COLOMBIA, Hna. Eugenia-María Muñoz. Visitamos hace pocas semanas Medellín con Elaine Gibbons, miembro de la juventud de Viña del Mar/Chile, ocasión en que Pilar Marín de los grupos de señoras nos hace una «especial invitación» para almorzar en el Comedor 2014, en un sector sumamente pobre… Después de trepar literalmente por cerros y quebradas llegamos al BARRIO NUEVA JERUSALEN, el que da la bienvenida a todo visitante con un gran lienzo que tiene impresa la imagen de la MTA, y una gran pendón con las fechas: 1914-2014.
En ese lugar más de 220 familias han levantado «casitas», sin agua potable, sin servicios sanitarios mínimos, familias que han venido del campo, o desplazados por la guerrilla… Entre todos han construido un galpón que hace de «comedor y templo», donde diariamente almuerzan unos 80 niños.
El conseguir los alimentos es trabajo diario de la Providencia divina, quien se vale de numerosas colaboradores de la Parroquia N. Sra. de Chiquinquirá, cuyo párroco P. Javier Jaramillo apoya múltiples iniciativas para que Schoenstatt vaya en ayuda de los pobres, en Parroquias donde los sacerdotes se han ido vinculando con el Movimiento y han entronizado a la MTA de Schoenstatt en pequeños Santuarios Parroquiales.
La Casa de la Alianza
Gozamos con estos niños, y nos maravillamos del ambiente de fraternidad y acogida de estas familias que poco y nada tienen, pero mucha alegría en los ojos y ganas de vivir. Almorzamos un delicioso pescado con arroz, y visitamos las instalaciones que levantan con gran ilusión:
LA CASA DE LA ALIANZA, con dos piezas, una para manualidades y otra para catequesis.
EL COMEDOR Y TEMPLO, donde cada sábado tienen Eucaristía.
LA COCINA Y BODEGA DE AYUDA SOCIAL.
Fuera de esto hay una docena de casas donde se reza cada tarde el Rosario, colocan un letrerito en las ventanas avisando para que la gente vaya.
¡No tuve ninguna duda de lo feliz y acogida que se siente nuestra querida Mater en estos suburbios colombianos!
Sin duda la Mater va conquistando Colombia desde los más humildes. Un claro ejemplo del trabajo apostólico organizado y fructífero que se puede llevar con alegría y perseverancia.