Martina y Martha

Publicado el 2019-04-07 In Campaña

Encuentros en el camino

ARGENTINA, Martha Liotti, fundadora de la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt para Bebés y Niños en Riesgo de Vida

Puede ser en un supermercado, en una peluquería, en una celebración, en una ermita, o simplemente en la propia casa. A los 20 años del inicio de la Campañita, modalidad de la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt para Bebés y Niños en Riesgo de Vida, me permito escribir en primera persona para dar a conocer testimonios recibidos, que muestran los vínculos que va desarrollando la presencia de la Mater en las familias de los chiquitos que reciben la imagen peregrina y son consagrados a ella. —

En la ermita Nuevo Tabor

En una ermita, precisamente la elegida como centro espiritual de esta misión, llamada Nuevo Tabor, donde se erigirá el primer santuario de la Mater en la Provincia de Corrientes (Argentina), me encontré con Rocío Aymará, ya de doce añitos, a quien acompañé el día de su bautismo, en esa misma ermita. Esa fue la primera vez que se celebró allí ese sacramento. Su mamá recordó muy emocionada cómo fue la visita de la Peregrinita y cuánto le ayudó su presencia en momentos en que su hijita luchaba por su vida al nacer. También allí, en esa ermita, se acercaron a abrazarme las pequeñas Florencia y Morena, quienes, con su abuelo Carlos, no dejan de ir cada 18 de mes para agradecer a la Mater por las gracias recibidas. Roque Antonio, con sus picaros primeros años, también me llena de cariño y más, una jovencita que rápidamente me muestra en su celular las fotos de su hermanita, Magali: “miré que hermosa está ahora, tiene ya 10 años”.

En la peluquería, en el supermercado

En la peluquería, una tarde de primavera, una señora con inmensa sonrisa se acerca, me abraza y me hace ver en su celular la foto de Gonzalo, de 18 años, el día de su graduación secundaria. Se acuerda, me dice, “¡de lo chiquito que era al nacer y lo angustiada que estaba yo! No olvido nunca cuánto cambió todo al llegar la Virgencita de Schoenstatt y consagrar a mi hijito a su Corazón Inmaculado”.

Entre las góndolas del supermercado, un matrimonio me abraza con enorme calidez. “¡Qué alegría volver a encontrarnos después de tantos años!”, dicen ambos a la vez. Venían de una localidad distante 120 kilómetros de esta capital. Facundo, su segundo hijo, ya tiene 19 años y recibió a la Peregrinita cuando nació con 1,200 gramos y 7 meses de gestación, con pocas probabilidades de vida. Pasó dos meses en el área de Neonatología de una clínica de esta ciudad, siempre cobijado por la Matercita, a quien fue consagrado.

Martina

Con Martina (foto arriba) es distinto. Somos muy amigos los papás, ella y yo. ¡Claro que no podía faltar al festejo de sus 15 años!

Pero el encuentro puede ser también en la propia casa, cuando una mañana “cualquiera” suena el timbre, y al abrir la puerta ves a una niña de 16 años y a su mamá que explican su visita: “Milagros insistió tanto para venir”, – dice la madre, “yo” – dice Milagros – “quería conocer a la persona que, sin ser familiar nuestro, se acercó al sanatorio donde había nacido con la imagen de la Virgen y rezó con mis padres por mí”. Ya en un ambiente de familia, y junto al Santuario Hogar, agradecimos todos juntos el don de la vida de Milagros, nacida con 0,960 gramos y pocas probabilidades de sobrevivir. Vinieron de Loreto, localidad distante 186 kilómetros de esta ciudad, en un viaje de 2 horas y media. Valió la pena el abrazo fuerte de Milagros y sus besos mientras me decía: “Por fin pude conocerla, Abu”.

La fe, el don recibido de Dios, se convierte en el vehículo con el que arriesgamos avanzar en todos los caminos, creando vínculos de esperanza, en momentos difíciles, por el amor que nos une.

 

Modalidades: La Campaña para bebes en riesgo de vida

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1 Responses

  1. Teresita dice:

    Querida Martha, cuantas bendiciones recibieron y reciben de la Mater a través de tu misión los bebes y niños en riesgo. Lo vivimos en familia cuando Ella se acerco a mi sobrina y ahijada prematura, Maria Eugenia, quien había nacido con 800gr de peso. Hoy con 16 años ya cursa el colegio secundario.
    Gracias por tu SI!!!
    Unidas en la Mater.
    Teresita

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