Publicado el 2013-09-17 In schoenstattianos

Un testimonio posterior a la Jornada Mundial de la Juventud

BRASIL, Priscila Bernardo. A pedido de algunos amigos resolví escribir un testimonio de lo que significó para mi vida la JMJ Río 2013 y el encuentro internacional Cor Unum, de la juventud femenina de Schoenstatt. Por ello coloqué las cosas en orden, y espero que todos puedan reflejarse en esto y transformarse así, cada vez más, en verdaderos instrumentos de la Mater.

La semana pasada alguien me felicitó por la JMJ… ¡porque considera que fui una luchadora! ¡Entonces resolví escribir un poco de lo que fue para mí el tiempo previo a la jornada!

En 2012 puse todos los puntos y decidí que estaría en Río de Janeiro en julio de 2013

En 2012 puse todos los puntos y decidí que estaría en Río de Janeiro en julio de 2013. Comencé a trabajar para que todo se hiciera posible… Ahí empezaron también los pagos para el Cor Unum, todas las preparaciones, las invitaciones para integrar las comisiones, el trabajo… todo fue sucediendo. Pero en diciembre, el primer tropiezo: estuve cinco días internada y salí del hospital sin tener la seguridad de lo que tenía para haberlo pasado tan mal…

Llegó el año 2013 y creí que todo estaba bien, me sentía al 100%. Pero hubo otros tropiezos que mostraron que mi salud no estaba tan bien como creía. Y allí comencé a preguntarme si lo que fallaba era mi cuerpo o mi espíritu.

Entonces erigí mi Santuario del Hogar, y por medio de él fui consolidando mi espíritu. Y mientras tanto pasaba por toda clase de análisis, por diversos especialistas – los más confiables – para saber que era lo que había tenido unos meses atrás.

Y un día entré a un consultorio y escuché el resultado: soy portadora de una enfermedad autoinmune

Y un día entré en un consultorio y escuché el resultado: soy portadora de una enfermedad autoinmune. Por el resto de mi vida debía tomar antiinflamatorios y un inmunosupresor. Y la médica me dijo también que era conveniente dejar el trabajo por la JMJ, pues no lo aguantaría.

Soy desobediente, eso todos lo saben… y decidí: ¡no solamente iré sino que también voy a ser voluntaria! Voy a colocar todo en las manos de nuestra Reina y Ella cuidará perfectamente…

Viajé a Atibaia el 14 de julio de 2013 y allí comenzó mi Jornada. Un período de mi vida donde verdaderamente me conocí a mí misma. ¡Conocí mis límites, conocí personas nuevas que se hicieron extremadamente especiales, me percaté del verdadero sentido de Schoenstatt – aunque yo creía ya conocerlo – e impulsé a mi corazón hacia nuevas conquistas!

Entre los días 14 y 29 estuve tres veces mal a causa de los efectos secundarios de los remedios… desgraciadamente fui la primera del grupo en enfermarme… ¿O felizmente? Pues sí ¡felizmente! Estaba en el grupo por lo que quedé en primer lugar entre las casi treinta chicas que estaban allí. No renuncié ¡formaba parte de la historia!

Ha sido un período difícil porque decidí aguantar

Ha sido un período difícil porque decidí aguantar, no publicar a los cuatro vientos lo que me estaba pasando… y más aún porque en medio de todo esto, se enfermó y falleció mi abuela. Fue un período donde tuve que ser fielmente fuerte para apoyar a mi padre y a mi tía, que incansablemente iban al hospital esperando alguna mejoría, y yo, en medio de aquel montón de informaciones en la historia clínica, ¡sabía cuán difícil era!

Pero ¿por qué renunciaría? ¡No valdría la pena! Nada puede hacer tambalear mi fe, creo que es fuerte. ¡Nada sería capaz de conseguirlo! Me había preparado para caminar 26 Km., para aguantar sin comer, para no tener una ducha, para renunciar a todo lo que fuera necesario. Y tuve que hacer algunas renuncias durante la JMJ.

¡No tengo nada que reclamar! ¡Sólo agradecer!

¡La Mater me dio esta oportunidad y aquí estoy para contarles lo que pasó! Gracias a Ella todo fue bien, mientras lo cuento, me emociono ¡por no haber renunciado!

¿La mayor lección después de esos 16 días? ¡Vale la pena! ¡Todo vale la pena! La renuncia, sonreír aunque no todo esté bien, el estrecho abrazo cuando se quiere llorar, en fin, ¡todo!

Agradezco inmensamente a cada uno de los que estuvieron a mi lado en esta jornada. ¡Y en toda la jornada de mi vida! ¡Los quiero mucho a cada uno! ¡Ustedes fueron, cada uno a su manera, protagonistas en mi vida!

Original: portugués. Traducción: aat, Argentina

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Un testimonio posterior a la Jornada Mundial de la Juventud

BRASIL, Priscila Bernardo. A pedido de algunos amigos resolví escribir un testimonio de lo que significó para mi vida la JMJ Río 2013 y el encuentro internacional Cor Unum, de la juventud femenina de Schoenstatt. Por ello coloqué las cosas en orden, y espero que todos puedan reflejarse en esto y transformarse así, cada vez más, en verdaderos instrumentos de la Mater.

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