Publicado el 2016-12-29 In Obras de la misericordia, Proyectos

Vivir el verdadero sentido de la Navidad en la cárcel de menores

PARAGUAY, por Laura Ruiz Díaz •

El 24 de diciembre, Nochebuena, el equipo de la Pastoral carcelaria junto al P. Pedro Kühlcke fue a la cárcel de menores «Centro Educativo Itauguá» (CEI) para compartir la merienda de Navidad con los jóvenes.

La experiencia me permitió vivir el verdadero sentido de la Navidad en cada rostro sonriente, que gentilmente agradecía nuestra presencia, o en los ojos llorosos de algunos que, por más que trataban de controlar un sentimiento de tristeza, no pudieron disimular. Entonces, los abrazos se hicieron más largos y fuertes. Sentía en el corazón una pena enorme pero a la vez, una paz y una satisfacción de poder estar ahí para consolar y para dar ese cariño y amor tan necesario para todos, y más quizás para estos chicos. Todo esto se lo debo a la Mater, siento tanto su presencia en mi vida y cómo voy cambiando gracias a Ella. Voy entendiendo, cada vez más, la razón por la cual me llevó hasta el CEI: ayudar a los chicos es una experiencia que le está dando un mejor sentido a mi vida. Un sueño hermoso, un artículo justamente de schoenstatt.org y un Padre con un gran corazón fueron los instrumentos que la Mater utilizó para demostrarme su amor, tan inexplicable como generoso y misericordioso, que sin merecerlo, me da las señales para sentirme una hija amada.

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Me dieron el mejor regalo de Navidad

Esta experiencia me llevó a entender la Navidad. Estos chicos me dieron el mejor regalo de Navidad. Mis siete ahijados no recibieron visitas ese día en el CEI. Entonces, me dieron a mí el beso y el abrazo que tenían bien guardado para un ser querido. Uno de ellos me dijo que «todo estuvo muy rico pero lo que más agradezco fue que, en un día especial, estemos juntos aquí”. Me preguntó por mi hija y no realizó ningún comentario más, sólo una mirada tierna y una hermosa sonrisa. Todos estos momentos vividos los guardaré en mi corazón y forman parte de un tesoro mucho más valioso que cualquier riqueza material. Doy gracias a Dios y a la Mater.

De verdad fue tan bonito… Valió la pena ir a pasar una de mis «noches más buenas» con ellos… ¡Gracias!

¿Por qué llamamos BUENA a esta noche?

«Es noche BUENA porque desde entonces, Dios tiene nombre, Jesús; desde esa noche, Dios tiene hermanos, nosotros.

Desde aquella Noche, Dios tiene preferencias: los pobres, los pequeños, los sencillos, los limpios de corazón, los pecadores. Desde aquella noche, todos los caminos son rutas para llegar a Dios: la cárcel, la enfermedad, el dolor, la soledad, la muerte.

Desde aquella Noche, un hombre criminal puede salvarse, una mujer corrupta puede salvarse, un muchacho drogado puede recuperarse, un país demolido puede transformarse, un hogar deshecho puede rehacerse; una empresa fraudulenta puede rectificarse; un corazón blasfemo puede adorar, un incrédulo puede creer y un egoísta puede volver a amar.

Navidad es Dios en la tierra y Dios nacido en familia, para que la humanidad sea familia».

Del libro «Si un Niño no hubiera nacido» – Mons. Vicente F. Zazpe (1920-1984) Obispo argentino – Editorial Bonum, 1977

 

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