Schoenstatt de otoño

Sandra Lezcano. Teniendo la tarde libre aproveché para hacer un breve recorrido por Schoenstatt, por los lugares que a menudo paso una y otra vez y que a veces con la prisa no me tomo el tiempo de apreciar.

Un nuevo buzón de Correo

¡Apenas iniciada mi caminata ya encontré novedades en Schoenstatt! Un nuevo buzón del Deutsche Post (Correo de Alemania) frente al Centro del Peregrino, por lo que ya no habrá que caminar hasta el centro de Vallendar para enviar el correo.

Luego de ponderar el nuevo buzón, continué caminando hacia el Santuario Original y fue un paseo mágico: todo estaba vestido de otoño.

El Santuario Original está hermoso revestido con los colores característicos de esta época del año. Todos los árboles empiezan a prepararse para la caída de sus hojas y, aún así, ofreciendo una imagen increíble, llena de vida.

Nuestra vida también tiene otoños

Me puse a reflexionar entonces que todos debemos también pasar por varios otoños en nuestra vida y sobre todo en el corazón. Permitir que todo lo superfluo, las preocupaciones del día a día salgan de nosotros, dejar caer todo aquello que no nos deja escucharnos a nosotros mismos. El otoño quizás para algunos sea más doloroso que para otros, al igual que algunos árboles con mucha rapidez secan sus hojas y quedan desnudos ante un leve viento, mientras que otros son más resistentes, llevan tiempo en caerse sus hojas e inclusive algunas quedan bien prendidas a su tronco. Lo importante es que mientras dura este proceso siguen embelleciendo el lugar, de manera distinta pero hermosa.

¡Cómo dudar de la existencia de un Dios!

Así también nosotros deberíamos tratar de seguir resplandeciendo en el jardín que nos toque estar, despertando lo mejor en aquel que nos aprecia, aún a pesar de que los procesos de cambios puedan ser dolorosos en algunas ocasiones de la vida.

Dios permite los cambios para algo mejor: así como el otoño nos prepara para el frio invierno, trae consigo también la esperanza de una nueva primavera.

Pensando en esto seguí caminando, llegando a los patios de la Casa Marienau, donde pude apreciar los manzanos, los senderos llenos de hojas secas, llas ardillas que aparecían y desaparecían de un árbol a otro. Quedé maravillada con todo lo que Dios ha hecho y la perfección de la naturaleza, ¡cómo dudar de la existencia de un Dios!

Cómo no agradecer por tanta vida aún en medio de un proceso en el que para algunos resulta hasta melancólico. Apreciar la naturaleza nos permite estar en un contacto con Dios Padre. Muchas veces estamos rodeados de una exuberante naturaleza pero no nos damos el tiempo de apreciarla, sin darnos cuenta que Dios nos habla a través de ella.

Que este otoño sea también el proceso de cambio que necesitamos por dentro, que dejemos caer aquello que no nos deja ser plenos, confiando en que Dios nos quita sólo aquello que estorba para una floreciente primavera.

En cada ermita y Santuario del mundo hagamos que Schoenstatt florezca cada día en más corazones

También Schoenstatt como Familia quiere florecer en la siguiente primavera, en este proceso de llegar al gran Jubileo. Demos lo mejor de nosotros mismos desde cada grupo, cada rama. En cada ermita y Santuario del mundo hagamos que Schoenstatt florezca cada día en más corazones como regalo a nuestro Padre Fundador, quien nos motivó siempre a cultivar un bello jardín de María. Aprovechemos la Apertura Internacional del Trienio este 17 de octubre y el 18 a nivel nacional para iniciar este proceso de cambio rumbo al 2014. Que cada schoenstattiano pueda experimentar estos 3 años de preparación como un gran proceso de preparación y asi conquistar nuevamente el Reino de nuestra querida MTA.

La Apertura Internacional del {cms_selflink page=»trienio» text=»Trienio»} se celebra el 17 de octubre de 2010 en Schoenstatt, comenzando a las 19.30 h en la Iglesia de la Adoración y culmina cerca de 22.00 h en el Santuario Original. Están todos muy bienvenidos a sumarse.