Publicado el 2019-06-12 In Dilexit ecclesiam, Iglesia - Francisco - Movimientos

Tener un concepto alto de Dios para tener un concepto alto del hombre

ITALIA, Pamela Fabiano •

Poco más de una semana después de su nominación papal como presidente de la Pontificia Academia de Teología, nos encontramos con el arzobispo Ignazio Sanna en Oristano, donde se encuentra a la espera de dejar la arquidiócesis a su sucesor, antes de partir a Roma. La enseñanza del P. Kentenich, la fidelidad a Dios y al hombre – para defender su dignidad y libertad – son las riquezas de Schoenstatt que el obispo Sanna lleva consigo al nuevo encargo que se apresta a asumir. —

  1. ¿Cuál es su opinión acerca de esta importante tarea como miembro del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt? En un nivel práctico, en su vida diaria, ¿qué novedades incluirá?

Ante todo, siento un sentimiento de gratitud hacia el Santo Padre por darme la oportunidad, con este nombramiento, de servir a la Iglesia y al magisterio en el sector particular del diálogo teológico con las ciencias humanas y naturales. La tarea de la academia, de hecho, es establecer centros de investigación para dialogar con cada forma de pensamiento que promueva el bien de la persona. Cuando vuelva nuevamente a Roma, después de la entrada de mi sucesor en la diócesis, recibiré el testigo del P. Real Tremblay, quien presidió la academia en los últimos cinco años con inteligencia y pasión. Como sacerdote de Schoenstatt, llevaré a cabo esta tarea bajo la guía del Espíritu y la protección de la MTA.

 

  1. La teología debe responder a las exigencias del hombre y de la sociedad. ¿Cómo puede (si puede) de manera general, entrar en este diálogo, la enseñanza del P. Kentenich?

De acuerdo con el nuevo paradigma deseado por el Papa Francisco, la teología debe llevar la luz del misterio de Cristo a todos los eventos de la vida humana, en fidelidad al principio conciliar según el cual «en el misterio del Verbo Encarnado encuentra la verdadera luz, el misterio del hombre”. Pienso que, como nunca, en este momento es actual el método teológico-pastoral del P. Kentenich de «mantener el oído en el corazón de Dios y la mano en el pulso del tiempo”. Este método de pensamiento y acción garantiza la fidelidad a Dios, Uno y Trino, y, al mismo tiempo, la fidelidad al hombre, creado a imagen de Dios. Ayuda a tener un alto concepto de Dios para tener un alto concepto del hombre.

 

  1. Nosotros, como cristianos, llevamos una instancia que es la verdad, revelada por Dios mismo con su Hijo Jesús. A partir de este fundamento, ¿cuáles son los desafíos que debe enfrentar la Pontificia Academia de Teología? ¿Y cómo ve su mandato para los próximos años?

La instancia de la verdad es ahora particularmente actual, porque la sociedad en la cual hoy vivimos es pluralista y conjuga en plural los absolutos metafísicos de la verdad, de la naturaleza y de la humanidad. El sociólogo Baumann ha escrito que hoy querer hablar sobre la verdad en singular es como querer aplaudir con una mano. El cristiano tiene la tarea de demostrar que existe una verdad y que esta verdad es Cristo, el Hijo de Dios. Benedicto XVI ha condenado la dictadura del relativismo, que usa como criterio de la verdad, no la virtud sino el placer. Con dulzura y respeto, de acuerdo con las indicaciones de la Primera Carta de San Pedro, es necesario dar cuenta de nuestra esperanza y nuestra fe en Dios. El principal desafío que debemos enfrentar es la cuestión antropológica, que pone en peligro la humanidad del hombre. La Iglesia ha estado siempre del lado del hombre y ha defendido su dignidad y libertad.

 

  1. Schoenstatt Italia se enorgullece de tener un obispo italiano en su familia, y además uno de los teólogos más importantes de nuestro tiempo, en la actualidad al frente de una oficina de la curia romana.  Excelencia, ¿qué desea decirnos para empujarnos a continuar en el camino marcado por el P. Kentenich en la Alianza de Amor con María?

Creo que hoy la pedagogía del P. Kentenich es esencial en la formación de las nuevas generaciones para ser protagonistas de la libertad y la profecía. El ideal personal y la búsqueda de la santidad diaria encuentran un claro eco en el Papa Francisco, quien repite que es posible vivir la santidad diaria, la de la puerta de al lado, y en San Juan Pablo II, quien nos insta a adoptar el alto nivel de vida cristiana ordinaria. La Alianza de Amor nos hace operarios de paz y de solidaridad y artesanos de la civilización del hombre nuevo. Nuestra santidad es contagiosa, porque transmitimos la fe no por proselitismo sino por atracción.

Original: italiano, 10/06/2019. Traducción: Ana María Ghiggi, Santa Fe, Argentina

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