mkf. Sábado 8 de mayo, unos minutos antes de las ocho de la tarde. En la cruz de la plaza de peregrinos, al lado del Santuario Original, se encuentran unas cinco, seis personas: un matrimonio mayor, Hermanas de María, jóvenes… Aparece una pequeña estatua de la Virgen de Luján, la bandera de la Argentina, y mientras llegan más y más personas, el Santuario Original se vistió de celeste y blanco. «¡Apúrense!», dice la Hermana María José, «si no, perdemos la hora encender la vela». Cantando, el pequeño grupo se dirigió al Santuario Original.
En la Argentina son las tres de la tarde, y en todo el país se encienden cirios como símbolo del compromiso con la patria: una nueva luz de esperanza para la Argentina.
Emocionados, los argentinos que están en Schoenstatt encienden a esa misma hora 200 velitas en el Santuario Original.
«Aún no puedo contener las lagrimas al recordar ese momento, cuando nuestro Santuario Original se adhirió a las celebraciones en nuestro país», dijo días después una de las asistentes. Este es el Schoenstatt que anhelamos en la Conferencia 2014, comenta Sarah-Leah, de Sudáfrica. Una familia vinculada internacionalmente… llorando y festejando con cada una de las familias nacionales…
En unión con Luján
En el altar del Santuario Original, sobre una bandera celeste y blanca, los peregrinos argentinos colocan la imagen de la Virgen de Luján. Cada uno se acerca al altar, y pedacito por pedacito, provincia por provincia, «construyen» el mapa de la Argentina. «Con Maria construyamos una patria para todos»: el lema de las celebraciones, formulado en la Jornada de Delegados de la Familia de Schoenstatt en octubre de 2009 y asumido luego por la Iglesia, resuena en el Santuario Original.
Textos de la peregrinación a Luján, la oración por la patria, la entrega del preámbulo de la Constitución Nacional…
Quizás sea la reunión menos masiva de todas las que se realizan a esa hora en la Argentina y más allá, tal vez también la más espontánea, pero tiene el sello del compromiso y de la esperanza, el «sello» de este 8 de mayo de 2010, de este bicentenario.
Después de la foto obligada, todos se reunieron en la Casa Schoenfels para tomar mate con galletitas y caramelos (los característicos «alfeñiques») de Tucumán.
La Hermana Maria Teresa (argentina), de la Dirección general de las Hermanas de María, se encontró charlando con las hijas del primer grupo de la Juventud Femenina en City Bell, del que fue asesora, los alemanes y sudafricanos también toman mate, Carlos y Mirta charlan con las Hermanas de María… y la Peregrina, en medio de la mesa, mira a la imagen de la Virgen de Lujan…
«Con Maria construyamos una patria para todos».
En la Alianza construyamos un Schoenstatt de todos.
qué emoción!!!! saber que se rezó por nuestra querida y sufrida Argentina en el Santuario Original a la misma hora en que todos encendíamos la velita y orábamos confiados a María,nosotros,en la ciudad de concepción del uruguay ,lo hicimos en nuestra Ermita que se encuentra ubicada en una plaza.Gracias!!!! por acercarnos este informe y las fotos.Realmente es muy emocionanteQue la Matercita los cubra de bendiciones.