Publicado el 2012-11-01 In schoenstattianos

Biografía de alianza: Beto Etchegaray

PARAGUAY, Kikito Vázquez. Quiero recordar en estas líneas a este querido hermano de curso que ha pasado al Schoenstatt eterno: Beto Etchegaray.

 

 

 

 

Su esposa – Mirta – y él formaban parte del primer curso de la Federación de Familias, Fundadores, de donde lo llamó el Señor. Se destacó como pocos por su carácter y personalidad. En la época de su ingreso Schoenstatt en el Paraguay era una familia de familias, algo que ha sido siempre uno de sus rasgos distintivos.

Beto estudió ingeniería en la Universidad de Asunción. Fue delegado de su curso durante los seis años de la carrera. Fue ayudante de cátedra, luego profesor. Durante varios años estuvo en la mesa examinadora de ingreso en ingeniería y más tarde fue nombrado profesor emérito de la facultad de ingeniería de la Universidad Nacional.

Tres años más tarde Mirta ingresó a la misma facultad y pronto se apoderó de las miradas y los suspiros de Beto. Cuanto ella finalmente lo aceptó, contaba él que su felicidad quedó completa. A los ocho meses se casaron en la parroquia de San Francisco. Todavía solteros ingresaron a la Liga apostólica de Matrimonios en el grupo Belén, y a los tres meses contrajeron enlace.

Personas valientes dispuestas a cambiar el mundo

Tuvo la gracia de participar en la búsqueda del terreno y luego en la construcción del Santuario de Tupãrenda.

Él y Mirta se destacaron pronto y fueron invitados por el Padre Antonio a pasar a la pre Federación, un grupo que se estaba constituyendo en la época con aquellos que parecían más interesados y entregados al movimiento.

Era un matrimonio de jóvenes valientes, figuras destacadas, dispuestas a cambiar el mundo. En 1985 viajaron a Schoenstatt para la celebración del centenario del Padre Kentenich y a su regreso comenzaron a trabajar en la Campaña del Rosario.

El Padre Esteban Uriburu había lanzado la idea de internacionalizar esta Campaña, lo que los entusiasmó mucho y se entregaron por completo a la nueva tarea. Formaron parte de un hermoso grupo que trabajó en los comienzos de la Campaña, con Marité y Ramón Marini, Fátima y José Cáceres y Marta Elena Vera.

Trabajar con pasión

A partir de los años 88-89 Beto comenzó a sufrir una rara enfermedad – nunca llegó a ser claramente diagnosticada – que le fue restando movilidad y reduciendo cada vez más su ámbito de acción. A pesar de los esfuerzos de los Etchegaray por conseguir médicos que pudieran tratarlo, localmente y en otros países, solo recibieron esperanzas y el retardo de su evolución. Su enfermedad fue avanzando paulatinamente, Beto era consciente de que esta era una prueba que le mandaba Dios. Pero no renunció a nada. Solía decir que él no preguntaba el porqué de su enfermedad, sino el para qué. Comenzó a moverse en la silla de ruedas, a sentir la dependencia amable de los que lo rodeaban. Afortunado él que tenía a Mirta, que no lo desatendía ni un segundo y en todo momento le brindaba con amor todas las atenciones que necesitaba. Beto agradecía a Dios por la compañera que le puso a su cuidado y todos los que los que estaban cerca podían saberlo. Se dio cuenta de que el aumento de las dificultades para cumplir con todo lo que Dios esperaba que hiciese, era solo para acrecentar el mérito de sus acciones. También, aparte de trabajar con pasión en lo que la Campaña del Rosario le exigiera, Beto le pedía a Dios que le dejara ver desarrollarse a su familia nuclear. Le pedía ver crecer a sus hijos, pedía que le regalara poder jugar con sus nietos. Con particular dulzura, el Señor satisfizo todos sus pedidos.

Vio a sus tres hijos varones, Raúl, Juan Manuel y Reinaldo terminar sus estudios primarios, los vio recibirse en una carrera universitaria, vio nacer a tres nietos.

Apostolados varios

Con el correr del tiempo, junto con otros matrimonios de la Federación comenzaron la fundación del camposanto Aleluya, lugar tan querido por él y donde hoy espera la resurrección junto a Nonino Flecha y Liz Giangreco, ambos también de la Federación de Familias.

Los Etchegaray ejercieron otros apostolados. Se ocuparon de la tarea de las “parejas guía”. Beto acompañó a varios grupos en unos “talleres de proceso terapéutico de duelo” de la arquidiócesis de Asunción; fueron una de las parejas que introdujo en el Paraguay los talleres de oración y vida del P. Ignacio Larrañaga y los retiros de experiencias de Dios, lo que más tarde les animó a llevar a cabo los talleres de oración del Padre Kentenich, una iniciativa del P. Alberto Eronti: «Caminos de oración del Padre Kentenich»

Los Etchegaray fueron en dos oportunidades jefes de la Región Mborayhú Rendá (Región del Amor); acompañaron muy de cerca toda la preparación para la coronación de la Mater en Tupãrenda el 22 de agosto de 1999 y fueron educadores de cursos de la Federación en los años intensivos previos a la consagración perpetua. Actualmente estaban en un grupo de matrimonios de la Federación que quiere llevar adelante la pastoral de los abuelos.

El alma del curso

Beto era el alma del curso en tiempos especiales, como los de la Jornada de hombres – de la que era el padre – y en esos días estábamos esperando esa Jornada los varones de los cursos 1 y 2. Pero el Señor dispuso otra cosa. De manera inesperada y ahorrándole sufrimientos, con un soplo de misericordia se lo llevó de improviso.

Nos dimos cuenta que partió al cielo otro Federado de Oro.

Beto, con su sencilla espiritualidad, fue la verdadera encarnación del «Niños ante Dios» de nuestro Ideal de Curso.

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PARAGUAY, Kikito Vázquez. Quiero recordar en estas líneas a este querido hermano de curso que ha pasado al Schoenstatt eterno: Beto Etchegaray.

 

 

 

 

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3 Responses

  1. Raquel de Cacavelos dice:

    Gracias Kikito por este testimonio. Es una apretada síntesis de lo que fue la vida de nuestro hermano Beto. Lo que sí puedo recalcar es que vivió plenamente el ideal de su curso "NIÑOS ANTE DIOS, PADRES PARA UN MUNDO NUEVO". Beto fue niño por excelencia y tambien Padre por excelencia. Hermoso legado el que nos dejó

  2. Monina dice:

    Gracias, Kikito, por tu testimonio. Tuve la gracia enorme de conocer muchísimo y compartir miles de experiencias y momentos inolvidables con este GRANDE y Mirta, otra "grande" que no se queda atrás, en nuestra grandiosa Campaña. Junto a los Marini y al P. Nic, formamos el "team internacional" (autodesignado…) y nos reuníamos allá casi todos los años hasta lo del P. Nic. Por suerte pude verlo hace un par de años cuando viajé, y compartimos con los Marini una noche inolvidable.
    Cariños,
    Monina

  3. JULIO GIMENEZ dice:

    Muy bueno lo que decis Kikito, no tengo nada que agregar, vos lo conociste mucho mejor y antes que yo, lo único que me permito agregar es que, además de Nonino, Lyz y ahora Beto, también está Miguel Villalba, de nuetra FAF. Saludos cordiales.
    Julio.-

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