Publicado el 2014-04-08 In schoenstattianos

Mirar a Dios y todo lo sucedido de forma personal y simplemente experimentarlos en la vida práctica

ALEMANIA, fma. Todos lo llamaban „el OB“ o „el Obi“, porque tenía un nombre muy largo. El P.  Ludwig Obereisenbuchner, roca schönstattiana de la diócesis de Augsburgo y del Centro de Schönstatt de Memhölz, ha sido llamado al hogar, a la casa del Padre. El entierro se celebró el 28 de marzo, a las 14 horas, en Martinszell, donde fue párroco por última vez. El P. Obereisenbuchner perteneció al principio de los años sesenta al Consejo Diocesano para la Familia. En ese tiempo se entregó por entero a la Madre de Dios en Alianza de Amor, como prenda para el futuro Centro de Schönstatt, en Memhölz y para la vuelta del padre Kentenich del exilio. Más tarde fue el P. Obereisenbuchner, durante muchos años, presidente de la Asociación Registrada Josefswerk, encargada del Centro de Schönstatt de Memhölz.

La actuación del P. Obereisenbuchner fue muy bendecida, tanto en parroquias, como en el Centro de Schönstatt de Memhölz. Estaba dotado con una marcada capacidad para lo artístico, unida a una gran apertura para todo lo técnico y a las posibilidades que se abrían para la pastoral y el trabajo en el Movimiento. Fue el encargado de las comunidades de jóvenes, más tarde de la Liga de Madres y, hasta el final, algo así como una historia viva de la construcción. El día de las puertas abiertas, 40° aniversario de la bendición de la casa, en el año 2013, hizo una hermosa presentación, que fue muy bien acogida. La primera piedra de la casa, la estela de la capilla de la casa, con el tabernáculo y el cuadro de la MTA, así como muchas otras cosas, fueron creadas y acuñadas por él.

Fascinado por la fe práctica en la Divina Providencia

Una vida como la del P. Obereisenbuchner no cabe en el formato de una esquela o una pequeña biografía. Una vida así se cuenta con recuerdos e impresiones personales:

Desde hace dos años padecía fibrosis pulmonar. En los últimos meses se movía cada vez más,  con el andador eléctrico, pero estaba, como siempre muy animado y de buen humor, cuando durante las últimas semanas contacté con él por teléfono o por correo electrónico. La semana pasada se le presentó además una infección pulmonar aguda. Hoy ha llegado el momento de que pueda regresar al hogar. „¿Nos alegramos ahora del cielo? “predicó vigorosamente en nuestra última peregrinación al santuario. A menudo he oído de él en los últimos dos o tres años cómo se disponía, consciente y con determinación a enfrentar la última hora. Las peregrinaciones al santuario que organizaba junto con la Hna. Martina, eran idea suya y era para él, junto con el acompañamiento espiritual, „cuestión de honor“ diseñar las invitaciones, el programa de mano, y la documentación fotográfica.

As lo explica la Hna. Ingrid-Maria Krickl, Directora de peregrinaciones en Memhölz.

El P. Obereisenbuchner fue durante muchos años, decenios, encargado de la Juventud Masculina, precisamente en el tiempo de la ausencia del fundador y de la nueva organización. El padre Bader había dejado una herencia, que hacía falta orientar en dirección a Schönstatt. „OB“  fue para la juventud masculina el garante de la fidelidad a Schönstatt en aquel tiempo difícil. Por entonces era párroco en Penzberg y apoyaba a la juventud masculina en todos los territorios. Siempre estuvo al día de lo referente a la técnica – entonces la técnica de la imprenta. Estaba siempre presente y trabajaba activamente en los grupos (Consejo diocesano para la Familia y la Asociación Registrada). Aportaba sus capacidades artísticas, por ejemplo en un ojo del Padre para la parroquia de Nordendorf. Los sacerdotes de su generación estaban acuñados para el Movimiento de Schönstatt y más allá.

El Sr. Drexler le conocía y le apreciaba desde sus tiempos en la juventud masculina de Schönstatt..

Yo viví desde 1988 a 1992 en Martinszell y Obi, así le llamábamos era mi párroco. Lo siguiente está aún vivo en mi recuerdo: estaba muy interesado por la técnica. En la casa parroquial había una impresora, que llenaba casi una estancia. Allí imprimía personalmente los folletos para la parroquia, pero también la publicidad para el teatro de la juventud de Martinszell. Daba gran valor a una liturgia solemne y al trabajo de los monaguillos. Los días de fiesta había más de 40 monaguillos en el altar (entonces exclusivamente chicos). Recuerdo aún con agrado aquellas misas con coro, con auténtico y solemne lavado de pies el jueves santo, etc.   El P. Hatosch (Instituto de sacerdotes) es uno de sus monaguillos de entonces. Dijo de si mismo que antes era muy impulsivo. Al parecer le tomaban el pelo cuando era niño y reaccionaba con furia. Le resultaba importante acentuar, que por Schönstatt, es decir, por laVirgen  le fue regalado un caracter equilibrado. Casi hasta el final ha tomado parte activa en los sucesos de Schönstatt. Contestaba con frecuencia personalmente a nuestros boletines escolares, que distribuimos por correo electrónico. A continuación una contestación a la invitación para la bendición de nuestro edificio anejo: „Querida señora Immler: Gracias de corazón por la invitación para el 26.10.2013. Por desgracia no puedo participar por el momento, no soy apto por motivos de salud, pero en espíritu y oración estaré presente y le estoy extraordinariamente agradecido por su compromiso. Que el colegio traiga muchas bendiciones. Con mi saludo sacerdotal  y mi bendición, suyo, Ludwig M. Obereisenbuchner, párroco.»

Para Renate Immler, de Kempten, él era alguien que aceptaba y acompañaba nuevos proyectos.

Captar la vida y comunicarla

El P. Leonhard Erhard describe el camino en Schönstatt y el actuar en Schönstatt de su hermano Ludwig  Obereisenbuchner:

A pesar de haber estado cerca de él durante estos dos años de padecimientos, estoy muy impresionado de que en pocos días le haya sobrevenido la muerte. Su camino personal en Schönstatt y su actividad tienen para mí algo de ejemplar con paralelismo al fundador. Perdió a sus padres en la infancia y, a pesar de haber sido acogido por sus abuelos, se le produjo una curiosidad  por la madre, que sensibilizó al joven adulto hacia el cuadro de la MTA y el papel de madre en Schönstatt. Siendo estudiante de teología entró en contacto con Schönstatt en una práctica en Ingolstadt, con el P. Otto Maurer, cuando Heinz Dresbach pronunció una charla sobre la fe en la Divina Providencia. Ver a Dios y lo sucedido de forma tan personal y poder experimentarlo de manera sencilla en la vida práctica, como lo hizo el padre Kentenich, se convirtió en el núcleo personal de su fe. Así les enseñó a sus hermanos jóvenes a abrir puertas, para hacer que curas de almas obreros, pudieran llegar a ser hombres de Dios.

Encontrarse con Schönstatt y sentirse llamado, en el tiempo del exilio del padre Kentenich, era una distinción de la Virgen con el espíritu de Dios. Su manera de hacer preguntas polémicas sobre la manera de pensar del fundador para llegar hasta el fondo de la capacidad de decisión, hizo de él un sólido soporte de la vida cuando puso su servicio sacerdotal a disposición de los grupos: en los primeros años, en Penzberg, con la juventud femenina, después juventud masculina de Schönstatt  y después, cerca de 24 años, la liga de madres.

Pertenece a la roca del centro diocesano, que hizo la inscriptio con el Consejo de la Familia el 20.1.62 en Dachau, para la liberación del fundador y el permiso de construcción para un santuario diocesano. Vivió de manera sencilla toda una vida de fortaleza,  lo que quiso expresar como sacerdote de la Federación y un acto de séquito de su curso en las manos del fundador liberado. El núcleo de la Familia de Schönstatt en la diócesis de Augsburgo, consta de muchos jóvenes de entonces, cuando él era dirigente.

Con sus cualidades artísticas y su fuerza creativa introdujo, desde el principio, en su acompañamiento de las almas todas las posibilidades técnicas de los medios. Impresionaba a los chicos y alegraba a mucha gente y parroquias, cuando se podían llevar una gaceta de iglesias o un librito de la peregrinación.

Captar la vida y comunicarla era su fuerza y la alegría de toda la familia diocesana. Las huellas de su vida,  empezando por la capilla de la casa de Memhölz, nos van a invitar mediante sucesos y celebraciones a seguirle en su camino hacia el Padre.

 

Original: alemán – Traducción: M. Paz Leiva, – Madrid, España

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Mirar a Dios y todo lo sucedido de forma personal y simplemente experimentarlos en la vida práctica

ALEMANIA, fma. Todos lo llamaban „el OB“ o „el Obi“, porque tenía un nombre muy largo. El P.  Ludwig Obereisenbuchner, roca schönstattiana de la diócesis de Augsburgo y del Centro de Schönstatt de Memhölz, ha sido llamado al hogar, a la casa del Padre. El entierro se celebró el 28 de marzo, a las 14 horas, en Martinszell, donde fue párroco por última vez. El P. Obereisenbuchner perteneció al principio de los años sesenta al Consejo Diocesano para la Familia. En ese tiempo se entregó por entero a la Madre de Dios en Alianza de Amor, como prenda para el futuro Centro de Schönstatt, en Memhölz y para la vuelta del padre Kentenich del exilio. Más tarde fue el P. Obereisenbuchner, durante muchos años, presidente de la Asociación Registrada Josefswerk, encargada del Centro de Schönstatt de Memhölz.

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