Publicado el 2010-12-18 In Jubileo 2014

Se va para quedarse

Abschied vom Vatersymbol in Memhölzmkf. «¿Salió bien de Zimbabwe? ¿Pasó bien por la frontera? ¿Y en qué lugar de Sudáfrica está ahora?» Estas preguntas se hicieron en Memhölz el pasado 3 de diciembre. La respuesta fue: sí. Sí, el – en Memhölz, desde mediados de noviembre y la «Semana del Padre», el símbolo es «él» y su visita simplemente no concluye nunca – el 26 de noviembre voló de Manchester a Johannesburgo y desde allí viajó a Harare. Desde el 1º de diciembre hasta el 13 de diciembre estuvo en Johannesburgo, ahora está en Ciudad de Cabo. Él, el Padre Kentenich; el símbolo del Padre lo representa también a él, que en el año de la corriente del Padre visita a su Familia internacional y la invita a festejar el centenario de la Alianza de Amor en Schoenstatt y en Roma.

Das Auto mit dem Vatersymbol startet...

El 21 de noviembre el símbolo del Padre se despidió de Memhölz. Y todos los que lo tuvieron en sus manos resplandecían, desde los mayores hasta los niños más pequeños, como si él aún estuviera allí. Su visita no termina jamás y lo cuentan la Casa, el Santuario y la gente.

Las hermosas escenas vividas en la despedida, en la mañana del domingo 21 de noviembre, manifestaban claramente que en esta semana se profundizó la relación con este símbolo y con el Padre Kentenich. Sofía Hinterberger, que con su hermanita Helena ya los días anteriores varias veces habían tenido en sus manos, con asombro y respeto, el símbolo del Padre, lo llevaron desde la capilla de la Casa hasta la recepción y allí se lo entregaron a la Hna. Marion, que lo llevó a Schoenstatt. Dentro de sesenta o setenta años ellas podrán contar a una Familia de Schoenstatt que las escuchará con asombro, como fue cuando este precioso símbolo peregrinaba por todo el mundo y qué sintieron cuando lo tuvieron en sus manos…

Una rosa roja para el viaje

Abschied vom Vatersymbol in MemhölzCuando partió, los niños formaron una senda agitando banderas y muchos pañuelos multicolores, y lo siguieron saludando hasta que ya no vieron más al auto. «Por supuesto nuestro Padre fue en el asiento del acompañante, con el cinturón de seguridad, y recibió una rosa roja para el viaje», contó la Hna. Ingrid María. Y agregó: «Fue una semana muy especial. A veces estuvo donde no se lo esperaba; otra vez, no estuvo donde lo esperaron. A veces uno pasa desprevenido por el pasillo y continúa llevando el símbolo del Padre en las manos. O en otra ocasión uno corre durante horas detrás de él solo para darse cuenta que justamente está viajando por los alrededores…». Pausa. «Así fue cuando él estuvo aquí en aquel entonces. Exactamente así lo fue ahora…».

Relatos sobre el Padre Kentenich para los niños

Kinder im Heiligtum¿Qué hubiera hecho él si hubiese estado toda una semana en Memhölz? Esta pregunta fue la línea central de la Semana del Padre planeada espontáneamente en Schoenstatt auf’m Berg.

Él querría estar con sus mejores colaboradores en un día de trabajo normal.

Y así el símbolo del Padre visitó los lugares de trabajo en la Casa, estuvo un rato en las oficinas, en la cocina, en el comedor y vio como se trabajaba allí.

A él le alegraría especialmente estar con los niños.

En todos los lugares donde estuvo, siempre los niños buscaron su cercanía, a él le gustaba bromear y reírse con ellos y hacerles regalos. Lo demuestran las innumerables fotos y relatos de schoenstattianos que hoy son adultos. A la mañana se reunieron 19 niños para escuchar a la Sra. Weh, que les contaría del Padre Kentenich. Ella organizó un concurso de adivinanzas sobre el Padre, repartió medallas con las imágenes de la Mater y del Padre Kentenich, hicieron rosarios y se alegraron sencillamente por conocer a este Padre. Concluyó con la bendición de los niños en el Santuario…

Él se tomaba mucho tiempo para escuchar y para contar. Mucho tiempo

Herr VoglerFue por eso que Norbert y Gertrud Jehle relataron, en presencia del símbolo del Padre, anécdotas de Milwaukee y de las múltiples facetas de una paternidad profética, que uno encuentra en las peregrinaciones tras las huellas que dejó allá; así, el símbolo del Padre visitó un joven curso de la Federación de familias durante la lectura de textos del Padre; y también «él» estaba allí cuando el Sr. Vogler, el artista que diseñó la «Sala del profeta» contó de su caminar hacia y con el Padre Kentenich, y cómo él, con «la mano en su mano, el corazón en su corazón», pudo perdonar al conductor del camión que lo había atropellado…

Él participa en la celebración de la alianza en el Santuario y en el «Estudio de las fuentes» – un tiempo dedicado al estudio de las conferencias que el Padre Kentenich pronunció en Memhölz -, y él está sencillamente presente acompañando a su familia.

Él estuvo presente cuando los promotores de la futura «Escuela Kentenich», en Kempten, desarrollaron, junto con la Hna. Kornelia, de Schoenstatt, sus próximos pasos en las relaciones públicas. Estuvo en la ceremonia de envío de la Academia, en las Santas Misas de esta semana, en las horas de adoración y en la vigilia nocturna del sábado que hizo la juventud.

Él también visitó…

Am Grab von Gertraud von BullionVisitó a las personas de los alrededores, que estuvieron o están vinculadas con él. Un día de esta semana del Padre, el símbolo del Padre se fue con un pequeño grupo, entre el hielo y la nieve, a visitar la tumba de Gertraud von Boullion.

Otro día miró los posibles edificios en Kempten, para la futura «Escuela Kentenich», tanto desde una visión «realista» hasta la de: «porque es imposible, entonces es posible». Pero acerca de esto hay un informe aparte (en alemán).

Y naturalmente también visita, a la noche, el departamento de las Hermanas, la vivienda de la familia responsable de la casa, el departamento del capellán de la casa, P. Erhard… Y para ello organiza su propio programa.

Él regresó otra vez

Jugendliche mit dem Vatersymbol - vor der VigilnachtSábado 20 de noviembre. Faltan aún dos horas para que comience la ceremonia de envío de la Academia. Hay tres personas en la escalera: una de ellas tiene en sus manos el símbolo del Padre (tiene que llevarlo a la capilla de la Casa) y en verdad todos ya tendrían de estar en otro lugar, pero al hablar se entusiasman y se quedan charlando. «Él» estaba sencillamente entre ellos. Entró un matrimonio mayor. Llegaban temprano – junto a su hija mayor – para la ceremonia de envío de su hijo, por lo que aún les quedaba algo de tiempo. «¡Mira allí, es el símbolo del Padre!…» – «¿El símbolo del Padre? No sabíamos que estuviera aquí. De lo contrario hubiéramos trepado antes hasta aquí». Un poco tristes y con una marcada nostalgia en la voz. Una larga mirada. «¿Quieren tenerlo?». Con un brillo en sus ojos respondieron: ¡sí! Y fueron ambos para tener el símbolo del Padre en sus manos, sin dejar de mirarlo…

Hace 43 años, al margen del programa de la visita a Memhölz, el Padre Kentenich bendijo especialmente a una señora que ansiaba mucho tener su primer bebé. Le pidió a la Mater – rezó con mucha insistencia – que Ella hiciera algo al respecto.

Era esta señora, que ahora se va radiante con el símbolo del Padre.

Traducción: aat, Argentina

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