Publicado el 2010-04-29 In Vida en alianza

Mons. Rafael Biernaski: de la consagración al Santuario

Curitiba: Heilige Messe mit dem neuen Weihbischof am Tag nach seiner BischofsweiheBRASIL, P. Egon Zillekens/mkf. Rafael Biernaski, luego de ser consagrado como obispo auxiliar de Curitiba, decidió inesperadamente celebrar la Sta. Misa en el Santuario de esta, su ciudad natal. Fue causa de gran alegría para todos los que estaban allí. Mons. Biernaski realmente se encuentra en casa en este Santuario.

 

 


Mittagessen im Erzbischöflichen PalaisEl 15 de abril, en vísperas de la consagración episcopal, hubo un almuerzo en el palacio arzobispal en el que participaron el Cardenal de Salvador de Bahía, el arzobispo de Curitiba y sus dos obispos auxiliares.

«Estoy profundamente impresionado por lo de ayer, por lo de hoy y especialmente por él»

El P. Egon Zillekens contó espontáneamente algunas impresiones personales en la consagración del nuevo obispo: «Fue solemne, llena de vida, alegre y seria, duró tres horas y media, participaron 24 obispos (casi todos del estado de Paraná), más de 150 sacerdotes, muchísima gente. Mons. Rafael es muy apreciado tanto por los obispos (todos lo conocen especialmente por su tarea anterior en Roma) como por los sacerdotes y especialmente por los fieles. Todos valoran su modo de ser cordial y abierto, su humildad, su profunda religiosidad, su diplomacia y su capacidad de atender hasta las pequeñeces y los más insignificantes deseos de los que lo rodean.

Estoy profundamente impresionado por lo de ayer, por lo de hoy, y especialmente por él.

Vor dem Heiligtum in CuritibaSchoenstatt y la Federación de sacerdotes salieron oficialmente «bien parados» ante todos. Esto le dará un nuevo impulso a nuestra comunidad. También fue muy bien recibido – y varias veces mencionado – que yo estuviera allí como representante de la dirección internacional de la Federación de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt.

El momento más emocionante – naturalmente después de la liturgia – fue cuando Mons. Rafael, luego de su consagración episcopal, dio el saludo de la paz no solamente a los obispos sino también a su anciano padre, que se le acercó: todos se pusieron de pie y estalló una ovación.

Después de varias alocuciones, le tocó también el turno a su padre. Dijo solamente «soy muy feliz, sé un buen obispo, bendícenos». Esto caló hondo en los corazones de todos, también en el mío.

¡Fue un gran día!

Álbum de fotos: visita al Santuario de Curitiba y celebración de la Eucaristía

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *