Cobijo - P. Bladimir Navarro

Publicado el 2023-02-01 In Obras de la misericordia, Proyectos, schoenstattianos

Cobijo: Brazos abiertos para cubanos en España

ESPAÑA, entrevista al P. Bladimir Navarro •

Hace un par de días, en el equipo de schoenstatt.org recibimos una solicitud de una señora hispanohablante que vive en Alemania. Ella nos pidió el contacto del P. Bladimir en España, interesada en su proyecto Cobijo. —

Cobijo - P. Bladimir Navarro

Cobijo – P. Bladimir Navarro

Ella tenía mal el correo electrónico del P. Bladimir mail, nos contó, y buscaba ayuda para una refugiada cubana en Alemania. El nombre del P. Bladimir me resultaba familiar por unos artículos publicados hace varios años sobre Schoenstatt en una parroquia en Cuba; pero no sabíamos nada de esta iniciativa y al final pensamos que ella hablaba de otro P. Bladimir… Hasta que esta mañana encontré una larga entrevista en un diario español sobre este proyecto, con este mismo P. Bladimir que conocí de aquellos artículos desde Cuba… Ahora sí, queremos saber más y difundir. Gracias al P. José Luis Correa en Costa Rica (el mundo es un pañuelo) recuperé el contacto, y aquí estamos hablando… preguntando… escuchando al P. Bladimir, cubano, sacerdote, schoenstattiano, el padre que acoge a cubanos que llegan a Madrid.

P. Bladimir, cuéntenos algo de su camino en Alianza, cómo conoció Schoenstatt, y cómo llegó desde Cuba a Madrid.

La Mater siempre ha estado. Vengo de una familia atea, en Cuba. De pequeño me preguntaba por qué los cuadros del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen estaban escondidos detrás de un armario en casa. En Cuba durante varias décadas se ha sustituido a Dios por una ideología. Pero hay que reconocer que la devoción y el amor a la Virgen de la Caridad, patrona del pueblo cubano, nadie lo ha podido quitar. Desde que llegué a la comunidad cristiana que me recibió, siendo aún muy pequeño, con sólo nueve años, mis catequistas me enseñaron el amor a la niña María y me presentaron el ideal de ser como Ella.

Pasaron muchos años, y estando ya en el seminario estudiando para sacerdote fue cuando la Mater me volvió a encontrar, ahora a través de una nueva familia que me acogía: Schoenstatt. Cuando llegué al seminario de La Habana para mis estudios de filosofía, descubrí que había un grupo de seminaristas que rezaban juntos, soñaban juntos, caminaban juntos en su vocación y hacían un apostolado que me conquistó el corazón (las tardes libres de cada miércoles iban a llevar una imagen de la Virgen Peregrina a niños enfermos en un hospital infantil de La Habana). Así apareció Schoenstatt en mi vida, y llegó para quedarse. En un verano que peregrinábamos al santuario nacional de la Caridad, tomé la decisión de hacer la Alianza con la Mater; sentía que eso era lo que realmente Dios me estaba poniendo en mi camino vocacional para cultivar mi vida interior y reforzar mi vocación sacerdotal. Como anécdota, debo contar el difícil paso de comentarle a mi obispo mis deseos de formar parte de la familia de Schoenstatt (en Cuba, el cardenal de La Habana entre junio y julio del año 2000 y la seguridad del Estado habían expulsado a los misioneros schoenstattianos que habían fundado el Movimiento en la isla. Por eso, los obispos recelaban de Schoenstatt y también de cualquier movimiento eclesial que viniera de fuera de Cuba).

Me armé de valor y fui a ver a mi obispo y le dije que quería hacer la Alianza y pertenecer al movimiento. Para mi asombro me respondió: – “si eso te hace más santo, adelante”-Y di el paso. La Mater una vez más buscándome y seduciéndome el corazón. Hice la Alianza de Amor con la Mater un 15 de octubre de 2006 en los bajos de las Hermanas Sociales de La Habana, lugar pequeño, pero acogedor, donde nos reuníamos los que seguíamos apostando por Schoenstatt-Cuba. Esa Alianza hizo que siguiera junto a una comunidad de seminaristas visitando el hospital llevando la Peregrina, cuidar de ancianitos de La Habana Vieja y alimentarlos, rezar y formarnos en la pedagogía del padre Kentenich. Esa Alianza iba haciendo crecer cada vez más los vínculos con familias de Chile y España. Esa Alianza nos hacía crecer más en nuestros compromisos sociales y sacerdotales. Una Alianza que lo llena todo, lo inspira todo y lo transforma todo.

Llegué a España hace tres años para estudiar teología moral en la Universidad de San Dámaso. Fruto de estos estudios, de la realidad que está viviendo mi país en materia de emigración y a la luz de la oración, la Mater desde la Alianza ha suscitado un nuevo apostolado, una nueva corriente de vida: Cobijo.

Cobijo

¿Cómo surgió este proyecto Cobijo? ¿Qué hacen concretamente?

Cobijo surgió como un sueño futuro durante las conversaciones entre amigos, en las cuales las bromas iban sobre ganar la lotería para fundar un proyecto que nos permitiera ayudar a nuestros hermanos cubanos. No ganamos la lotería, pero sentimos que fuimos elegidos por Dios para llevar a cabo esta gran misión. Todo comenzó a materializarse en una fiesta benéfica que organizó Bocatas en la parroquia Santa María de la Esperanza de Alcobendas, Madrid. En esta fiesta, Mauricio – de la Fundación Rescate- se acercó y me animó a materializar la idea que desde hace mucho tiempo mi corazón anhelaba. Sin duda sentí que era Dios quien nos estaba dando ese empujoncito de confianza que nos faltaba. A la semana siguiente, una señora de la parroquia contactó conmigo para que fuera a visitar un piso que quedaba vacío y su idea era donar algunas cosas para personas desfavorecidas. Le pedimos que nos alquilara el piso y le explicamos el sueño de acoger a cubanos que venían buscando un futuro diferente a este país. Sentíamos que Dios nos estaba usando como instrumentos para guiarnos en esta inmensa tarea y ese día la parábola del Buen Samaritano a través de Marusa (la persona que nos alquiló el piso) nos dio el sí. No podemos explicar la alegría que eso supuso en nuestros corazones.

Así fue cómo formamos un grupo de trabajo para organizar y comenzar este sueño que finalmente se hizo realidad el día 9 de agosto de 2022, cuando acogimos a los primeros “cobijeros”. Y así comenzó Cobijo, con el objetivo de acoger, transformar y enviar a emigrantes cubanos en Madrid.

El día 8 de septiembre de 2022, día de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, inauguramos y presentamos el Proyecto Cobijo. Desde entonces hemos acogido a 26 cubanos y ayudado a muchos otros con ropa, comida, acompañamiento psicológico y orientación para su legalidad en España, así como en la búsqueda de trabajo.

Gracias a tantos «buenos samaritanos» que nos ayudan económicamente y otras tantas personas que rezan por nosotros, hoy contamos con dos casas de acogida, una en Alcobendas y otra en Vista Alegre-Carabanchel.

Seguimos soñando como el primer día y esperanzados en Dios para continuar con la misión para la que hemos sido elegidos.

Cobijo - P. Bladimir Navarro

¿Puede compartir unos testimonios e historias de refugiados y migrantes cubanos en Cobijo?

Yoelis, Erisdel y su bebé Ahitana, de 12 meses, huyeron de Cuba en busca de un sueño: vivir en libertad. Y ese sueño comenzó en Cobijo. «Salimos prácticamente obligados por el sistema y todo lo que está sucediendo. Nos fuimos a Serbia como primer destino y luego llegamos a España de la manera que se pudo, como muchos cubanos. Encontramos «Cobijo» a través de un amigo. Nuestra idea es poder integrarnos, trabajar y ayudar a nuestra familia en Cuba».

Patricia estudiaba Medicina en Cuba y logró “huir antes de que el gobierno me convirtiera en esclava después de mi graduación”.

Ammei era artista independiente en la isla y allí solo tenía dos opciones: “morir o estar encarcelada” sólo por reflejar en su obra su deseo de libertad.

Landis, por su parte, quiso comprobar personalmente lo que ya había escuchado en muchas ocasiones: que su salario era miserable. Salió de Cuba en enero. Estuvo ocho meses trabajando en Rusia y luego hizo una travesía de 11 días. «Pasé por Turquía, Serbia, Bosnia, Croacia, Eslovenia, Italia y desde Italia llegué a Barcelona». En su viaje confirmó que, “lo que ganaba en un mes en Cuba, era la paga de dos días de trabajo en Rusia”.

Son historias con distintos nombres, caminos diferentes, pero con la misma meta: ser libres.

En Cobijo les hemos acogido a ellos y a 25 más que han llegado hasta aquí con lo puesto. Esta asociación es un sueño de Dios que cobró forma en septiembre de 2022 bajo la mirada de la Virgen María de la Caridad del Cobre, patrona de un pueblo sufriente.

En cada voz y también en los silencios, en las miradas, a veces tristes, se esconde un camino difícil. Meses de travesía por diferentes países, andando por selvas, cruzando ríos, sorteando fronteras, arriesgando la propia vida. Todo con tal de huir del hambre, la falta de medicamentos, la represión, el sometimiento y la falta de esperanza.

Hoy en Cobijo estos cubanos tienen la oportunidad de sanar las heridas y comenzar a construir sus vidas. Lo más importante es que, todos los que llegan a Cobijo de una forma u otra tienen un acompañamiento espiritual y humano del que se encargan el sacerdote Bladimir Navarro y el equipo coordinador. Los cubanos que son acogidos cuentan no solo con un techo, comida y atención sanitaria; sino con asesoramiento jurídico y para la búsqueda de empleo.

Pero Cobijo también llega a otras personas con otras necesidades. Desde esta asociación ayudamos a familias con ropa y calzado para el frío; también con paquetes de comida. Asimismo, se les ofrece orientación e información sobre procesos migratorios y para la búsqueda de empleo.

Cobijo encuentra su inspiración en la parábola del Buen Samaritano. Y, al mismo tiempo, es la respuesta a la invitación del Papa Franscico: “ser un oasis de misericordia, en medio de un mar de indiferencia”.

Cobijo - P. Bladimir Navarro

Hablando de nuestro Papa Francisco. Desde que asumió hace casi 10 años, no se cansa de hablar del cobijamiento de los migrantes y refugiados en nuestras parroquias y comunidades. A veces parece hablar contra paredes. Desde su propia experiencia: ¿Cuál es el desafío para nosotros? ¿Por qué tanto miedo? y ¿Qué es lo que los refugiados aportan a la Iglesia en los países que les acogen?

El desafío que presenta la acogida de emigrantes es insertarlos en una sociedad que parece que no está preparada del todo para vivir en armonía. Muchas de las personas que acogemos vienen con un daño antropológico profundo producto de la dictadura que se vive en Cuba. Es importante realizar un proyecto de transformación y acompañamiento que les permita recuperar la esperanza y la dignidad humana. El simple hecho de aprender nuevas costumbres, adaptarse y modificar su forma de pensar requiere de mucho trabajo y confianza en Dios.

Existe mucho miedo a los emigrantes. Muchas veces se tienen creencias negativas que no ayudan para nada en su inserción social. Desde este proyecto abogamos porque se les brinde una oportunidad. Las personas que acogemos tienen un amplio deseo de transformar su vida para bien, recuperar la esperanza y encontrar un sentido que les permita lograr una estabilidad y proyección futura. Es necesario que como Iglesia podamos abrir los brazos a la diversidad y comprender que el amor de Dios no sólo nos une, sino que cada día nos convoca más a ayudar a los desfavorecidos y vulnerables.

El Papa Francisco nos dice que los migrantes no somos invasores, ni destructores, ni usurpadores, sino trabajadores bien dispuestos, instrumentos para «conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad», portadores de «dinámicas revitalizantes y animadores de celebraciones vibrantes». Asimismo reiteró que “es con ellos que Dios quiere edificar su Reino, porque sin ellos no sería el Reino que Dios quiere. La inclusión de las personas más vulnerables es una condición necesaria para obtener la plena ciudadanía». 

Cobijo - P. Bladimir Navarro

El nombre de su proyecto hace resonar aquella gracia del santuario de Schoenstatt: cobijamiento. ¿Tenemos, como schoenstattianos, como Schoenstatt, una vocación para migrantes, refugiados, gente sin hogar o personas que tuvieron que salir de sus países y hogares?

Schoenstatt es un lugar de gracia. Eso no nos cabe duda. Y de allí salen innumerables proyectos que se convierten en corrientes de vida. Creo que Cobijo es también fruto de la Alianza y de las gracias del santuario.

¿Cuál es la pedagogía de Cobijo? Los tres verbos que son gracias del santuario: acoger, transformar y enviar. Los cubanos que llegan a España necesitan acogida. Llegan de un tiempo y lugar de mucho desarraigo. Por eso la urgencia de dar cobijo, y acogiendo, invitarles a la transformación. Los cubanos estamos profundamente heridos por una ideología marxista que nos ha dañado interiormente, o lo que es lo mismo: daño antropológico, masificado.

Fruto del jubileo de Schoenstatt del 2014, se habló mucho de ser un movimiento en salida, de ir a las periferias. ¿Acaso el trabajo con los emigrantes no forma parte de este ideal jubilar? Schoenstatt es hogar, refugio, terruño. Y si eso tenemos que materializarlo en algo concreto, que mejor que en la acogida de los que están al borde del camino, de los desplazados, de los que no tienen techo. Schoenstatt se traduce entonces en cobijo, cambio antropológico, y salida para seguir generando más actos de bondad.

Cobijo - P. Bladimir Navarro

¿Qué espera como fruto de este proyecto a corto y largo plazo?

Cobijo es la antesala de un sueño reparador. Es la motivación de un corazón inquieto. Es la vocación espiritual del buen samaritano que a través de la palabra se transforma en acción. Es la muestra tangible de que los límites del hombre en su obra sanadora sólo los conoce Dios. Así como las emociones transmutan en pensamientos y estos se materializan en hechos ha nacido este proyecto de inclusión al inmigrante.

Lo que comenzó como una ilusión compartida se ha ido fortaleciendo y el propósito diario es seguir creciendo. El reto no es fácil pero la voluntad y esperanza que ponemos en ello son infinitas.

Cada nueva experiencia se convierte en aprendizaje y punto de partida hacia una estrategia de superación. Acoger, acompañar y transformar es nuestro proyecto-sentido de tal modo hacemos eco en las palabras del Papa Francisco «…La inclusión de los más vulnerable es una condición necesaria para el Reino de Dios […] Gracias a ellos podemos madurar en humanidad y construir juntos un nosotros «más grande» […] ¡Construyámoslo hoy! Porque el futuro empieza hoy y empieza por cada uno de nosotros.»

Nuestro propósito es velar por los inmigrantes y aportar luz y esperanza a su realidad. Perseguimos integrar aún más a la gran comunidad cubana en España y fuera de Cuba, así como sembrar en su corazón la sensibilidad con el flagelo migratorio.

Que perdure nuestra obra de amor y compromiso, a través de este proyecto, es incuestionable. Cobijo sigue soñando y de la mano de Dios caminamos hacia el mañana.

Cobijo

Por último: ¿Qué es lo que le motiva? ¿Dónde saca fuerza para seguir adelante? ¿Cuál es su sueño más grande?

De los pasajes de la Biblia que más resuenan en mi mente al contemplar la realidad de mi pueblo cubano, es el del libro del éxodo, cuando Dios le pide a Moisés que vaya y libere a su pueblo que sufre la esclavitud. Cuba sufre esclavitud, Cuba se desangra, Cuba huye. En la motivación fundante de Cobijo está no ser indiferente frente a la pobreza de nuestro pueblo. Cientos, miles de cubanos están escapando de la cárcel en que se ha convertido nuestra patria. Nos mueve el Evangelio a acoger, como el buen samaritano; a sanar heridas, como el Maestro; a liberar como Moisés.

¿Y dónde encuentro la fuerza? Aprendí de mi obispo Adolfo a poner dentro del sagrario (en pequeños papelitos) las preocupaciones, los sueños, los anhelos, lo que me hace sufrir. De ahí fluye mi vida pastoral, desde ahí surgen los proyectos que Dios me llama a realizar. Es su fuerza, su gracia, la que sostiene Cobijo.

Y la otra fuente es la Alianza con la Mater: “la Alianza suscita todas mis fuerzas”. P.K

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