Publicado el 2012-07-19 In schoenstattianos

Cincuenta años como sacerdote al servicio del Padre Kentenich: El P. Tilmann Beller

ALEMANIA, fma. «Cincuenta años como sacerdote al servicio del Padre Kentenich»: Este es el título del cancionero que habían preparado los estudiantes y postulantes de los Padres de Schoenstatt de Munich para la Misa que se celebró a última hora de la tarde del pasado 30 de junio y describe el actuar de quien celebró ese día sus bodas de oro sacerdotales, un sacerdote a quien, personas de Alemania, Hungría y Austria le deben su crecimiento personal y las tareas que nunca hubieran imaginado por no decir que ni siquiera las habrían iniciado, y a quien proyectos (desde la Academia de Familias hasta esta misma página web) le deben su impulso decisivo: el Padre Tilmann Beller.

“Algo tan pequeño como lo que comenzamos entonces, algo tan de la vida, tan pequeño como era, eso cambia e impregna todo el organismo. Y también incomoda al sistema, que no quiere cambios y se defiende. Pero es lo que corresponde. Y cambia e impregna todo, cuando se continúa adelante. Entonces tampoco depende de lo pequeño o de lo imperfecto que algo o que alguien sea”. Dicho al margen al portador de un proyecto: entonces surge un destello, este carisma profético de destacar procesos de vida en el gran ámbito de Schoenstatt.

Muchos han venido en esta calurosa tarde de verano para vivir precisamente aquello tal y como siempre fue: en el relatar y captar procesos de vida, en el observar con admiración y observar de nuevo y el comparar en silencio… hasta que los que perseveran son premiados con 20 minutos de puro Beller en el Santuario.

Crecer

El trabajo con la juventud en Alemania, la construcción en Austria y Hungría, director del Movimiento de Schoenstatt en Alemania, el trabajo desde Munich con pequeños círculos: En Hungría la familia de Schoenstatt había homenajeado al Padre Beller el fin de semana anterior, por lo que acudieron a Munich, sobre todo, invitados y amigos de Austria y Alemania, quienes, tras la recepción en el parque junto al Santuario y el café bajo la dirección del Padre Elmar Busse, contaban lo que habían recibido del Padre Beller y para qué los había traído. Los profesores de retórica «de la Academia» habían trasladado su encuentro anual previsoramente a Munich, «porque la mayoría habían sido invitados por el Padre Beller a sus bodas de oro sacerdotales». «Cuando escuché que el Padre Beller celebraba sus bodas de de oro sacerdotales, lo tuve claro: viajaré a Munich», dijo el Padre Carlos Cox de Chile, que actualmente se encuentra en Schoenstatt.

A la mayoría de aquellos que salieron adelante les había pedido el propio Padre Beller que contaran algo y algunos lo hicieron sólo por eso…

El artista Michael Fuchs habló de su anhelo de descubrir a Dios en una imagen y cómo a través del Padre Beller decidió pintar un retrato del padre Kentenich con ocasión del centenario de 1985. El Padre Bernhard Schneider relató el crecimiento de aquel grupo de chicos y hombres jóvenes que buscaban “más” y que fueron acompañados por el Padre Beller en el camino de su vocación y muchos de los cuales “querían ser sacerdotes como el Padre Beller”. Muy similares fueron las experiencias que relataron después algunas mujeres que pertenecieron al primer círculo de la Juventud Femenina de Austria.

Josef Wieland (actualmente jefe de la Federación de Familias de Alemania junto a Rosa María) contó sonriente que le debe al Padre Beller lo que sabe sobre las mujeres y matrimonios del círculo “Management y familia” transmiten de forma auténtica que su intento, junto a la Federación de Familias, de crecer como matrimonios y en tareas directivas en la economía bajo la inspiración del Padre Beller, a pesar de no haber tenido éxito, crece cada día más…

La «fundación más duradera del Padre Beller»

Martin Herzog, cuñado del Padre Beller y antiguo ministro de economía de Baden-Württemberg, sobrepasa los tres minutos asignados a cada orador, pero apenas se nota debido a la frescura y originalidad del panegírico del «cabeza de familia espiritual» y la entrañable felicitación final de sobrinas y sobrinos. Totalmente hombre, totalmente parte de una familia.

La familia: «fundación más duradera del Padre Beller», según la convicción de los matrimonios Fellhofer, Sickinger y Mitter, quienes, uno tras otro se ocuparon de su edición, es la FAB, la revista «Familie als Berufung» (La familia como vocación), que debía transmitir el mundo de Schoenstatt y su pedagogía familiar a amplios círculos. Y lo hace. Con una tirada de 14.000 ejemplares, llega cada mes a un número suficiente de familias para crear cultura familiar en Austria. Y más allá. Y le regalaron al Padre Beller páginas de los últimos números de la revista con testimonios de familias que relatan sencillamente lo que han recibido del Padre Beller.

En la misma línea, la fundación de la Academia de Pedagogía Familiar, que comenzando en Viena, se ha constituido ya en Alemania, Suiza, Lituania, Hungría, Croacia y España. «Se trataba y se trata de transmitir el know-how que se ha ido desarrollando en el movimiento de familias de Schoenstatt», según dijeron Eva y Erich Berger. Hoy día, muchos matrimonios dirigentes del movimiento de familias de Schoenstatt, provienen de la Academia… Y clásico lo que comentó uno de los profesores de retórica: «En una discusión un matrimonio dijo: El Padre Kentenich dijo…, ah, no, lo dijo el Padre Beller…, no, fue el Padre Kentenich, pero bueno, da igual, es lo mismo».

No sólo clientes satisfechos, sino colaboradores comprometidos

El Padre Elmar Busse predica en la Eucaristía festiva de agradecimiento, cuya parte musical fue preparada por los estudiantes y postulantes de los Padres de Schoenstatt. El comparó al Padre Beller con Steve Jobs. El invitó a usuarios competentes y comprometidos a ayudar a configurar aplicaciones y así, no sólo ganó clientes satisfechos (como otros que mantienen su saber en estricto secreto y se basan en la atención al cliente), sino colaboradores comprometidos. Con «diálogo en lugar de asesoramiento» caracteriza aquel trabajo científico en el campo del periodismo, que el Padre Beller tiene en su haber y, sin el cual, este artículo tampoco existiría, con un rasgo esencial de la comunicación al estilo Kentenich. Y al estilo Tilmann Beller…

Tras la cena festiva continúa la conversación en pequeños grupos… y continúa durante largo rato.

La enorme cercanía a María

A las diez de la noche está previsto hacer dos cantos y la bendición en el Santuario. Desde lejos se escucha la tormenta que se acerca. Algunos se apiñan a la puerta del Santuario.

Y entonces habla el Padre Beller. Y tras un par de frases todos se apiñan junto al Santuario y no debido a la tormenta. Se trata hoy de dedicación personal, de un mundo, en el que uno se da al otro y dice: Me gustas, y esto no como pedagogía o estrategia, sino como una corriente, una corriente divina. Hoy día hay una pérdida creciente de sustancia antropológica sólida. Entonces todo dependería decisivamente de una mujer concreta, que vendría a este mundo y diría: Aquí soy la Reina. La pedagogía y la psicología ya no son suficientes, sino solamente permanecer muy cerca de la Madre de Dios. La cercanía a la Madre de Dios no significa (solo), rezar el Rosario y ayunar, sino que amemos y que junto a Ella busquemos el encuentro con las personas: lo que Ella ama, a quien Ella ama, tal como Ella ama… y contamos con una fuerza divina que nos capacita para amar. Esto no es sólo un mecanismo sobrenatural, sino una corriente que va de nosotros a otra persona y la enaltece. «La gran cercanía a la Madre de Dios lo hace posible. Afrontamos una época de de milagros. Tiene que suceder algo por parte de Dios. Es necesario un milagro gigantesco de una dimensión global. Nosotros creemos en los milagros. Crean ustedes en un milagro… Pidamos al Padre Kentenich que nos bendiga (él puede hacerlo, es uno de los poderosos) y pidamos que la Madre de Dios haga de nuevo la obra maestra con nosotros y con nuestro Schoenstatt».

Una Misa de agradecimiento en la mañana del domingo, con plática del P. Bernhard Schneider, deja que vuelvan a resonar los acontecimientos vividos. Y la despedida se alarga. Algunos sienten crisis de abstinencia.

Original: alemán. Traducción: Rodolfo Monedero, Madrid, España

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ALEMANIA, fma. «Cincuenta años como sacerdote al servicio del Padre Kentenich»: Este es el título del cancionero que habían preparado los estudiantes y postulantes de los Padres de Schoenstatt de Munich para la Misa que se celebró a última hora de la tarde del pasado 30 de junio y describe el actuar de quien celebró ese día sus bodas de oro sacerdotales, un sacerdote a quien, personas de Alemania, Hungría y Austria le deben su crecimiento personal y las tareas que nunca hubieran imaginado por no decir que ni siquiera las habrían iniciado, y a quien proyectos (desde la Academia de Familias hasta esta misma página web) le deben su impulso decisivo: el Padre Tilmann Beller.

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