MÉXICO, Ramón Ruiz y Selene Chávez •
El pasado 18 de mayo tuvimos la oportunidad de participar en el 1er Congreso de Empresarios y Ejecutivos Schoenstattianos (CIEES) en México, el cual se llevó a cabo en Monterrey, Nuevo León. —
Nosotros viajamos desde Querétaro, pues nos pareció una excelente oportunidad para conocer testimonios de otras personas que en el día a día llevan a Dios al mundo del trabajo y constatar cómo se puede transmitir y vivir nuestra alianza de amor a través de nuestros colaboradores, con quienes pasamos el mayor tiempo de nuestro día.
Hay mucha tarea por hacer
Regresamos a casa muy motivados para conocer más la pedagogía del P. José Kentenich y aplicarla en nuestras empresas, con nuestros clientes y proveedores, de tal forma que nuestro santuario del trabajo nos motive cada día a hacer las cosas laborales ordinarias de forma extraordinaria, colaborando así con la misión de Schoenstatt: la renovación mariana del mundo en Cristo. Nos dimos cuenta de que podemos influir desde nuestra posición privilegiada en el mundo del trabajo y que hay mucha tarea por hacer.
El valor del trabajo
Tuvimos la oportunidad de estrechar vínculos con otros empresarios y ejecutivos de diferentes lugares del país, conocer qué retos enfrentan en sus empresas para vivir su alianza de amor y la manera positiva en que esto influye en sus colaboradores. Además, descubrimos que nuestro Ideal Personal va ligado al mundo del trabajo y que la familia será siempre ese motor que impulsa a vivir orgánicamente también dentro de nuestra empresa.
Fue una grata experiencia en la que, una vez más, reafirmamos cómo nuestro trabajo es un medio extraordinariamente provechoso en la obra de nuestra propia santificación y desde donde podemos probar con hechos muy concretos que amamos a nuestra querida Virgen María.