ALEMANIA, Renate Siebenkäs •
En la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco hizo una invocación de su lema – «María se levantó y se puso en camino apresuradamente» (Lc 1,39): «Nuestra Señora apurada», la llamó, traducido un poco torpemente en alemán como “Unsere Liebe Frau in Eile” («Nuestra Señora de prisa»). Durante la celebración de la fiesta de su Asunción al cielo en el Santuario de la Unidad de la archidiócesis de Bamberg, el P. Andreas Hornung lo convirtió rápidamente en la invocación: Eilige Maria (en vez del conocido “Heilige María”, Santa María), «María apurada». Esta es María que se apresura hacia el pueblo como la Virgen Peregrina. María tiene prisa. —
Al comienzo de la Misa festiva, acompañada musicalmente por la banda de música de Hohenpölz, el Asesor Diocesano del Movimiento de Schoenstatt en la Archidiócesis de Bamberg, Martin Emge, dio la bienvenida a los cerca de 500 fieles llegados no sólo de los alrededores, sino también del Bajo y Alto Meno, del Rhön, de Núremberg y de la zona de Ansbach. Dijo: «Hoy celebramos una fiesta con un aroma especial. No sólo proviene de los numerosos ramos de hierbas, sino también de María misma. Ella dio a luz al Salvador que nos redimió y liberó de la culpa del pecado. María lo llevó todo. Por eso su Hijo da gracias a su madre y la recibe en el cielo como el primer ser humano, en cuerpo y alma. María nos lleva hoy al cielo. Pero vuelve a la tierra, porque María está presente en todas partes para asistirnos en nuestras necesidades cotidianas».
En su homilía, el sacerdote schoenstattiano Andreas Hornung habló primero de la asunción corporal de María al cielo. En hebreo no hay dos palabras para cuerpo y alma. María ascendió con toda su alma.
Procesión por el predio – Foto: Jorge Ñancupil
María se levanta y viene deprisa desde el cielo
A continuación, Andreas Hornung se refirió a la Jornada Mundial de la Juventud y a su lema:» María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). «Ella estaba allí», dijo. «Se levantó deprisa y llegó hasta donde encontró corazones abiertos y llenos de anhelo». Y: «En la Jornada Mundial de la Juventud, un joven peruano contó un mito de la creación del mundo. Allí hay un ritual cada mañana en el que la gente da gracias por la creación. La Madre Tierra nos da todo lo que necesitamos para vivir». A continuación, el joven habló de la destrucción de la tierra por las empresas».
Así que surgió claramente este tema que nos afecta a todos cada día: el cambio climático.
Misa festiva ante el santuario y pabellón abarrotado | Foto Jorge Ñancupil
María entra en mi vida diaria como peregrina
«Ella pasa la página. En torno a ella nace una nueva vida, un nuevo clima. María, asunta al cielo, se apresura hacia nosotros. Este acontecimiento celestial no es asunto privado de ella, sino que podemos sentir que tiene algo que ver con nosotros». En este contexto, explicó la intención de la «Virgen Peregrina»: «María entra en mi vida cotidiana como peregrina. La visita mensual con la imagen de Schoenstatt se ha convertido en un ciclo de amor. María nos enseña gratitud, atención, justicia y pone en marcha el amor. Ella nos hace sentir que el cielo está allí cuando viene de visita».
Andreas Hornung terminó el discurso con peticiones a la Virgen: » ¡María apurada, ruega por nosotros, María apurada, ¡ven a nosotros! María apurada, conéctanos con Jesús, y luego sólo siempre en nuestra vida cotidiana. Amén».
Martin Emge imparte la bendición eucarística delante del santuario. La custodia está inspirada en el logotipo de Schoenstatt. | Foto Renate Siebenkäs
La flor más bella del mundo
Más de 500 fieles acudieron por la tarde a la adoración mariana para estar muy cerca de la Virgen y pedir para sí sus dones de gracias. Como tema central de la devoción se eligió un verso del musical «Ave Eva» de los años setenta: «Se hizo aroma. La flor más bella del mundo: María».
Es una alusión a una leyenda muy antigua sobre la muerte de María. Según la leyenda, tras la muerte de María, los apóstoles se reunieron en su tumba. Sin embargo, cuando abrieron la tumba, no encontraron el cuerpo descompuesto, sino flores y capullos. A los apóstoles les llegó un maravilloso aroma a rosas.
De ahí surgió la costumbre de ofrecer ramos de hierbas en la fiesta de la Asunción de María al cielo.
Willms dice de ella: Se hizo aroma, se ha ido. Hace más de diez años, Stefan Warthmann lo describió así en un programa de radio: «Ella lo soporta todo confiando en que Dios lo convertirá todo en bien. Puede parecer ingenuo. Pero resulta que me lleva mucha ventaja en esto. Al fin y al cabo, sabe lo que pasa. Y cuando me doy cuenta, ella ya está allí. Como si dijera: Me voy. Al cielo. Hecho Aroma».
Liturgia mariana | Foto: Andreas Hornung
Una carpa se convierte en el palacio al aire libre de la Madre de Dios
La plaza que rodea el Santuario de Schoenstatt en Marienberg está bajo un sol abrasador. Pero los peregrinos encontraron sombra, porque para ello se había erigido hace tiempo la «carpa de sombra», un pabellón abierto y ligero. El Asesor Diocesano Martin Emge explicó brevemente los nuevos logros de la carpa. Ahora tiene un techo impermeable. Una imagen de la Virgen María y una cruz con el logotipo de Schoenstatt al lado, se colocaron en el lateral de la carpa para que no pasara desapercibida a los celebrantes. Así, la carpa se ha convertido en un nuevo lugar de oración. Una carpa que podría haber estado en una jardinería se convirtió en un nuevo oasis de oración.
Christopher Helbig, un nuevo sacerdote, dirigió la oración y dio la bendición al final. De forma totalmente inesperada, recibió el honorable encargo de bendecir la cruz y la imagen de María de manos de Martin Emge justo al comienzo de la liturgia mariana.
Primera bendición Christopher Helbig | Foto: Renate Siebenkäs
Como María, difundir un clima de amor perfumado
Espontáneamente, sin pensarlo dos veces, el nuevo sacerdote rezó y bendijo la cruz y la imagen de Schoenstatt con la siguiente bendición:
«Dios todopoderoso, en la cruz de Jesucristo nos has dado un signo de redención. Originalmente un signo de desprecio para el hombre se ha convertido en una fuente de fortaleza para nosotros. Bendice esta cruz para que nos recuerde siempre nuestra redención cuando nos pongamos bajo este signo.
Dios todopoderoso, nos has dado a María como Madre nuestra que está en el cielo. Bendice esta imagen de María para que nos señale siempre el cielo, que ya podemos encontrar aquí en la tierra cuando miramos a María asunta al cielo».
Así, en muchos pequeños y grandes pasos, un nuevo lugar de oración ha crecido a partir de la carpa en el Marienberg. Casi se podría decir: la carpa se ha convertido en un palacio al aire libre de la Virgen. Que muchas personas se sientan atraídas por María, que quiere conducirnos a su Hijo Jesús.
Antes de la bendición, el nuevo sacerdote despidió a la feligresía con su lema de primicia, que había entretejido en una oración: «Señor, tú también obras milagros de transformación hoy, allí donde encuentras personas que son como María: atentas, mediadoras, confiadas y orantes. Que, como María, difunden un clima de amor perfumado. Te damos gracias, Señor, porque sabemos que Dios obra todas las cosas para el bien de los que le aman (Rm 8,28). Amén».
«Sentimos mucho la fiesta de la Asunción en Santa María. ¡Realmente alentadora!», dijo un peregrino, y otro: «¡María nos dio muchas bendiciones en esta fiesta!».
Foto: Vroni Freitag
Original: Español. Traducción: Roberto M. González, Bonn, Alemania
