Publicado el 2014-09-26 In Dilexit ecclesiam

La fuerza de la fe popular: impresiones de la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro de Salta

ARGENTINA, Osvaldo Martín. En el marco de los festejos por la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, que se celebra año tras año con gran devoción en la ciudad de Salta en la República Argentina, varios integrantes del Movimiento de Schoenstatt se hicieron presentes para honrar a la Mater en la figura de la Virgen del Milagro.

Esta celebración convoca todos los años a miles de peregrinos llegados de distintos lugares del país y de países limítrofes para agradecer y pedir al Señor y a la Mater, por todas las gracias recibidas.

Unos 85000 peregrinos presentes

Desde varios días anteriores al 15 de septiembre, fecha en que se festejan estas advocaciones, una multitud de peregrinos se acercaron a Salta capital para honrar al Señor Jesús y a nuestra madre María.

Se estimó en 850000 personas las que acompañaron las celebraciones y varios miles que acompañaron la procesión por las calles de la ciudad dando un marco imponente de religiosidad y fe.

Por espacio de más de dos kilómetros las imágenes de Jesús (el Señor del Milagro), y la Virgen del Milagro, recorrieron las distintas arterias hasta el parque 20 de Febrero saludadas con devoción por gente agolpadas en edificios, locales, terraplenes y parques.

La procesión partió de la Iglesia Catedral de Salta y fue presidida por el arzobispo de Salta Mons. Mario Cargnello, obispos de distintas provincias, Mons. Colombo, obispo de la provincia La Rioja, Mons. Daniel Fernández, obispo de la provincia de Jujuy, entre otros, cientos de sacerdotes, religiosas, seminaristas, el vicegobernador de la provincia y altas autoridades civiles y militares.

Debemos reclamar más fuentes de trabajo que dignifique al más pobre

Al llegar con las imágenes peregrinas al parque 20 de Febrero, y ante una multitud imponente, el Arzobispo Mons. Cargnello se dirigió a los peregrinos y autoridades presentes destacando con énfasis que “debemos reclamar más fuentes de trabajo que dignifique al más pobre, el respeto por las leyes, el derecho a una educación de calidad, de defensa a la educación religiosa, del bien común y a la fraternidad”.

También destacó que aquellos que están inmersos en la droga que “en nombre del Señor y de tu Madre, luchen por salir de ese flagelo”.

Por otra parte el Arzobispo aseguró que “desde el compromiso cristiano, no podemos utilizar a los pobres al servicio de intereses personales o políticos”. “Que la sociedad reconozca y premie al que trabaja y no al que especula, engaña o roba”.

Admirado por el espíritu de profunda religiosidad

Luego de esta prédica de Mons. Cargnello, las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, acompañadas por la multitud, retornaron en procesión a la Iglesia Catedral, acompañadas de los fieles que agitaban sus pañuelos saludando.

Consultados algunos integrantes del Movimiento de Schoenstatt que participaron de las celebraciones y de la procesión, como el Padre Guillermo Mario Cassone, aseveró que estaba admirado por el espíritu de profunda religiosidad que se palpaba en toda la gente.

También consultado el Padre Marcelo Gallardo se mostró sorprendido y feliz de ver con qué fe la gente participaba de las celebraciones, para el que era la primera vez que participaba fue un acontecimiento de profunda devoción.

Una manifestación de profunda fe

A su vez también participaron con alegría de estos festejos y de la procesión la Hermana Marie la Hermana Madelaine, junto a algunos matrimonios del Movimiento, los esposos Greppi, los esposos Zabala, y otros más.

El matrimonio Zabala, de Mendoza, que había llegado para asistir a una reunión y se quedó en la fiesta de fe popular, comparte:

“Llegamos a Salta en la tardecita del jueves 11 de septiembre. No habíamos ido para asistir a la Fiesta del Milagro sino para una jornada-reunión fijada meses atrás.

Aunque estábamos algo cansados por la jornada de viaje desde nuestra Mendoza nos ganó el ansia por conocer el centro de La Linda, a la que llegábamos por primera vez; nos alojamos en Tres Cerritos, en casa de unos generosos hermanos schoenstattianos.

A nuestro arribo al centro –ya anocheciendo- tuvimos la primera fuerte impresión por cómo estaban iluminados los edificios alrededor de la plaza principal; notamos también que había mucha gente; casi todos miraban hacia la Catedral.

En la catedral

Entramos a la Catedral para saludar a Nuestra Señora y a Su Hijo y nos llegó un segundo impacto: ver a personas de todas las edades -niños, jóvenes, adultos y ancianos- muchos de pie y muchos de rodillas, todos rezando con la mirada clavada en los libritos que tenían en sus manos; un silencio conmovedor llenaba el ambiente de la Basílica Catedral; nos explicaron que la gente había venido a rezar la Novena del Milagro; no pudimos más que arrodillarnos y darle gracias a Ella por la devoción que veíamos allí, en un mundo que a veces parece olvidado de Dios.

Esa misma noche nos dimos cuenta que la Fiesta del Milagro tenía un “aire” especial. Compramos la Novena y volvimos a casa leyéndola.

Al día siguiente volvimos al centro y nuestra emoción fue aún más grande: a dos cuadras de la plaza venía llegando un contingente de peregrinos; sirenas y motos de la policía les abrían el paso y todos los que estábamos en las veredas aplaudíamos a medida que avanzaban. Nos conmovió ver entre los peregrinos a ancianos caminando sonrientes con sus bastones y madres que cantaban llevando en brazos a sus bebés recién nacidos, jóvenes que avanzaban bailando alegremente. Hacía cuatro días que venían caminando. Silvia se emocionó hasta las lágrimas y una señora que estaba a su lado le dijo: “es que los salteños tenemos mucha fe, somos muy devotos del Señor y de la Señora del Milagro”.

Una vivencia inolvidable

Habíamos previsto partir de regreso a Mendoza hacia el mediodía del lunes 22 pero, dándonos cuenta de la importancia de esta celebración y ante la insistencia de muchos amigos salteños, decidimos quedarnos un día más. Nunca nos arrepentiremos. Lo vivido ese lunes fue inolvidable.

A la hora fijada, salió de la Catedral la Cruz procesional; luego, la Virgen de las Lágrimas seguida por la Virgen del Milagro y por último el Señor del Milagro. A medida que cada imagen se asomaba a la plaza, eran recibidas con gran devoción; los presentes aplaudían y agitaban pañuelos y banderines. Se notaba el amor de ese pueblo por el Señor del Milagro y Su Madre.

Comenzamos a caminar en procesión por las calles dispuestas para esto, dirigiéndonos al monumento 20 de Febrero donde sería renovado el Pacto de Fidelidad con el Milagro.

No alcanzábamos a abarcar con nuestra vista la enorme cantidad de gente, más tarde nos enteraríamos que eran como 900.000 personas las que participaron de la procesión; peregrinos –algunos con muletas, otros en sillas de ruedas- portaban estandartes, carteles, banderas, con inscripciones; vimos también papás que habían vestido de ángeles a sus hijitos y cómo muchos saludaban a las imágenes desde los balcones de casas y edificios.

El rezo del rosario y los cantos creaban un ambiente de mucha devoción.

Miles y miles de pétalos de flores al paso de la Virgen

Así llegamos al monumento donde el Arzobispo Cargnello -después de dirigir unas palabras que nos conmovieron hondamente- rezó la oración de Renovación del Pacto de Fe. Después se cantaron el Himno Nacional y el Himno al Señor del Milagro iniciando luego el regreso a hacia la Catedral.

Cuando estábamos cerca, a unas pocas cuadras de llegar a la Catedral, la gente empezó a apurar el paso; nos explicaron que era para ver entrar las imágenes a la Catedral. Nosotros corrimos y valió la pena: ya en la plaza quedamos rodeados por una multitud que ovacionaba -con pañuelos y banderines en sus manos- a la Sma. Virgen y al Señor del Milagro.

Volvieron a humedecerse nuestros ojos . . . es que María regresaba a su altar y a medida que avanzaba hacia este, miles y miles de pétalos de flores caían a su alrededor con el emotivo tañido de las campanas de la Catedral: éramos Iglesia, su Iglesia, que volvía a ovacionarla, a agradecerle.

Algunos dicen que la fiesta del Milagro es la Pascua Salteña… Y seguramente la pascua de muchos».

En este año del Jubileo por los primeros 100 años de la Alianza de Amor, este corresponsal agradece a la Mater (en la advocación de la Virgen del Milagro), por poder haber participado de esta manifestación de profunda fe.

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La fuerza de la fe popular: impresiones de la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro de Salta

ARGENTINA, Osvaldo Martín. En el marco de los festejos por la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, que se celebra año tras año con gran devoción en la ciudad de Salta en la República Argentina, varios integrantes del Movimiento de Schoenstatt se hicieron presentes para honrar a la Mater en la figura de la Virgen del Milagro.

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1 Responses

  1. Ely deAramayo dice:

    Como Salteño vivo fuertemente la Fe que trasmiten cada persona que está allí, me impacta la devoción y la alegría que se manifiesta en cada uno, que después de caminar varios días , sólo lo hacen para Venerar y Agradecer a los Santos Patrones.
    Desde hace dos años me uno espiritualmente desde Córdoba(lugar donde vivo) con los peregrinos y colaboro con "medias" para que puedan tener recambio cuando llegan a las poblaciones donde los esperan para lavarles pies y curarlos. en este apostolado me acompañan muchas schoenstattianos.
    Y por supuesto el día 15, la emoción de ver salir de su casa al Señor y a la Virgen del Milagro para pasearse entre sus hijos predilectos, para vivirlo, hay que estar allí, me alegro de compartir esto que esuna fuente inagotable de Fe

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