columbario, San Fernando

Publicado el 2024-04-09 In Vida en alianza

Un columbario junto al santuario en San Fernando

CHILE, Jaime Valenzuela / Equipo editorial • 

En una columna para schoenstatt.org de enero de 2024, después republicada en la revista chilena “Vínculo”, Rafael Mascayano compartió una reflexión bajo el título: “Quisiera que mis cenizas pudiesen quedar en Bellavista”…, y plantea casi al término de su escrito: “¿Será mucho pedir que para estos 75 años del 31 de mayo se pueda pensar, deliberar y echar a andar la idea de la construcción de un columbario o memorial en Bellavista?”. —

Fue una propuesta que despertó varios comentarios a favor… y un descubrimiento: La Familia de San Fernando en su terruño tiene un columbario que ya está en su etapa final y espera poder implementarlo en poco tiempo más. ¿Cómo surgió? Jaime Valenzuela lo cuenta, primero en la revista Vínculo y ahora en schoenstatt.org.

El vínculo con el santuario

A finales de 2015, en conversaciones al interior de la Rama de Matrimonios de la Familia de San Fernando, se descubrió el interés de varios integrantes por dejar establecido que a su muerte sean cremados y sus cenizas depositadas en los jardines del santuario. Se conversó con el asesor de esa época, el P. Miguel Kast, a quien se le hizo saber nuestro interés, porque para todos nosotros la vinculación a nuestro santuario es tan profunda que deseamos que se prolongue más allá de nuestra vida terrena. Como una forma de manejar esta situación y para dar un trato digno a las cenizas de los interesados, además de poder obtener algún beneficio económico para mantener las instalaciones del recinto, se planteó la construcción de un columbario.

El P. Miguel Kast presentó la petición al Consejo de los Padres de Schoenstatt, no existiendo objeciones al respecto. Nos aconsejó hablar con el obispo de aquel entonces, monseñor Alejandro Goic, quien nos recibió junto con la entrega de una carta que hicimos llegar en aquella ocasión, y nos autorizó a seguir adelante con el proyecto, cuidando de no caer en situaciones comerciales como las que habían ocurrido en algunas parroquias de la diócesis de Santiago. Despejados los temas relativos a las autorizaciones correspondientes, se solicitó a nuestra arquitecto Nieves Cosmelli la elaboración de un proyecto que guardara coherencia con la arquitectura del resto de las instalaciones del lugar, entregando un proyecto basado en un módulo para 30 unidades, el que podría repetirse las veces que fuera necesario.

El primer módulo ya se construyó y solo faltan las placas de mármol que constituyen el encerramiento de cada nicho. En cuanto a la parte administrativa, solo se encuentra pendiente el trámite para poder emitir facturas u otro documento que permita hacer la transacción. No conocíamos de otras situaciones similares a nuestro proyecto de otras familias de Schoenstatt, pero posteriormente la Familia de Curicó se interesó en él y comenzó con su propio proyecto.

En la ciudad de Monterrey, donde se está construyendo un segundo santuario, ahora en el centro de la ciudad, el proyecto incluye también nichos funerarios. Mucha gente en el área está feliz de pensar que sus restos mortales puedan descansar bajo el altar del santuario. Ese “sótano”, por cierto, tiene mucho mérito, pues está enclavado en roca pura y perforarlo ha sido tarea ardua y tardada. Si Jesucristo estuvo tres días en un sepulcro tallado en roca, ¡qué privilegio que nuestros restos descansen también entre rocas, en la presencia de la Santísima Virgen!

Columbario

Colaboración: Eduardo Shelley @schoenstatt.org

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