org. El 29 de septiembre, en el día de la Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, el Arzobispo Heiner Koch celebró en la Parroquia Sta. Magdalena en Bonn Endenich el funeral por un sacerdote que estuvo profundamente unido a esa parroquia y la Iglesia Kreuzbergkirche, al igual que al Santuario de Schoenstatt ubicado allí: Monseñor Felix Kreutzwald, quien el 19 de Septiembre – un día después del día de Alianza- fue llamado al cielo a la edad de 79 años después de una breve pero grave enfermedad. El perteneció al Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt y allí apoyó muy especialmente la estructura internacional de la comunidad. Durante muchos años fue rector diocesano de la Familia de Schoenstatt de Colonia, fue asistente espiritual de la Federación Apostólica de Mujeres de Schoenstatt y desde los años 70 estuvo en contacto con el Obispo Heinrich Tenhumberg, quien fue motor para realizar el sueño de tener un Santuario en el Kreuzberg.
“De un día para otro recibió el diagnóstico médico de un tumor incurable. De repente la presencia de la hora de la muerte fue inminente. En oración y en conversaciones se enfrentó a esta situación y luchó por encontrar la decisión acertada. Con total libertad renunció a una terapia de radiación y quimioterapia, que a juicio del médico, hubiese producido un cierto retrazo pero que no hubiese traído ninguna cura”, así lo dijo Monseñor Dr. Peter Wolf, Rector General del Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt durante las exequias en la noche del pasado viernes en la Iglesia Kreuzberg.
Moriah y Tabor – “Quiese ambos toda mi vida”
“El hecho de enterarse del extenso diagnóstico del médico durante una jornada de su comunidad sacerdotal sobre el Monte Moriah y que éste haya sido en el marco de la Fiesta de la Transfiguración del Señor, le ayudó a interpretar y aceptar la voluntad de Dios. El expresó éste pensamiento al día siguiente cuando se le trajo la Comunión para los enfermos. Yo le di la Santa Comunión y juntos hicimos la acción de gracias en silencio hasta que él comenzó a rezar su oración en voz alta. En esta oración él rezó: Voy del Monte Moriah al Monte Tabor.”
Estas palabras arrojan una luz sobre la personalidad sacerdotal de Mons. Félix Kreutzwald, así continuó Dr. Wolf: “el nombre Monte Moriah, así se llama nuestra Casa Sacerdotal en recuerdo del sacrificio de Abraham, encarnó para él la entrega a la voluntad a veces incomprensible de Dios. El Monte Tabor, con el acontecimiento de la transfiguración y glorificación del Señor, se le presentó ante sus ojos como una promesa de la gloria celestial. Y él añadió: quise ambos toda mi vida, sobre ambos prediqué como sacerdote una y otra vez. Ahora debo y quiero ir por ese camino: desde el Monte Moriah al Monte Tabor.
Esta formulación la repitió el Rev. Kreutzwald al día siguiente a un pequeño grupo, en el momento cuando celebrábamos la Eucaristía de despedida sobre el altar del campo de concentración de Dachau en nuestra Casa Sacerdotal sobre el Monte Moriah. El tuvo el deseo de que yo, como Rector General de su comunidad sacerdotal, le administrara la Unción de los Enfermos en esa Santa Misa. Todos nosotros estábamos profundamente conmovidos por su testimonio y la forma de interpretar su camino: yo voy del Monte Moriah al Monte Tabor. Fue un camino con muchos encuentros preciosos…El se esforzó durante muchos años para que nuestra comunidad creciera internacionalmente. Todavía en su lecho de enfermo pude informarle y mostrarle fotos de la ordenación de Obispo de uno de sus hermanos en el Caribe.”
Las legendarias marchas de Jericó y el santuario “político”
Los recuerdos de testigos de la época de Mons. Felix Kreutzwald como joven sacerdote en St. Servatius en Siegburg y en Bonn mostraron otra faceta de esta rica personalidad.
“Félix el feliz, gran cruz, pequeño bosque” (n.d.tr:Kreuz= cruz; Wald=bosque), con el típico gesto en la espalda y su melena: así recordaron los niños y jóvenes de esa época al simpático “Capellán Kreutzwald”, quien organizó espontáneamente autos, choferes y pasajeros con el fin de viajar a Münster para la toma de posesión del cargo como Obispo de su amigo Heinrich Tenhumberg. Al final del viaje los niños se habían aprendido todas las canciones conocidas en Schoenstatt y otras y se enteraron de que a este sacerdote le producía gran diversión de adelantar con su auto y dejar atrás en los últimos kilómetros de la autopista a los autos equipados con pegatinas “MPHC” llevando a personalidades schoenstattianas.
Inolvidables eran las legendarias “Marchas de Jericó” los domingos por la tarde alrededor del lugar en Kreuzberg, donde según la visión del Obispo Tenhumberg y del Rev. Kreutzwald, debía surgir un Santuario. Rezando el rosario ante los ojos atónitos de los peatones, se caminó alrededor de la zona vallada hasta que cayeran los muros de Jericó y la compra del terreno fuese un éxito…
Después de lo que pareció una eternidad entre la avergonzada mirada al suelo y aventuras excitantes, cayeron los muros de Jericó para dar paso a la construcción de un santuario en la Capital Federal (en ese entonces), un santuario para la reestructuración política y social del mundo, un santuario para plasmar al mundo a través del espíritu de la alianza a diplomáticos y ejecutivos de la sociedad. Una misión tal vez demasiado grande y demasiado atrevida para la pequeña ciudad de Bonn.
Una misión, tal vez no tan grande ni tan atrevida para Schoenstatt en el camino al Jubileo del 2014, una gran misión que se puede resumir en el término: Cultura de Alianza. Aunque se necesiten aún algunas marchas de Jericó para su realización tanto dentro como fuera de Schoenstatt y aunque se necesiten un par de idas de Moriah hacia el Tabor…
Gracias Mons. Kreutzwald.
En idioma alemán:
Epitafio del Dr. Peter Wolf (pdf)
Prédica del Dr. Peter Wolf en la Iglesia Kreuzbergkirche (pdf)
Fotos de la visita de la Federación de Sacerdotes en el Kreuzberg, Junio 2012
Con material del Rev. Oskar Bühler/www.moriah.de
Original: Alemán. Traducción: Tita Andras, Viena, Austria
