CHILE, Verónica Morandé •
En el tiempo de vacaciones de verano, las familias migrantes del Campamento Yevide siguen trabajando durante las vacaciones de sus hijos, quedando así los niños muchas veces solos, sin tener una actividad entretenida de la cual ocuparse. Para ayudarlos organizamos, como Fundación un, “Taller de Mosaicos” para ellos. —
Conseguimos materiales con la ferretería de los hijos de uno de nuestros directores y emprendimos el nuevo desafío.
En este taller trabajaron: Ignacio, nuestro director ejecutivo; Eliana, trabajadora social de nuestra comunidad “María en el Camino”, quien se ha entregado con gran responsabilidad y Patricia, colaboradora muy vital, miembro del directorio de la fundación.
Este fue el primer taller dedicado a los niños, en el que participaron sólo nueve. En la medida en que fueron trabajando se fueron incentivando cada vez más y realizaron mosaicos muy hermosos.
Algo muy importante de este taller fue que de él surgió el nombre “Casa-Capilla”. Los mismos niños lo expresaron en un mosaico fabricado por ellos en esos días y que pegaron en la puerta.
Se trata del lugar que está prestando el servicio de “espacio común de encuentro, trabajo, esparcimiento y oración”, donde están desarrollando sus capacidades, se encuentran entre ellos, crean amistades, comparten y pueden tener momentos de entretenimiento sano y diverso, con trabajos en común.
De este primer Taller de Mosaicos, surgió la nueva idea de un acompañamiento extraescolar.
“Acompañamiento Extraescolar” a niños de Enseñanza Básica del Campamento Yevide
Todos estos años hemos estado allí tratando de descubrir como contribuir a una mejor calidad de vida de los habitantes del Campamento Yevide, este gran campo de refugiados y migrantes. Partimos colocando el 12 de Septiembre de 2022 la imagen de María, nuestra querida Mater, en una ermita en medio de ellos, pidiéndole a Ella que le abriera camino a su Hijo y permitiera que nosotras pudiéramos realizar un trabajo importante entre esas familias.
Ejecutamos y concretamos un catastro de la población, celebramos la Navidad, les integramos a nuestros talleres de capacitación realizados en nuestra propiedad y también a algunas actividades generales comunes, que les podían ayudar a darse a conocer y a abrirse caminos.
Así comenzamos en el verano de este año a preocuparnos en forma especial de los niños. Algunos quedaban solos, encerrados en sus casas mientras sus padres trabajaban, a veces a cargo de hermanos menores, sin espacios de entretención ni vida comunitaria. Al ser consultados por el tema escolar, algunos manifestaron que sufrían bullying por ser extranjeros. Pero también pidieron apoyo para su vida en la escuela. Ahí surgió primero el Taller de Mosaico al que asistieron nueve niños, en el que descubrimos sus múltiples habilidades y también sus necesidades.
Hemos querido enfocar nuestro actuar en los niños del Campamento, en su educación y en su integración en nuestro país. Por eso nos hemos propuesto implementar un centro de acompañamiento extraescolar para que sea un espacio de diversos aprendizajes, de juego, estudio y cuidado. Queremos que ellos tengan oportunidades que les permitan llegar a ser adultos integrados, preparados y contentos, que aporten a una sociedad más integrada y mejor. Pensamos que un objetivo general tendría que ser fortalecer sus capacidades básicas y desarrollar también otras habilidades nuevas.
Contamos con la “Casa-capilla” como centro de encuentro comunitario
Poco a poco fuimos consiguiendo la necesaria implementación. Un colegio de San Felipe nos regaló sillas y escritorios que ya no usaban y que estaban en buenas condiciones, junto con una pizarra grande.
Fuimos recibiendo también de mucha gente material escolar, útiles, textos, cuadernos, lápices de todo tipo, pizarras, juegos, puzzles, etc.
Elaboramos afiches para darnos a conocer y comenzamos a invitar directamente, para reunirnos con los niños los viernes de 4 a 6 de la tarde. En la actualidad contamos con más de 30 niños muy activos, que llegan felices para participar y crear. Con ellos formamos grupos de edades semejantes, que vamos acompañando y guiando en sus juegos y trabajos, sus inquietudes y preguntas. El tiempo se pasa muy rápido y concluimos siempre con una pequeña colación.
Necesitamos todavía algunos voluntarios que apoyen el proceso pedagógico y que permitan desarrollar otras áreas importantes como música, teatro, danza, algunos deportes y la creatividad de acuerdo con las diversas capacidades que se van manifestando. Y también “donantes” que nos ayuden con dinero para comprar juegos y materiales diversos para ir implementando actividades musicales, deportivas, de danza, teatro y otros rubros posibles de trabajar con estos niños.
Agradecemos muy sinceramente todo aporte en materiales, tiempo, dinero, y sugerencias.
Colaboración: Miguel Ángel Rubio @schoenstatt.org
