MÉXICO/ARGENTINA, mda. “Aparecida propone poner a la Iglesia en estado permanente de misión, realizar actos de índole misionera sí, pero en el contexto más amplio de una misionariedad generalizada: que toda la actividad habitual de las iglesias particulares tengan un carácter misionero, y esto en la certeza de que la salida misionera, más que una actividad entre otras, es paradigma, es decir, es el paradigma de toda la acción pastoral. La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, supone un salir de sí, un caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá. ‘Vayamos a otra parte a predicar a las aldeas vecinas porque para eso he venido’, decía el Señor. Es vital para la Iglesia no encerrarse, no sentirse ya satisfecha y segura con lo que ha logrado. Si sucediera esto, la Iglesia se enferma, se enferma de abundancia imaginaria, de abundancia superflua, se empacha y se debilita. Hay que salir de la propia comunidad y atreverse a llegar a las periferias existenciales que necesitan sentir la cercanía de Dios. Él no abandona a nadie y siempre muestra su ternura y su misericordia inagotables, pues esto es lo que hay que llevar a toda la gente” – Mensaje siempre actual del Papa Francisco a los participantes del encuentro “Nuestra Señora de Guadalupe, estrella de la Nueva Evangelización en el continente americano” realizado del 16 al 19 de noviembre de 2013, en el que participó el Dr. Carlos Eduardo Ferré, Director del Centro de Estudios de la Doctrina Social de la Iglesia “Juan Pablo II” de Argentina y miembro del Movimiento de Schoenstatt. En el contexto de sus actividades en torno del aniversario de la elección del Papa Francisco, schoenstatt.org lo entrevistó también acerca de este encuentro en Guadalupe, su impacto para la Iglesia entera y lo que significaba el mensaje de Francisco.
¿Quiénes participaron en este encuentro y cuál fue la meta del mismo?
El encuentro de México, convocado por la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), contó con la presencia de 80 cardenales y obispos,120 sacerdotes, religiosos y religiosas y150 laicos, aproximadamente.
Entre los cardenales se destacó la presencia de Mons. Quellet de la Congregación de los obispos, Rivera Carrera de México, Sean O’Malley de Boston, Rodríguez Maradiaga presidente del G8, Robles Ortega de Guadalajara, Dolan de New York, López Rodríguez de Santo Domingo, los presidentes del CELAM Aguiar Retes y de la Conferencia de Obispos de USA. Entre los obispos, el de Río Mons. Tempesta, Ramos Krieger de San Sebastián de Bahía (Brasil), José Gómez de San Francisco, Lara Barbosa de Campo Grande (Brasil), Charles Chaput de Filadelfia, Ulloa Mendieta de Panamá, Moronta de San Cristóbal (Venezuela), Brenes Solorzano de Managua, Arregui Yarza de Guayaquil, Ulrich Steiner Secretario de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil y Mons. Arancedo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Entre los religiosos destaco la presidente de la Confederación Latinoamericana de religiosas Hna. Mercedes Casas Sánchez.
El congreso cumplió con los dos objetivos planteados. Fue una auténtica peregrinación en el sentido del lugar que tuvo la oración y la liturgia, la constante reflexión sobre el acontecimiento guadalupano que estuvo presente en todo el encuentro y el espíritu de conversión que inspiró el congreso en sí, sus conferencias y la discusión en los grupos realmente enriquecedoras. El trabajo fue muy intenso y el clima de comunión particular, momento de gracia que vive la Iglesia.
Las conferencias se encuentran en la página de la Pontificia Comisión para América Latina.
El Papa Francisco no estuvo físicamente en el encuentro. ¿Cómo vivió Ud. la presencia de él?
Un momento muy especial fue el regalo de una rosa de oro que mandó el Papa para la Virgen.
Las referencias a Francisco, de la gracia que ha significado para la Iglesia su designación y las mociones de no dejarlo solo y ponerse a su disposición activamente, así como la necesidad de que todas las instituciones, órdenes y movimientos eclesiales se renueven estuvieron presentes en el 95% de las exposiciones.
Las palabras del mensaje de Francisco fueron dirigidas especialmente a los obispos, a los que volvió a llamar a una conversión pastoral. Insistió en que la Iglesia tiene que tener espíritu misionero, en la importancia de poner en marcha la misión continental no solo en sus actos sino en su paradigma, que debe impregnar la acción de toda la misión y el deber de salir hacia las periferias existenciales. Hizo una apelación a la creatividad. “No se puede seguir diciendo siempre se hizo así”. Renovó sus críticas al clericalismo y dijo que los obispos no son príncipes ni funcionarios.
A los religiosos los instó a recuperar el carisma de sus fundadores. De los laicos no habló. En mi opinión nos puso en el papel de testigos del Pueblo fiel, de la autocrítica que realizó, al tiempo que nos notificaba que si los obispos producían ese cambio toda la comunidad debería alinearse tras sus pastores. No habría más lugar para iglesias privadas.
Francisco habla tantas veces de la cultura del encuentro. ¿Cómo lo vivió en este congreso?
El desafío de haber reunido católicos de todo el Continente fue grande, pero creo que resultó exitoso en la misma proporción. He escuchado decir a hermanos del norte que no nos han tenido en cuenta y al mismo tiempo reconocieron que la inmigración hispana ha sido una bendición para la Iglesia de EEUU, no así Canadá, que esta viviendo una situación similar a la europea. He escuchado pedidos de ayuda de los hermanos del norte para formación en Doctrina Social de la Iglesia en la que se reconocen muy atrasados.
¿Qué fue lo que personalmente le tocó?
En fin, estas son mis primeras impresiones sobre el congreso. Doy gracias a Dios por haber podido participar y les confieso que tal vez por primera vez comprendí profundamente el acontecimiento guadalupano. Eso fue para mí motivo de conversión y de mucha esperanza en la Misión continental y en la unidad continental. Para un grupo de argentinos con el que compartimos estos días también lo fue.
Creo que debemos ponernos bajo la protección de María de Guadalupe, rezar mucho y seguir trabajando incansablemente.
Globalizar la solidaridad – Presentación del libro “El Santo Social” de Carlos Ferré
