Publicado el 2014-12-05 In schoenstattianos

Gracias Padre Ludovico

ITALIA, Calogero Tuzzolino: “… la pastoral del alivio, debe ser “cuerpo a cuerpo” o sea, acompañar. Y esto significa perder tiempo. El gran maestro de perder el tiempo es Jesús  ¿no? Ha perdido tiempo acompañando, para hacer madurar las conciencias, para curar a los heridos, para enseñar. Acompañar significa caminar juntos.” Estas palabras fueron dirigidas por el Papa Francisco a la Familia de Schoenstatt el 25 de octubre pasado, reflejan plenamente el trabajo que el Padre Ludovico Tedeschi ha hecho en Sicilia y en toda Italia, en estos doce años, ha “perdido tiempo” con nosotros, nos ha acompañado, con simplicidad, con humildad, ha caminado junto a nosotros.

Él ama decir “hemos crecido juntos”, y es así, todos hemos recibido mucho de él, pero cada uno  de nosotros le ha dado algo a él, porque una persona humilde siempre está en condiciones de recibir  algo de los otros.

“No te preocupes”, “todo está bien”, “quedate tranquilo que todo se resuelve”

Del 19 al 23 de noviembre el Padre Ludovico recorrió Sicilia para saludar y agradecer a la gente y los sacerdotes que en estos años ha conocido, y recibió tanto afecto, tanta demostración de cariño, ha recogido una pequeña parte de lo que ha sembrado en estos años y muchos frutos los recogerán sus sucesores, porque realmente ha sembrado mucho, con la gracia de Dios ha sido un gran instrumento en las manos de la Virgen para hacer llegar a Jesús  a muchísimas familias “lejanas” en tantas “periferias”.

Para emprender su viaje a la Argentina, ha elegido la fecha de su ordenación sacerdotal: el 30 de noviembre, después de 29 años de sacerdocio le sigue dando su sí a Dios, sí, donde Tú me quieras yo iré. Ahora vuelve a recomenzar en su tierra natal, somos felices por la madre, María, que después de tantos años podrá tener cerca de su hijo.

Los mejores deseos para tu nuevo encargo Padre Ludovico, no pierdas nunca la simplicidad y la fe que te caracterizan, nosotros te acompañaremos con nuestra oración, y en particular el 18 de cada mes estaremos unidos espiritualmente en el Santuario.

Gracias

Gracias Padre Ludovico, de corazón, te extrañaremos, nos faltará tu alegría, tu inquebrantable fe “no te preocupes”, “todo está bien” “quedate tranquilo que todo se resuelve”, cuantas veces nos lo has repetido en tantos momentos difíciles, nos has ayudado a seguir adelante, a afrontarlos con la cabeza en alto, les faltarás a nuestros niños con quienes jugabas siempre, le faltarás a nuestros ancianos porque sabías escucharlos, le faltarás a los enfermos porque siempre tenías para ellos palabras de alivio. Te extrañaremos porque sabes ser padre, compañero de juegos, amigo, guía, ejemplo. Te extrañaremos pero siempre estarás en nuestros corazones.

Hasta pronto Padre Ludovico, un gran abrazo de parte mía, de mi familia y de toda la gran Familia de Schoenstatt de Sicilia.

Los mejores deseos al nuevo director del Movimiento de Schoenstatt de Italia, Padre Juan Riba, para que pueda trabajar bien al igual que el Padre Ludovico, junto a la infatigable Hermana de María, Ivonne Zenovello  que  junto a él coordinará la Campaña de la Virgen Peregrina en Italia.

Original: Italiano: Traducción: Rosita Ciola, Buenos Aires – Argentina

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Gracias Padre Ludovico

ITALIA, Calogero Tuzzolino: “… la pastoral del alivio, debe ser “cuerpo a cuerpo” o sea, acompañar. Y esto significa perder tiempo. El gran maestro de perder el tiempo es Jesús  ¿no? Ha perdido tiempo acompañando, para hacer madurar las conciencias, para curar a los heridos, para enseñar. Acompañar significa caminar juntos.” Estas palabras fueron dirigidas por el Papa Francisco a la Familia de Schoenstatt el 25 de octubre pasado, reflejan plenamente el trabajo que el Padre Ludovico Tedeschi ha hecho en Sicilia y en toda Italia, en estos doce años, ha “perdido tiempo” con nosotros, nos ha acompañado, con simplicidad, con humildad, ha caminado junto a nosotros.

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1 Responses

  1. HMA - Argentina dice:

    Las mismas palabras que ha escrito Calogero, serían las que podemos decir los que hemos conocido al P. Ludovico en la Argentina. Incansable, alegre, sencillo, cercano, servicial, atento… Fue muy doloroso verlo partir. También él ha ofrecido mucho al Capital de Gracias para comenzar su misión en Italia. Ahora compartimos el sentir de las personas que acompañó y que lo acompañaron en estos años, porque lo hemos experimentado. Se une a esa cierta melancolía la alegría del reencuentro y el poder contar con su valiosísimo aporte al crecimiento misionero y solidario de la Familia del Padre, en la Argentina. Gracias Calogero, gracias familia de Schoenstatt italiana. Gracias, P. Ludovico. Permanecemos unidos en la alianza con la Mater y con el Padre y Fundador, creando familia, siendo santuarios vivos en todo el mundo.

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