PARAGUAY, Misiones Familiares 2016, por Roberto Galeano Monti •
Domingo 1º-7-16 – Parroquia de Ntra. Sra. de La Victoria, Villa Hayes
9,40 hs. – Cerca de la calle se está bendiciendo una ermita en honor a la MTA de Schoenstatt como cierre de un ciclo de las Misiones Familiares. Al otro lado está el templo. En medio de la gente unos jóvenes del pueblo armaron un rosario formado con globos inflados con gas.
9,44 hs. – Los jóvenes lanzan al aire el rosario de globos. Estábamos todos esperando para ver cómo subía hasta lo alto del cielo, hasta el momento en que se lo deja de ver porque se eleva mucho… pero eso no ocurrió.
Segundos después, a 25 metros de altura aproximadamente, ese rosario se abraza literalmente a la cruz principal del templo. Luego de unos minutos, el rosario termina rodeando totalmente a la cruz.
Ella quiere quedarse en este lugar
Pasaron ya algunos días desde que ocurrió esto y aún hoy sigo pensando en lo fuerte que fue ese momento…
Éramos alrededor de trescientas personas observando ese regalo de Dios, una manifestación clara de que Ella quiere quedarse en ese lugar, unida a la Cruz de su Hijo por medio del rosario.
Exactamente igual a los rosarios que tienen las Imágenes Peregrinas de la Campaña del Rosario
Hoy todavía sigo reflexionando sobre esto y voy tomando conciencia de que la parroquia de Ntra. Sra. de La Victoria ¡se convirtió en una «Peregrina gigante»! Ese rosario se elevó hasta entrar directamente dentro de la cruz, exactamente igual a los rosarios que tienen las Imágenes Peregrinas de la Campaña del Rosario.
En este momento, junto a la ermita recién bendecida, teníamos dos Imágenes Auxiliares presenciando esta caricia de la Mater para todo el pueblo de Villa Hayes y para los más de doscientos misioneros que allí estábamos.
Cuando ocurrió esto una señora con lágrimas en los ojos se le acerca al párroco para preguntarle: ¿qué nos quiere decir Dios con esto? Preferí no escuchar la respuesta del sacerdote, quiero seguir buscándola personalmente…
Cada ermita «es como una antena»
Don João Luiz Pozzobon, que inició la Campaña del Rosario en el año 1950, fue un promotor de la construcción de ermitas. Decía que cada ermita «es como una antena que atrae de lo alto, en esta gigantesca Campaña, la fuerza y el don del divino Espíritu Santo». Ese día sucedió esto mismo: tuvimos esa antena en forma de cruz atrayendo nuestra atención, atrayendo nuestra emoción, atrayendo nuestra pasión por seguir misionando con la fuerza del Espíritu Santo, llevando a la Mater para que el pueblo se encuentre con su Hijo…
Por último, Don João también mencionaba lo siguiente: «todos los días veo un pedacito de cielo». Los misioneros también utilizamos esta expresión para intentar explicar lo que se vive y se conquista durante esta semana de Misiones Familiares. A diferencia de otros años, lo que ocurrió esta vez es que pudimos ver de una manera real, clara y tangible ese «pedacito de cielo»… allí en la torre de la parroquia de Villa Hayes lo pudimos ver; en nuestro corazón lo pudimos sentir…
«Ella es la Gran Misionera, Ella obrará milagros».
«Fuego de mi Patria, tu Misión en mi corazón».
