Publicado el 2014-02-06 In Francisco - iniciativas y gestos

La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de aquellos que se encuentran con Jesús

VATICANO, Dra. Pamela Fabiano. La Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium es el documento que el Papa Francisco ha querido dejar a los fieles cristianos en la clausura del Año de la Fe. Redactado para orientar e indicar (la palabra exhortación proviene del verbo en latín ex – hortari «motivar a hacer algo» pero también «consolar, elevar») las líneas conductoras del camino de la Iglesia del futuro y para invitar a una nueva etapa evangelizadora.

Alegría

“Alegría” es la palabra clave del documento. Presente en el texto 76 veces y en posición de primacía, la palabra “alegría” penetra el pensamiento del Santo Padre y se pone desde el inicio delante nuestros ojos, mientras leemos. El Papa nos advierte: “El gran riesgo del mundo actual, con su multiplicidad y opresiva oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se cierra en los propios intereses, no hay más espacio para los demás, no entran más los pobres, no se escucha más la voz de Dios, no se goza más de la dulce alegría de su amor, no se palpita el entusiasmo de hacer el bien. También los creyentes corren este riesgo, cierto y permanente” (EG 1,2). El corazón de la Exhortación es este: somos cristianos dispuestos a abandonar las tristezas individuales, de las que somos más o menos conscientes, para dejarnos invadir por la voz de Dios que nos habla a través de la belleza del mundo, a través del grito del pobre, ¿a través del canto de la conciencia individual?

Los libros del Antiguo Testamento habían propuesto la alegría de la salvación, que había llegado a ser sobreabundante en los tiempos mesiánicos.

El Evangelio invita con insistencia a la alegría: “Alégrate” es el saludo del ángel a María (Lc1,28) ; Juan da saltos de alegría en el seno de su madre cuando María va al encuentro de Isabel (cf Lc1,41) y, María en su canto, proclama “mi espíritu exulta de júbilo en Dios, mi Salvador” (Lc1,47)

El Santo Padre, por consiguiente, nos hace la desarmante pregunta: “¿Por qué no entrar también nosotros en este río de alegría?” (EG 1,5), “Porque si alguno ha recibido este amor, que le vuelve a regalar el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicárselo a los otros? (EG 1.5), en efecto, ¿Cómo puede?

Todos los ambientes de la vida social en que un cristiano se mueve deben ser nuevamente invadidos de la alegría de transmitir la buena noticia de la salvación

La Exhortación es larga y muy articulada, pero rápidamente se puede captar ya que el lenguaje es fácil, fluido, comprensible. El Papa nos habla de un modo sencillo y usa expresiones simples para hacerse entender.

En el hilo rojo de la “alegría de la Evangelización”, corren los temas y los lugares queridos por la Iglesia: la vida de las asociaciones y los movimientos, la parroquia, la familia, la sociedad, la economía, la política, la comunicación, el diálogo con las otras religiones. Todos los ambientes de la vida social en que un cristiano se mueve deben ser nuevamente invadidos de la alegría de transmitir la buena noticia de la salvación.

Cultura de la Alianza

Como cristianos y schoenstattianos, nos sentimos interrogados también nosotros por este mensaje, al menos, así espero. En una reciente entrevista en el periódico Avvenire, el Padre Heinrich Walter dice que muchos son los temas y los pasajes de la Exhortación en los que se pueden volver a encontrar elementos queridos por el Padre Kentenich: el acento sobre una Iglesia peregrina que se pone en escucha “del pulso del tiempo”, la primacía de la vida de cada uno sobre las organizaciones y estructuras.

Nuestro objetivo pedagógico, que se resume en el “hombre nuevo”, o bien, libre, fuerte y con una impronta misionera, se vuelve a encontrar en toda la Exhortación y en este, nuestro año jubilar, las palabras del Santo Padre nos guían a la concretización de lo que nosotros llamamos “Cultura de la Alianza”: el trabajo social y misionero que deriva de nuestra Alianza con María. Con Ella, también nosotros queremos correr, con alegría, hacia Isabel, hacia el otro que necesita de nuestra ayuda, y llevar a Cristo a las calles del mundo.

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La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de aquellos que se encuentran con Jesús

VATICANO, Dra. Pamela Fabiano. La Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium es el documento que el Papa Francisco ha querido dejar a los fieles cristianos en la clausura del Año de la Fe. Redactado para orientar e indicar (la palabra exhortación proviene del verbo en latín ex – hortari «motivar a hacer algo» pero también «consolar, elevar») las líneas conductoras del camino de la Iglesia del futuro y para invitar a una nueva etapa evangelizadora.

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