Publicado el 2017-11-02 In Dilexit ecclesiam

Un Papa, que está muy cerca de Jesús

ENTREVISTA con el rector Egon M. Zillekens •

Desde el lunes, 23 de octubre de 2017 hasta el viernes 27, estuvieron los miembros de la Presidencia General en Roma, celebrando su jornada anual de clausura. Ya se publicó un informe oficial  del encuentro con el cardenal Farrell. Circulan por todo el mundo las fotos del encuentro con el Papa Francisco (del Osservatore Romano,)  durante y después de la misa en Santa Marta junto con el texto de la homilía.

El P. Egon M. Zillekens se puso a disposición de schoenstatt.org para una entrevista, inmediatamente después de su regreso de Roma.

¿Cómo ha vivido usted el encuentro con el cardenal Farrell, presidente del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida? ¿Qué ha sido lo más importante para usted?

El cardenal Kevin Farrell no conocía Schoenstatt; esa fue la primera sorpresa. No se encontró con Schoenstatt durante su actividad como sacerdote y obispo en Washington y Dallas.

Cuando nos presentamos ante él y le presentamos nuestras comunidades, me impresionó especialmente, cómo habló sobre la meta y la tarea de preparar a los laicos para su trabajo en la Iglesia. Y dijo: “fue la gran meta del Concilio y ustedes lo reconocieron y lo tuvieron en cuenta en Schoenstatt, hace ya cien años”. El presidente del nuevo dicasterio para los Laicos, Familia y Vida dijo en su primer encuentro con Schoenstatt: “el P. Kentenich se anticipó al Concilio”.

Él expuso muy claramente que la Iglesia se trata de laicos y familias. Pues se trata de una Iglesia, en la que hay cada vez menos sacerdotes y que tiene que posicionarse y actuar en el mundo, cada vez más, desde la convicción personal y la decisión individual de cristianos.

Habló de su propia familia, quizá los hijos van todavía a la iglesia, pero ¿y los nietos? Esto lo hemos vivido todos.

Por eso, el Papa Francisco ha insistido constantemente durante tres meses: los laicos, la juventud y las familias.

El cardenal Farrell escuchaba con mucha atención, cuando nuestras familias de la Federación y del Instituto comentaron sus iniciativas en el ámbito de matrimonio y familia. Nos dijo: es importante la preparación al matrimonio, el acompañamiento de matrimonios y la formación de entrenadores familiares, porque “nosotros, los sacerdotes, somos poco creíbles en la preparación y acompañamiento de las parejas” y por eso, deberían ser “matrimonios, los que  preparen parejas” y estos matrimonios necesitan una preparación y acompañamiento, para acompañar a otros. Me impresionó mucho cuando dijo que el mayor “pecado” de la Iglesia desde el Concilio ha sido no haber formado y acompañado suficientemente a los matrimonios.

Uno de los regalos que le entregamos al cardenal, fue el libro del discurso del Papa Francisco, en la audiencia del 25 de octubre de 2014, en español y en inglés. Entonces, y dentro del tema “Familia”, el Papa nos recomendó puntos muy precisos, que mencionó el cardenal en este encuentro.

Más tarde nos dimos cuenta de que estábamos con el cardenal Farrell justo en el aniversario de la audiencia con el Papa, 25 de octubre, tres años después.

 

Foto: Zillekens

¿Cómo fue tener durante el encuentro a “nuestro” P. Alexandre como secretario del Dicasterio?

Fue algo especial. El P. Alexandre me salió al encuentro en cuanto llegamos y eso me resultó bastante familiar, ya que nos habíamos reunido a finales de agosto y habíamos hablado de su nueva tarea. Tras el encuentro con el cardenal, estuvimos en el despacho del P. Alexandre y visitamos juntos la hermosa capilla, en la que se encuentra una preciosa reliquia de la sangre del Papa Juan Pablo II.

La representación, detrás del altar de la capilla, de una semilla brotando que trae ricos frutos, se ajusta exactamente a este lugar.

 

¿Cómo vivió usted personalmente el encuentro con el Papa Francisco?

Llegamos a las seis de la mañana y aún estaba todo cerrado. A esa hora no había tráfico en Roma, el viaje desde Belmonte al Vaticano lo hicimos en 25 minutos. A las seis se abrieron las primeras barreras frente a la puerta, empezaron los consabidos controles y a las seis y media entramos en la capilla. La primera sorpresa y alegría, que tuve, fue encontrarnos con el director ejecutivo de Adveniat, P. Michael Heinz SVD y a su antecesor, Bernd Klaschka. Con él fui misionero en Latinoamérica. Naturalmente salió la conversación sobre su predecesor, el Padre de Schoenstatt  Dieter Spelthahn. Cuando él estuvo como joven sacerdote en La Plata, vino el P. Juan Pablo Catoggio a Schoenstatt – así se tendió el puente. Habían llegado cerca de 15 sacerdotes para la misa y tres obispos. Los encargados de orden  nos dirigieron a nuestros puestos y nos dejaron muy claro que ya no se podían hacer fotos. Uno de los encargados de orden invitó al Sr. Kanzler y al Sr. Neiser al “picccolo servicio”, que era llevar al altar durante la procesión de las ofrendas vino y agua y hacerse cargo del lavatorio de manos. Hubo muchas bromas, después, durante el desayuno, que ahora ya eran “clericetti“, pequeños clérigos – y ninguno de los dos había sido monaguillo.

Después esperamos al Papa…

¿Cómo experimenté al Papa? En muchos aspectos diferentes.

Un sacerdote meditativo, que está muy cerca de Jesús

El Papa salió de la sacristía para la misa, algo encorvado, con pasos pesados, tan discreto y humilde como un simple hermano. Resulta tan cercano por las muchas cosas que se publican y que compartimos …

Yo pensé en su comentario anterior al cónclave, dijo que después del Papa viajero y del Papa erudito, debería venir un Papa  que llevara a la práctica las cosas y estuviera muy cerca de Jesús.

Entonces se dirigió al ambón y allí se convirtió en otra persona:

Lleno de vida,  pastoral, pasional, – el párroco de Santa Marta

Habla libremente de los textos de las lecturas del día y cobra vida como un párroco, que habla a una parroquia familiar. El Osservatore Romano llama a la sección con los textos de sus misas matutinas «El párroco de Santa Marta». Es correcto. Está lleno de vida, pasionalmente pastoral.

Siguió una celebración eucarística muy reverente y piadosa, en paz y llena de emoción, y luego una larga acción de gracias, durante la cual, el Papa se sienta con su túnica blanca en una silla simple con la vista puesta en la imagen de la Santísima Virgen. Todos nos quedamos muy callados, ¡especialmente el hombre que de repente tenía al Papa sentado a su lado!

Y también el cumplimiento del deber

Tras la misa llegó el momento en el que el Papa da la mano a cada uno. Allí están dos fotógrafos y el Papa se ve (¿cómo diría yo?) arrastrado al sitio donde debe ponerse, para que todos hagan una fila para el besamanos. Me dio la impresión de un acto de cumplimiento del deber, que tantas veces tiene que hacer el Papa.

Y llegaron los encuentros personales y el tiempo se detuvo.

Él escucha a cada uno, se toma el tiempo para cada uno. Los schoenstattianos dejamos pasar a los demás y esperamos, pero nos quedó claro: cada uno se acerca al Papa.

El primero fue el P. Juan Pablo Catoggio, hubo un abrazo cordial y amistoso. Le regaló al Papa un Hacia el Padre en español y una tarjeta, que todos habíamos firmado.

Yo fui el segundo o tercero. Yo llevaba el libro “Ella es mi mamá” en alemán, le di la mano, le miré a los ojos. Puse el libro delante y le dije en español: “También lo hay en alemán, lo hemos traducido”. Hubo un instante de silencio, miró el libro detenidamente, creo que sabía qué libro era. Él hizo una pequeña reverencia y dijo en alemán: “Danke schön“. Fue todo muy espontaneo y cercano.

Cuando ya todos le habían dado la mano, nos quisimos hacer una foto de grupo con él, el Papa aceptó con gusto.

El Papa dijo al final: “¡Recen por mi!” y una de la Presidencia dijo: “¡Realmente lo hacemos!” Fue muy gracioso, todos rieron, también el Papa Francisco se rió de corazón y entre risas hizo la pregunta: “¿a favor o en mi contra?”. Entonces hubo una gran carcajada.

Se me planteó inmediatamente la pregunta: ¿Por qué nos dice esto precisamente a nosotros? ¿Fue simplemente una broma o hay algo más? Me sentí aludido por la pregunta, para mi fue más que una broma o una forma de hablar.

Después estuvimos con las Hermanas de María en el santuario Cor Ecclesiae y entonamos agradecidos el magníficat. Las Hermanas nos obsequiaron con un magnífico desayuno.

 

Foto: Osservatore Romano

¿Hubo más encuentros en esta semana?

Si. Estuvimos invitados en la Comunidad de San Egidio y fuimos recibidos por su secretario general, Cesare Zucconi. Es sorprendente lo que logra esta joven comunidad – fueron organizadores del encuentro mundial por la paz “Paths of Peace”, en Münster, a la que asistió la canciller Merkel. Esta comunidad ha negociado estados de alto el fuego y negociaciones de paz y ha llevado la voz cantante en la erradicación de la pena de muerte y de la política para los refugiados. Su compromiso político es sólo una parte. Detrás está la idea de la amistad con los pobres, y más concretamente con la condición, de que cada uno tiene un amigo entre los pobres. Esto sólo resulta con la oración, la oración diaria por la noche. En realidad la oración es fundamental  en Sant’Egidio, una comunidad, que, como Schoenstatt, fue fundada por jóvenes.

Percibí claramente la amistad entre Don Cesare y el P. Heinrich Walter, que trabajan desde hace años en “Juntos por Europa”. Me impresionaron también las salas del antiguo convento que sirve de hogar a Sant’Egidio.

Me llamaron la atención la cercanía y también la diversidad de nuestros Movimientos.

Me llevo personalmente una frase de Don Cesare: “Todo funciona sólo en el diálogo“.

 

Foto: Zillekens

¿Cómo ha vivido usted Belmonte? Solamente faltan tres semanas para la inauguración de la casa de jornadas.

Esta vez ya hemos podido vivir en la casa y nos hemos encontrado muy bien.

Cada noche había adoración en el santuario.

La última noche el pequeño Movimiento de Schoenstatt de Belmonte preparó una vigilia mariana y después hubo velada con música de piano, baile, cantos, vino y pizza. Estaba también presente el obispo del lugar de origen del rector  Marcelo Cervi y también sus padres. Hubo un ambiente bueno y distendido y así hemos vivido estos días en Roma, todos los de la Presidencia General, en un ambiente bueno y abierto.

El día 26.10.2017, se cumplían exactamente 52 años desde que el P. Kentenich recorriera el terreno y, con este motivo, se leyó un texto del obispo auxiliar  Tenhumberg.

 

Foto: Zillekens

¿Qué temas se tratan habitualmente en una jornada de clausura de la Presidencia General?

Habrá un informe de la Instancia de Coordinación Internacional, del que no quiero adelantar nada aquí.

Muchas gracias, rector Zillekens, por la entrevista.

Original: alemán 30.10.2017. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España/cmrs

Un fuego que pide el cambio: Encuentro del Papa Francisco con la Presidencia Internacional de Schoenstatt

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