EN POCAS PALABRAS, P. Joaquín Alliende L. Nuestro fundador señaló que hay dos formas legítimas de la fe en Jesucristo. Creemos que Él es cien por ciento Dios y cien por ciento Hombre. Usando las mismas palabras, se les puede dar un acento diferente: Él es Hombre Dios. Él es Hombre Dios.
¿Cuál sería el acento del 18 de Octubre de 1914?
Muchos schoenstattianos responderán: Hombre Dios. Contestan así reaccionando a visiones naturalistas de Cristo. En América Latina, a veces se ha predicado unilateralmente a un Cristo reformador social. En los países ricos, se ha caído más en la aberración de predicar a un Jesús New Age.
El P. José Kentenich: “Yo acentúo: Hombre Dios”
Un carisma mariano, es encarnacional: subraya que el Hijo de Dios tomó carne nuestra y entró en el tráfago de la historia de un pueblo concreto, con fecha y geografía propias. Sí, Él es “bendito fruto de tu vientre” (Ave María). No es angelical, no es sólo divinal, es carnal-divinal. Lo mariano nos lo acerca. Schoenstatt vive la calidez humana del Verbo. Rezamos cada noche con el Hacia el Padre: “…porque en la vida de María, el esplendor solar de Cristo nos lo hiciste llegar con cercanía tan humana” (Hacia el Padre 232).
En 1914, el “jansenismo” aun impregnaba la devoción católica, más que hoy. Schoenstatt es la antípoda del jansenismo, herejía que sobre-acentúa al “Dios de tremenda Majestad”, jibarizando al “Dios de infinita Bondad”.
Nuestro centenario coincide con el año de la canonización del mariano Juan Pablo II. Él asumió con fuerza el mensaje de Santa Faustina, la nueva propulsora de Jesús Misericordia, como pórtico del tercer milenio. Todo un signo de los tiempos 2014. Tal vez haya una clave kentenijiana para descifrar esta voz de los tiempos. El dijo: “Schoenstatt venera al Sagrado Corazón, por ser intrínsecamente Movimiento de infancia espiritual, ya que el Corazón de Cristo es corazón filial ante el Padre y ante su Madre María”.
Este 18 de octubre, en el Santuario Original, nos entregarán un crucifijo de la biunidad Cristo María…
