José padre

Publicado el 2021-01-05 In Año de San José, Iglesia - Francisco - Movimientos

“El hombre de la presencia diaria, discreta y oculta”

HOMBRES SAN JOSÉ | Miguel Lasso de la Vega, España •

The Joseph Challenge 2021 de Schoenstatt.org, only for men (El Desafío José 2021 de Schoenstatt.org, sólo para hombres): Hombres de diferentes opciones vocacionales en la Alianza de Amor, de diferentes países y generaciones, se dejan desafiar por la carta del Papa Francisco Patris Corde sobre José, “esta figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana”, y comparten lo que mas les impacta y motiva en la figura de San José y la carta del Santo Padre sobre él. El primero en asumir el challenge es Miguel Lasso de la Vega, de España. —

Padre
Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. (…)
San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa».

Papa Francisco, Patris Corde

 

La profunda carta en la que el Santo Padre Francisco nos escribe sus reflexiones personales a propósito de la figura de san José, personalmente la siento como una interpelación para poner mi vida en comparación con sus virtudes. ¿Dónde estoy yo en relación con ese discreto héroe del día a día que calladamente trabajó, sirvió, se entregó y amó, cumpliendo la voluntad de Dios?

“Presencia diaria, discreta y oculta”, dice el Papa y sin embargo con un protagonismo sin igual en la historia de nuestra salvación. Porque José es charnela, pieza clave que une “el Antiguo y el Nuevo Testamento”, el hijo de David, el esposo de María, el padre de Jesús. Pero en nuestro mundo, ¿resulta legítimo el no ser aparentemente nada con el fin de serlo sólo para otros?

Mi currículum

¿Quién fue San José? ¿Cuáles fueron sus antecedentes familiares, su formación? ¿Qué puestos civiles desempeñó en su comunidad? ¿Sus trabajos de carpintería se conocían en toda Galilea? ¿Fue el mejor carpintero de Nazaret? o, al menos ¿fue el único? Con estos parámetros y otros similares nos medimos ahora. Sin objetivos no podemos supuestamente crecer como personas; objetivos que nos marcamos u otros nos marcan; objetivos que debemos cumplir porque de ellos depende nuestra manida autosatisfacción.

En mi currículum pongo lo que he aprendido y donde, lo que he hecho, lo que he dicho, lo que pretendo ser, a veces escuetamente mis proyectos a futuro y así espero que otros puedan saber de lo que soy capaz. Pero en mi currículum no está lo más importante, si soy de todos los que me rodean antes que de mí mismo. Me temo, en mi caso, que se simplificaría mucho su contenido.

Por eso a mí siempre me han atraído las vidas de santos y santas de Dios, que siguen su voluntad actuando y realizando obras grandes, extraordinarias, enormes fundaciones, maravillosos milagros, sacrificios hasta la muerte. Pero esta carta nos hace meditar sobre una vida que no fue así y, en cambio, fue entendido como padre por muchos de esos santos. La vida de José fue una vida de pocas cosas muy grandes, y al contemplarla me veo tal cuál soy. ¿Qué me mueve? ¿Cuánto hay de vanidad?

Quién ha podido abrazar con inmenso cariño a la Virgen María y sostener con ternura al Niño Dios, que le ha mirado y sonreído, estoy seguro que no debe desear, ni necesitar nada más.

¡Cuánto aprendo de José!

Los miedos y las dudas que como padres tenemos y seguro que José tuvo, del futuro que podremos dar a nuestros hijos, en su caso se acrecentaron al no poder preparar un lugar digno al que estaba por nacer, al que manifestaría la gloria divina en el cuerpo frágil de un Niño. José vio a Dios en la criatura que crecía en el vientre de María, en la mirada de Jesús recién nacido, y me pide que también vea en la mirada de mis hijos la mirada del Padre, porque en la ternura que nos inspira está la ternura de Él hacia nosotros.

¡Cuánto aprendo de José! Él creyó, él confió, él supo leer y aceptar la voluntad de Dios y reafirmar su fe. Él fue valiente y no se arredró. ¿Cómo hubiera actuado yo en el papel de José? ¿Confío en mi mujer cuando surgen los problemas domésticos? ¿Respeto sus tiempos? ¿Tomo la iniciativa en las decisiones clave o prefiero quedarme al margen?

El mundo necesita padres

“La Iglesia hoy en día necesita padres… el mundo necesita padres” nos recuerda el Papa y precisamente en Schoenstatt sabemos de la importancia del principio de paternidad, pero saberlo no es lo mismo que aplicarlo en el día a día o tomar conciencia de que con mis hijos o con quienes se me han encomendado solamente soy un humilde transparente de la paternidad de Dios, un instrumento para conducir a otros hacia Él.

En esta hora de tribulación la vida de san José, veinte siglos después, se nos sigue presentando misteriosamente válida, un ejemplo a seguir, un modelo que me guía. Por eso, en mi oración te pido la protección, a ti, custodio del Redentor, para mi familia, para Schoenstatt, para la Iglesia.

 

San José padre

San José Foto: iStock Getty Images   © WichitS Parkled, Thailand

 

 

 

 

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