Publicado el 2010-12-26 In schoenstattianos

El Padre Horacio Rivas Rodriguez, FPSCH

P. Horacio RivasCHILE, Juan Enrique Coeymans Avaria. Simbólicamente en la fiesta de la Sagrada Familia fue llamado a la Casa del Padre el querido Padre Horacio Rivas Rodriguez.

 

 

 

en el primer libro de Alianzas de Belllavista

El Padre Horacio entró al Movimiento siendo joven, en el año 1952, a uno de los grupos fundadores de la Juventud Masculina del Movimiento en Chile, asesorados por el Padre Ernensto Duran, cuyo ideal era Ne que Mors (tomado de san Pablo: Ne que mors, ni la muerte nos separará de Cristo).

Padres Pelícanos

En el año 1957 ingresó al Noviciado de los Padres Pallotinos en Pirque, Chile, y posteriormente entra a la Comunidad de los Padres de Schoenstatt, cuando esta se funda en 1965. En la comunidad pallotina tuvo como ideal de Curso el ser «Padres Pelícanos». Un hermoso canto de la juventud de esos tiempos, escrito por el Padre Hernán Alessandri, también fallecido, describe el espíritu de ese curso y mucho del espíritu del Padre Horacio:

Padres de un Reino nuevo,
hombres que en su corazón
cobijarán todo un mundo,
que nacerá de sus amor.

Del cielo sagrada promesa,
por Schoenstatt se nos anunció,
subid y en la cruz se nos dijo,
veréis qué herencia se os dió;
Seréis padres de un pueblo santo,
que más hijos ha de contar,
que el cielo en todas sus estrellas,
y que en sus arenas el mar.

Subamos a estar con María
a amarla en su cumbre de cruz,
a ser allí padres Corella,
de un mundo que va a dar a luz.
Subamos a ser otros Cristos,
que encuentren su fecundidad,
en cruz que por amor a Ella
se hará cruz de paternidad.

Amemos la cruz que nos hiere,
y alcemos su herida triunfal,
cual otro costado de Cristo,
llagado de amor paternal.
Cantemos al ver nuestro pecho
que abierto ha empezado a sangrar,
sabiendo que esa sangre es vida
que en otros nos va a eternizar.

Atado del Pastor

Luego se funde ese curso con otros más en el año 1964, y sacan como ideal «Vinctus Pastoris», atado o amarrado del Pastor, para mostrar su deseo de vivir en íntima dependencia y unidad con Cristo Pastor.

En 1964 es ordenado sacerdote en Friburgo, Suiza, y en el año 1966, luego de terminar sus estudios, comienza su ministerio sacerdotal en América Latina.

La mayor parte de su vida sacerdotal la dedicó a formar matrimonios y a la educación de miles de parejas de novios: quería ayudar a formar familias santas. Por eso, su muerte en la Fiesta de la Sagrada Familia es simbólica para muchos.

De su vida, tres cosas quisiera destacar:

Su alegría inmensa, constante, y filial

En Bellavista, 18 de otubre de 2010Recuerdo que en Friburgo, Suiza, en el año que viví junto a él en Villa Therése, todos los días, incluso cuando el viento del África descomponía el carácter y el genio de los más santos, él siempre subía y bajaba las escaleras de esa inmensa casa, corriendo y silbando, cantando y alegre. Nuestro padre fundador decía que para canonizar a alguien sólo examinaría si fue heroico en la alegría. El lo fue, porque fue niño chico delante de Dios y de la Mater como pocos. La alegría es la señal de los niños pequeños ante Dios.

Su paternidad fiel y disponible

En una agenda sobrecargada, siempre se daba tiempo, no sabemos cómo, para atender lo que se le pidiera: un entierro, un bautizo, una postura de anillos, un matrimonio, lo que fuera. Sus hijos sentían que él estaba siempre junto a ellos, con cara sonriente (cuánto le debe haber costado muchas veces, venciendo dolores y angustias). Tenía una fidelidad que hacía honor a su ideal de Ne que Mors, pero también una entrega crucificada como la del Pelícano, símbolo de Cristo, que se abre el pecho para alimentar a sus polluelos.

Y lo tercero, su amor profundo a la Eucaristía y a María

Cuando celebraba Misa, lo hacía con una sencillez, humildad y solemnidad a la vez increíbles. En el momento de la consagración, decía con una concentración, lentitud y solemnidad las palabras, no porque tuviera una visión mágica de la Eucaristía, sino porque sabía y sentía lo tremendo que conllevaban esas palabras consagratorias. Y eso, con un cariño a la Mater, de niño chico, que se sabía querido.

Su vida es la de un Pelícano, que se entregó por entero paternalmente a su pueblo, amarrado a Cristo Pastor, que da la vida por sus ovejas, con una fidelidad hasta la muerte.

Los años, y sin adelantarnos al juicio de la Iglesia , mostrarán que el Padre Horacio, tan querido por todos, porque derramó amor a raudales como otro Cristo para nuestro tiempo, ha sido una alegre visita de Dios, y la imagen de lo que es un verdadero sacerdote santo, hijo y discípulo de nuestro padre Fundador.

5 Responses

  1. Manuel Sánchez dice:

    Hola soy Manuel Sánchez de Costa Rica, he tenido varios sueños místicos desde mi conversión a Cristo y María Santísima, soy parte del grupo de Madrugadores de San Pablo de Heredia Costa Rica, yo particularmente rezo el rosario todos los días y voy a hombres madrugadores de sábado por medio, todos los que le rezamos a la Virgen de Schoenstatt sabemos que lo que vivimos en ésos momentos es grandioso. El día 6 de abril después de regresar de madrugadores llegué a mi casa y me recosté un rato y me dormí. Tengo que decir claramente que no conocía a éste sacerdote ni su relación con el grupo que seguimos a la virgen de Schoenstatt, pero en mi sueño lo ví claramente a él en silla de ruedas y me decía que siempre le gustó ayudar a los demás, despejarse de todo, me dijo me llamo San Horacio, me imagino porque en el cielo dónde el está creo yo , hay muchos Santos aún sin reconocer por la Iglesia Católica. Fué algo muy bonito para mí, me desperté y le conté inmediatamente a mi esposa y ella quedó también sorprendida. Inmediatamente busqué en Google y ví que ése mismo día era el Santoral de Santo Horacio, otra coincidencia, nada es imposible para Dios y creo el me está tratando de decime más a través de sueños. Desde ése día le pido por su intercesión. Bendiciones desde Costa Rica.

  2. Maria Isabel dice:

    El Padre Horacio bautizo a mis 4 hijos , lamentablemente supe de su muerte 2018 estando fuera de Chile cuando mis hijos me preguntaron en mis fotos de sus bautizo quien los había bautizado al empezar a buscar por internet para llevarlos a conocerlo supe con tristeza su partida …con mi sentir profundo siempre lo recuerdo con mucho cariño, un Amor de Padre ,su ternura y devoción …lo tengo en mis oraciones siempre …gracias Padre Horacio por haber tenido la gracia de Dios junto a mis Hijos ya bautizados .Mi Madre catequística fue parte importante para conocerlo .
    María Isabel

  3. María Eugenia Coeymans dice:

    Muchas gracias te damos Padre Dios, por la delicadeza del Padre Horacio al enviar una carta contándonos, a quiénes le queremos, de su salud y pronóstico, que se cumplió el día de la Sagrada Familia.
    Quién más que él valorizó la familia como escuela de vida y como respuesta divina a la falta de vínculos de la sociedad postmoderna.
    Admiramos el coraje con que enfrentó el querer de Dios para él y su filial entrega a Jesús y la Mater.
    Echaremos mucho de menos su presencia, nos duele su partida, pero nos reconforta saberlo junto a Dios, Uno y Trino, a su queridísima Mater, y el Padre Kentencih a quien siguió fielmente.
    El Padre Horacio fue para nosotros el pastor sencillo y afable que conocimos en nuestro ingreso a Schoenstatt el año 1981.
    Nos condujo por pastos frescos a la Alianza, con su presencia permanente en las reuniones de nuestro grupo. Para nosotros, novatos, parecía evidente contar con él, quincena tras quincena.
    Nuestro compromiso de ingreso a Schoenstatt fue sellado junto a él. Más tarde se encargó de disipar nuestras aprehensiones al manifestarle: “no nos sentimos preparados para la Alianza”, cómo si algún día pudiésemos llegar a estarlo.
    La confianza suya en la Mater la transmitía con tal fuerza, en forma permanente, que no nos quedó mas que confiar también nosotros.
    El Padre Horacio nos regaló Schoenstatt como sentido de la vida.
    Todo lo que hacemos está atravesado por ese sentido.
    Cuántas veces escuchó con paciencia, afabilidad, cercanía y comprensión nuestras confesiones, mostrándome el rostro paternal y cercano del Padre Dios.
    Aprendimos del Padre Horacio el agere natura, ese vivir acompasado con todo lo bueno que Dios puso en nosotros, para que haciéndolo crecer, se diluiría lo problemático.
    Nos enseñó a quitar del foco de nuestras miradas lo negativo, tanto en nosotros mismos como en los demás; y a descubrir, en lo malo, lo que pudiese haber de bueno.
    ¡Qué estupenda manera de encontrar en la vida, la felicidad!
    Desde el fondo de nuestra alma, Padre Dios, te agradecemos el privilegio de su presencia en nuestras vidas, su cariño y paternal compañía.

  4. Mauricio Rivas Airola dice:

    A pesar de la tristeza de la partida no puedo dejar de alegrarme de que el Padre Horacio ya está compartiendo en las alturas con sus mas queridos y velará por todos nosotros en su infinita bondad con permanente y mágica presencia.

    Su alegría fue siempre contagiosa, un hombre gozador de las cosas sencillas de la vida, generoso con su tiempo, amable en lo mas profundo del significado de la palabra, solo lamento no haber compartido lo suficiente con él pero sé que cada instante que vivimos en familia fue fecundo, alegre y relevante para nuestras vidas.

    Querido Tío, haberte conocido fue una gran bendición, espero sinceramente que podamos estar a la altura de tu santo legado.
    Mauricio

  5. Andres Rodriguez Iglesias dice:

    Con profunda pena nos enteramos de la larga enfermedad de mi querido tío Horacio a quien conocí cunado era muy pequeño. El nos acompaño por momentos muy importantes en nuestra vida y siempre comente con orgullo su consagración a la vida sacerdotal.

    Lo único que quería estas semanas era despedirme en vida de él pero se que estará para toda la vida en el corazón de mi familia y de muchas personas más,

    Buen viaje querido tío…con cariño Andrés

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