PARAGUAY, Noelia Ferreira/fma. “Felicidades, querida madrina Elisabeth, te agradezco de corazón, y con mi familia te envío un saludo”: Liz Paola, de 14 años, con una sonrisa un poco tímida, sostiene en sus manos un cartel con su mensaje. Y saluda así, por correo electrónico, a su madrina que vive en un país muy lejano: en Alemania. Su madrina alemana que en ese día cumple 80 años y que desde hace 8 hace posible que ella, una niña de una familia que vive muy pobremente en Paraguay, pueda ir al colegio… Es una de las conmovedoras historias de Dequení, que desde hace 27 años cambia la vida de muchos niños paraguayos, motivado por la Alianza de Amor, creando una cultura de alianza: alianzas entre familias pobres, voluntarios, empresas, bienhechores dentro y fuera del país y schoenstattianos de todo el mundo que quieren aportar su granito de arena para eliminar el trabajo infantil en Paraguay causado por la pobreza y la falta de educación.
En los días pasados cientos de personas en Alemania y de Suiza recibieron cartas de agradecimiento de niños de Paraguay. ¿Cómo te imaginas a tu madrina, a tu padrino?, se les preguntó a los niños, que hicieron dibujos de personas con manos grandes y con corazones flotando en el aire: “Tiene manos grandes para ayudar, tiene un corazón abierto para cobijar, tiene ojos que me ven a mí…”. “Muchas gracias por el mensaje”, escribe Irene E. de Karlsruhe, Alemania. “Vamos a colocar a estos dibujos en el jardín de infantes y espero que podamos volver a enviar muchas becas…”.
Muchas becas para niños como Johana Isabel.
“Cuando sea grande me gustaría ser abogada de la niñez”
Ella tiene 14 años de edad y vive con su mamá y tres hermanitos en el barrio 24 de junio de San Lorenzo; por la tarde va al 5to grado de la escuela San Juan Bautista de la misma ciudad.
Antes del ingreso al proyecto, Johana desde muy pequeña salía todos los días con sus abuelos y un hermano a la zona de la Avda. Mariscal López llamada curva de la muerte (por la frecuencia con que se producen graves accidentes) a pedir monedas en los semáforos. Un colaborador de Dequení los visitó diariamente en su lugar de trabajo, hasta se familiarizaron con la fundación y su mamá y sus abuelos entendieron las consecuencias que podía tener su permanencia en la vía pública, dañando su salud, retrasándola en la escuela… Desde entonces (hace 7 años) Johana asiste todas las mañanas a las actividades del centro y manifiesta: “nunca más quisiera volver a las calles” y dice además que no le gusta ver a los niños trabajando. Desde su ingreso al programa comenta: “he mejorado mis calificaciones en la escuela, estudio mucho, cuando sea grande me gustaría ser abogada de la niñez”.
Adviento misionero
Cuantas veces se sueña con poder cambiar el mundo, hacer algo contra pobreza y la injusticia, aportar para la gestación de un nuevo orden social, un mundo más justo, más solidario, más de Dios. Cuantas veces soñamos con ser protagonistas de ese cambio, de poder contar historias de lo que hicimos a las generaciones futuras. Cuantas veces soñamos con el nacimiento del Salvador en medio de nosotros… Es posible. Estamos en el adviento misionero de Schoenstatt. Dequení puede colaborar a hacer realidad estos sueños: apadrinando a un niño (400 US$ o 310 € anualmente), becando a un niño (60 US$ o 55 € por un año escolar) o simplemente aportando un poco para hacer mucho. Mientras tanto Dequení sueña – y trabaja por ese sueño – que ningún niño paraguayo siga en las calles por falta de los medios que necesita para concurrir a un colegio.
En la gran gala de agradecimiento de fines de noviembre de 2012, apareció un cartel gigante: Gracias por ser Dequení.
Gracias, Dequení, por ser Schoenstatt.
Donaciones desde Europa (SEPA) también:
Cuenta bancaria Ingrid Springer IBAN. DE52426613300121483602; BIC: GENODEM1HLT
ME GUSTÓ MUCHA ESTA INICIATIVA, FELICITACIONES A LAS PERSONAS QUE LO HACEN POSIBLE, Y NOS DAN TAN BUEN EJEMPLO.