ALEMANIA, mda. En la mañana del sábado, 23 de marzo, murió a la bendita edad de 100 años, en Liebfrauenhöhe, el párroco Karl Braun. Durante 77 años fue sacerdote y estuvo muy unido a Schönstatt. El funeral y el entierro tuvieron lugar el 28 de marzo, a las 13.30 en la Iglesia de la Coronación de Liebfrauenhöhe, donde él pasó los últimos decenios de su vida. Era algo más viejo que Schönstatt (nació el 8.5.1913)… y celebra ahora el jubileo de 100 años de Alianza de Amor de una nueva forma. “Fuiste siempre un sacerdote misionero, estuviste allí, donde había algo en construcción” dijo el párroco Klaus Rennemann, rector regional, en la celebración de sus 100 años, el pasado mayo. El padre Braun asistió a los grandes ejercicios que dio el padre Kentenich en los años 30 y fue testigo de una época de gran desarrollo en el Movimiento de Schönstatt.
El padre Oskar Bühler escribe en www.moriah.de:
Karl Braun procedía de Schwäbisch Gmünd. Allí nació el 8 de mayo de 1913. Durante siglos ha sido Gmünd asentamiento de numerosos conventos. Ese era el cuño de la ciudad durante la niñez y la juventud de Karl.
Tras sus estudios en Tubinga y la formación en el seminario en Rottenburg, fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1939 – aún no había cumplido los 24 años. A los 36 neosacerdotes pertenecían también Johannes Härle y Vinzenz Härle, así como Gebhard Luiz, junto a los cuales pudo celebrar el padre Braun el jubileo de sus 75 años sacerdotales.
Tras tres estancias breves en vicarías, Karl Braun estuvo cinco años como vicario en Stuttgart, en Santa María y cuatro años más en Esslingen, el San Pablo.
Párroco en Mühlacker
Fue párroco durante casi 20 años – 1946 a 1965 – en Mühlacker. Esta etapa fue un tiempo marcado por la construcción. Tras la Segunda guerra Mundial llegaron muchos católicos desplazados a la zona, mayoritariamente protestante, de forma que había que atender desde Mühlacker un ámbito muy extenso. Fue una gran exigencia para el joven párroco. Hubo que construir iglesias y fundar comunidades. Las “homilías mendigas” supusieron una exigencia especial en la diócesis de Rottenburg, donde parroquias que tenían que construir una iglesia, podían pedir en su decanato correspondiente una ayuda económica: por esta razón viajaba el párroco varios domingos al año a las distintas parroquias del decanato, mientras en su propia parroquia tenía que celebrar la misa un sacerdote sustituto. De esta manera aprendió Karl Braun a conocer muchas parroquias de la diócesis.
22 años en Ravensburg
A este compromiso con la diáspora le siguieron 22 años en la católica tierra alta. En 1965 Karl Braun fue nombrado párroco de la Trinidad en Ravensburg. Aquí también le tocó construir. La iglesia de la Trinidad estaba recién construida, al oeste de la ciudad había surgido un nuevo barrio. Debía fundarse una nueva comunidad parroquial. Estos años estuvieron marcados por el desarrollo postconciliar con sus luces y sus sombras.
Liebfrauenhöhe
Con 74 años llegó Karl Braun a la jubilación. Escogió Liebfrauenhöhe, como lugar de su retiro; allí fue muy bienvenido. Pero no se dedicó al descanso, sino que se integró en la vida diversa de este Centro espiritual, sirviendo humildemente como director espiritual. Estaba disponible para celebrar la santa misa para las hermanas y para los grupos de peregrinos. Pasaba muchas horas en el confesionario, especialmente los días de retiro en primavera y otoño. Preparaba a conciencia sus homilías. En los últimos años celebraba a menudo la misa con las hermanas de la residencia de ancianas.
Despierto
Karl Braun estaba marcado por la espiritualidad de Schönstatt. Estudiaba con gran interés los cursos y escritos del padre Kentenich, asumiendo su mundo espiritual. Pertenecía a la Generación Cenáculo de la comunidad de los sacerdotes de Schönstatt. Entró primero, con gran convencimiento tras la formación de instituto de sacerdotes en 1966, en la Provincia Cenáculo y, a partir de 1980 en el Curso Cenáculo. Durante muchos años, hasta su muerte, fue dirigente de su curso. Cada mes escribía una carta a sus hermanos de curso, que se iban haciendo mayores, para animarlos y fortalecerlos en el espíritu de Cenáculo. Para él era importante asistir a los encuentros de los dirigentes de curso y aportar la contribución de su curso – a pesar de que durante los últimos años, fue el único miembro de su curso.
Karl Braun fue un espíritu despierto. Descubrió y siguió hasta el último momento, el desarrollo del acontecer mundial y muy en especial, el desarrollo de la Iglesia y del Movimiento de Schönstatt en todo el mundo. Un hermano suyo que le visitó una semana antes de su muerte, descubrió la revista REGNUM abierta sobre su mesa. Asintió a la pregunta de si aún la leía.
Nos despedimos agradecidos de un sacerdote profundamente creyente y abnegado. Quiera el Padre eterno acogerlo en su paz eterna.
Original: alemán – Traducción: M. Paz Leiva – Madrid, España
