Publicado el 2013-06-21 In schoenstattianos

Nuestra Santísima Madre se Glorifica ante una Terrible Tragedia

SUDÁFRICA, Diana Beemish. El martes a la noche, 5 de junio de 2012 Vanneaux Kongolo, un joven refugiado de la República Democrática del Congo, se quitó la vida. Fue un acto de total de desesperación. Vanneaux había formado parte de un pequeño grupo de jóvenes de Schoenstatt en Mercy House, Johannesburgo, un hogar para refugiados. Se había consagrado a nuestra Santísima Madre en el Santuario Bedfordview de Schoenstatt, el 20 de julio de 2011.

 

 

Vanneaux era una persona de gran integridad, con una idea fija por la verdad. Tenía un carácter muy fuerte y era un fisioterapeuta muy talentoso. Su trabajo era todo para él y los niños que él ayudaba lo amaban. Haría falta mucho para llevarlo al suicidio, pero las circunstancias simplemente se tornaron demasiado duras de soportar.

Los refugiados políticos en primera persona

Vanneaux había huido de la República Democrática del Congo en 2006, cuando, en sus tiempos de estudiante, era un activista en la lucha contra la corrupción en el gobierno. Fue conocido y perseguido por esto. En febrero de 2006, cuando iba camino a una reunión política, los soldados identificaron su auto y lo balearon, tratando de matarlo. En su lugar, mataron a su compañero de viaje. Vanneaux escapó, pero sabía que no podía quedarse mucho tiempo más en ese país, estando su vida seriamente amenazada. Abandonó su país y llegó a Sudáfrica.

Aunque reunía todas las condiciones para ser considerado un refugiado, las autoridades del Ministerio del Interior sudafricano rechazaron su solicitud. Este fue el comienzo de la batalla de Vanneaux con la burocracia xenófoba. Al habérsele denegado su condición de refugiado de manera inexplicable e injusta, Vanneaux no pudo matricularse ante el Consejo de Salud para trabajar como profesional fisioterapeuta, que era su don y su sueño. Tuvo muchas dificultades para abrir una cuenta bancaria y un sinnúmero de problemas surgieron debido a esta injusta situación.

Ya no puedo soportar más esta pesadilla

Mercy House hizo todo lo posible para ayudarlo, pero enfrentarse con la gigante máquina burocrática es una misión imposible. Apelamos contra el rechazo de su solicitud como refugiado, pero el Ministerio del Interior siempre decía que nunca habían recibido una resolución de la Junta de Apelaciones. La situación de Vanneaux empeoró cada vez más. Fue atacado afuera de Mercy House y le robaron su permiso. Después de solicitar un nuevo permiso, le dieron un nuevo número de identidad, provocándole innumerables complicaciones, incluso impidiéndole retirar dinero de su propia cuenta bancaria, ya que no podía presentar su documento de identidad original. A pesar de los muchos esfuerzos para salvarse de su ahogo, nada funcionó. Se desanimó cada vez más. La negativa del Ministerio del Interior para ayudarlo, finalmente se cobró su precio. Dos días antes de morir, comentó que se sentía demasiado deprimido como para seguir luchando por su derecho a vivir y trabajar en Sudáfrica. En suma, se dio por vencido a la vida, y escribió en su nota de suicidio que «no podía soportar más la pesadilla burocrática.»

Una trágica historia que no termina aquí

Esta trágica historia no termina aquí. Pocos meses después de la muerte de Vanneaux, su padre, el Sr. Omer llegó desde la República Democrática del Congo para organizar las pertenencias de Vanneaux. Como Mercy House había sido el hogar de Vanneaux, se hospedó en Mercy House. Durante este tiempo fue llevado al Santuario de Schoenstatt, que su hijo había amado tanto y en donde se había consagrado. Para el Sr. Omer, el encuentro con el santuario fue una experiencia extraordinaria de gracia.

Una trágica muerte da sus frutos

Después de su primera visita al santuario – una Misa – dijo que le quedaba claro que no fue él quien decidió venir a Sudáfrica, sino que Dios lo había llevado allí, para llegar a conocer Schoenstatt. Sintió el llamado para iniciar el movimiento en su propio país y vio esto como su misión personal. A principios de diciembre de 2012, recibió una Virgen Peregrina para llevar a su país y se consagró a Nuestra Señora antes de regresar a su hogar. Desde entonces, sus esfuerzos han recibido la bendición de su obispo y su círculo de seguidores de Schoenstatt ha crecido considerablemente. Sin dudas, la trágica muerte de su hijo dio frutos inimaginables. Que Nuestra Señora se glorifique a través de su trabajo y pedimos a todos aquellos que lean esto, que oren por el crecimiento de nuestro movimiento en la República Democrática del Congo.

Lean también (inglés): Vanneaux Kongolo y el corazón de las tinieblas de Sudáfrica, Daily Maverick, junio de 2012

Original: Inglés. Traducción: Cecilia Mata, Buenos Aires, Argentina

Contacto con la autora, especialmente para ofrecimientos de material digital de Schoenstatt: Diana Beamish,  diana.beamish@absamail.co.za
tel. 0027 11 325-4785 or cell 0027 72 4374009

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Nuestra Santísima Madre se Glorifica ante una Terrible Tragedia

SUDÁFRICA, Diana Beemish. El martes a la noche, 5 de junio de 2012 Vanneaux Kongolo, un joven refugiado de la República Democrática del Congo, se quitó la vida. Fue un acto de total de desesperación. Vanneaux había formado parte de un pequeño grupo de jóvenes de Schoenstatt en Mercy House, Johannesburgo, un hogar para refugiados. Se había consagrado a nuestra Santísima Madre en el Santuario Bedfordview de Schoenstatt, el 20 de julio de 2011.

 

 

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5 Responses

  1. Noemí Tello dice:

    Impresionantes los caminos de Dios. Personalmente rezo diariamente por quienes están deprimidos y por aquellos que se suicidan. Estoy segura que Dios les permite elevar una pequeña oración antes de morir. La Mater seguramente lo recibió como a su niño querido, y qué más prueba que llamar a su padre para ser instrumento. MPHC

  2. P. Eduardo Auza dice:

    Cuantas veces en la historia, lo más pequeño ha sido origen de lo más grande y lo más santo.

    Admiro al padre de Vanneaux y a quién aquí da su testimonio -Verónica- por la fortaleza espiritual que nos dan gracias a la Alianza con la Mater…Que Dios les siga bendiciendo y su Capital de Gracias sea el garante de la fecundidad de Schoenstatt.

    P. Eduardo.
    Ecuador

  3. stella isaura dice:

    Este tipo de historia me remueven el pensar y el corazón. Tantas veces nos quejamos de pequeñeces y perdemos el valor de las cosas y la vida. Soy fisioterapeuta también y si bien hace 5 años deje de trabajar en esta profesión se lo que significó para Vanneaux el no poder ejercer esta hermosa tarea porque se sirve tan de cerca a otros que necesitan. En algunas ocasiones no comprendemos el porque de las cosas pero es increíble: a pesar de este dolor tan grande como es perder un hijo, se convierte en bendición.Rezo por usted papa de Vanneaux para que pueda llevar a la Mater. Ella es la gran Misionera. Ella obrará milagros.

  4. Verónica Beiner ( Santiago de Chile ) dice:

    Tengo en mi corazón a Vanneaux y a su padre. También mi hijo se suicidó por no saber lidiar con la vida, la que encontró muy dura para vivir. Sólo tenía 25 años. A raíz de eso me hice Misionera de la Mater y apoyo mamás que han sufrido la misma pena inmensa que yo. De esto harán 10 años el próximo 16 de Diciembre . Yo sé que la Mater me tiene a mi niño, como acogió también bajo su manto a Vanneaux. La tarea que está desarrollando el Sr. Omer es la Misión que le encargó la Mater y estoy segura que dará muchos frutos.
    Todo mi amor y oraciones para esa familia.
    Verónica.

  5. Claudia Romo dice:

    Increíble entender tantas cosas en la vida, muchas nunca llegamos a comprenderlas en nuestra pequeñez…
    MPHCEV, la Madre triunfará y saldrá victoriosa….que regalo que haya traído paz al corazón del padre de Vanneaux y con ello una corriente de fundación, entrega y vida!!!!

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