Publicado el 2014-05-29 In Francisco - iniciativas y gestos

Francisco en Jerusalén – “Logramos”: abrazos de amigos

TIERRA SANTA/ROMA, org. “En los momentos delicados necesitamos personas sabias y que nos quieran bien, Dios mismo nos aconseja en nuestro interior en la intimidad con él y a través de la voz y el testimonio de los hermanos”, dijo el Papa Francisco hace poco en una Misa en Santa Marta.  Sabe lo que significan amigos y amistades. El fortísimo abrazo de tres líderes religiosos -un judío, un cristiano y un musulmán- frente al Muro de Jerusalén marcó el momento cumbre de la última jornada del Papa Francisco en Tierra Santa. Fue un abrazo de amigos, el cumplimiento de un sueño y la indicación del camino hacia la paz, y no solo en Medio Oriente.

Cuando el Santo Padre terminó de rezar en el lugar más sagrado de los judíos, el rabino Abrahán Skorka y el líder musulmán argentino Omar Abboud, salieron a su encuentro emocionados. Los tres hombres se fundieron en un abrazo y un comentario: «¡Lo logramos!». El viejo sueño alimentado por la amistad de los tres en Buenos Aires se hizo realidad ante el mundo entero, ofreciendo la mejor fórmula para superar la pesadilla de los enfrentamientos religiosos: respeto y afecto entre personas de buena voluntad.

“Con el Papa Francisco hemos soñado encontrarnos juntos frente al Muro de las Lamentaciones, abrazados para dar un signo a los 2000 años de desacuerdos entre judíos y cristianos, y que yo lo acompañara a Belén para estar cerca de él en un momento tan significativo para su espíritu, como gesto de amistad y de respeto”, había comentado Abrahán Skorka en una entrevista al director de La Civiltà Cattolica, padre Antonio Spadaro.

Nos llama a todos nosotros “mis hermanos”

La noche anterior, en el Santo Sepulcro tuvo lugar el “abrazo de los cristianos separados”.

“Es una gracia extraordinaria estar aquí reunidos en oración. El Sepulcro vacío – expresó Francisco – es el lugar desde el que parte el anuncio de la Resurrección: “No teman, yo se que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos”… Todo bautizado en Cristo, ha resucitado espiritualmente desde este Sepulcro, dijo Francisco y exclamó: “¡No nos dejemos robar el fundamento de nuestra esperanza!, que es precisamente este ¡Cristo ha resucitado! ¡No privemos al mundo del gozoso anuncio de la Resurrección! Y no seamos sordos al fuerte llamado a la Unidad que resuena precisamente desde este lugar, en las palabras de Aquél que, resucitado, nos llama a todos nosotros “mis hermanos”.

Francisco afirmó que las divergencias no deben asustarnos. Y habló del ecumenismo de la sangre: “Cuando cristianos de diversas confesiones se encuentran para sufrir juntos, unos al lado de los otros» – explicó – y manifestó que “aquellos que por odio a la fe, asesinan y persiguen a los cristianos, no les preguntan si son ortodoxos o son católicos, ¡son cristianos y la sangre cristiana es la misma!”.

El Custodio de Tierra Santa, el franciscano Pizzaballa, que conoce bien la situación y conflictos de la región, dijo a Radio Vaticana: “me parecía estar soñando” cuando se le preguntó qué había sentido cuando vio a tantas personas diversas unidas en oración ante la tumba vacía; así lo comenta el P. Guillermo Ortiz en Radio Vaticano.

Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer

Resuena aún y debe resonar siempre… ¿Qué se puede decir frente al horror inexpresable, frente de lo que seres humanos han sido capaces de hacer contra seres humanos? Un periodista alemán, Torsten Teichmann,  comenta, visiblemente emocionado, los momentos en el monumento del Holocausto: “Esto no fue una muestra de consternación debida. Este hombre es auténtico en su vergüenza y dolor. No me avergüenzo de mis lágrimas…“.

Ese grito: “¿Dónde estás?”, aquí, ante la tragedia inconmensurable del Holocausto, resuena como una voz que se pierde en un abismo sin fondo…
Hombre, ¿quién eres? Ya no te reconozco.
¿Quién eres, hombre? ¿En qué te has convertido?
¿Cómo has sido capaz de este horror?
¿Qué te ha hecho caer tan bajo?

¿Quién te ha corrompido? ¿Quién te ha desfigurado?
¿Quién te ha contagiado la presunción de apropiarte del bien y del mal?
¿Quién te ha convencido de que eres dios? No sólo has torturado y asesinado a tus hermanos sino que te los has ofrecido en sacrificio a ti mismo, porque te has erigido en dios.

Señor, escucha nuestra oración, escucha nuestra súplica, sálvanos por tu misericordia. Sálvanos de esta monstruosidad.
Señor omnipotente, un alma afligida clama a ti. Escucha, Señor, ten piedad.
Hemos pecado contra ti. Tú reinas por siempre (cf. Ba 3,1-2).
Acuérdate de nosotros en tu misericordia. Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida.
¡Nunca más, Señor, nunca más!”

Algo como el holocausto es único en la historia de la humanidad. Incomparable.

Sin embargo, aun hoy hay seres humanos que destruyen la vida, los sueños de vida, los proyectos de vida  de otros por pura envidia, por ganas de poder… en estados, en empresas, en familias, en la Iglesia, en Schoenstatt.

“Señor, danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer…”.

Ni las minas pueden con el carisma arrollador del Papa Francisco

«El Papa viene a un campo minado». Lo aseguraba el padre David Neuhaus, el número dos del Patriarcado latino de Jerusalén. “Pero ni las minas pueden con el carisma arrollador del Papa Francisco. En sus tres días en Tierra Santa desactivó las minas del odio multisecular de la división y del recelo, para sembrar sobre ellas las rosas del diálogo, de la reconciliación, de la unidad, de la paz y de la esperanza. Hacia adentro y hacia afuera“, comenta José Manuel Vidal, periodista español.

Todo culmina en la Misa en el Cenáculo de Jerusalén. El mismo lugar donde hace más de dos mil años Jesús se despidió de sus discípulos, partió el pan, bendijo el vino, lo compartió y les pidió que hicieran eso en memoria suya. Allí Francisco presidió una Eucaristía. “Una vuelta a los orígenes de un Papa que representa como nadie a los primeros cristianos por su autenticidad y su compromiso. Aquí nació la Iglesia», dijo Francisco“, se lee en un comentario de Jesús Bastante, periodista de España.

“El Cenáculo, finalmente, nos recuerda el nacimiento de la nueva familia, la Iglesia, constituida por Cristo resucitado”, dice Francisco. “Una familia que tiene una Madre, la Virgen María. Las familias cristianas pertenecen a esta gran familia, y en ella encuentran luz y fuerza para caminar y renovarse mediante las fatigas y las pruebas de la vida. A esta gran familia están invitados y llamados todos los hijos de Dios de cualquier pueblo y lengua, todos hermanos e hijos de un único Padre que está en los cielos.

Este es el horizonte del Cenáculo: el horizonte del Resucitado y de la Iglesia.

De aquí parte la Iglesia hacia afuera, animada por el soplo del Espíritu. Recogida en oración con la Madre de Jesús, revive siempre la esperanza de una renovada efusión del Espíritu Santo: Envía, Señor, tu Espíritu, y renueva la faz de la tierra (cf. Sal 104,30).

Un ramo de flores

Ahora está de vuelta. Agradeció a todos sus oraciones por esta peregrinación en la audiencia general el miércoles. Y en las primeras horas del martes, El Papa Francisco dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, para dar las gracias a la Virgen por su viaje a Tierra Santa. Estaba sólo el Papa y su chofer y duró alrededor de 30 minutos, después regresó al Vaticano. Ha  ofrecido un ramo de flores a la Virgen, se ha recogido en oración unos minutos y después ha saludado a los fieles presentes. Con un ramo de flores para María, en este mes de mayo, comenzó y terminó su peregrinación.

Ver también:

http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2014/05/27/balance-de-una-peregrinacion-que-pasara-a-la-historia-del-mundo-y-de-la-iglesia-religion-iglesia-francisco-tierra-santa.shtml

http://www.lanacion.com.ar/papa-francisco-en-tierra-santa-t51369

http://www.aica.org/12103-el-papa-francisco-en-tierra-santa.html

Todas las homilías y conferencias, todos los videos y galería de fotos:
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/travels/2014/outside/documents/papa-francesco-terra-santa-2014.html

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Francisco en Jerusalén – “Logramos”: abrazos de amigos

TIERRA SANTA/ROMA, org. “En los momentos delicados necesitamos personas sabias y que nos quieran bien, Dios mismo nos aconseja en nuestro interior en la intimidad con él y a través de la voz y el testimonio de los hermanos”, dijo el Papa Francisco hace poco en una Misa en Santa Marta.  Sabe lo que significan amigos y amistades. El fortísimo abrazo de tres líderes religiosos -un judío, un cristiano y un musulmán- frente al Muro de Jerusalén marcó el momento cumbre de la última jornada del Papa Francisco en Tierra Santa. Fue un abrazo de amigos, el cumplimiento de un sueño y la indicación del camino hacia la paz, y no solo en Medio Oriente.

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