el momento de las obras de remodelación, pero trámites burocráticos impidieron continuar con ellas. Los encargados del proyecto, con dolor e impotencia, debieron desistir.
Toda la ilusión de verla imponente, quedó truncada en un momento. Y fue entonces que con desesperación, le preguntaron a la Mater: “¿Por qué?”.
Ella, con dulzura, les respondió: “Porque este, mi humilde hogar, es visitado diariamente por cientos de personas que pasan presurosos para su trabajo o escuela y tocan mi imagen o me envían un furtivo beso. Porque quiero recibir el sol, el frío y la lluvia, como tantas personas que no tienen cobijo. Porque, desde donde estoy, puedo mirar libremente los niños jugando en la plaza, los jóvenes que entran y salen del colegio y cada una de las personas que pasan por mi lado, y mi Hijo las bendice”.
Entonces comprendieron… Esas modificaciones no eran los planes de María, sino los deseos de sus devotos. Y aceptaron…
Tan sólo dos bancos de hierro, el piso de lajas negras y pintura nueva dan un toque distinto al lugar.
Comenzando el año con María
El 2 de enero pasado el Padre Guillermo Mario Cassone bendecía nuevamente la Ermita.
Caía la tarde mientras las Avemarías del rosario eran rezadas con devoción y las velas alumbraban la imagen peregrina y la Cruz de la unidad.
Al despedirse, algunas personas notaron una amplia sonrisa en el rostro de la Mater.
Desde esa sencilla y hermosa Ermita…
CON CRISTO, SU HIJO, NOS BENDIGA LA VIRGEN MARÍA!
