Santuario Valldoreix

Publicado el 2022-11-08 In Vida en alianza

El Santuario de Schoenstatt en Catalunya ha celebrado 25 años de su bendición

ESPAÑA, Ramón Dalmau y Lluïsa Parés •

Cuando nos encargaron redactar unas líneas para comentar a la Familia de Schoenstatt el Jubileo de los 25 años de nuestro querido Santuario “Nuevo Pentecostés” de Valldoreix (Catalunya, España) lo primero que se nos ocurrió fue guardarnos un día en el calendario que estuviera libre de agobios, un día tranquilo, sereno y relajado. Un día sin responsabilidades más o menos inmediatas. Un día que todos soñamos encontrar en nuestras agendas… pero que, si hemos de ser sinceros, parece inexistente. —

Sin embargo, ¿cómo no…?, la Mater ha venido rápidamente en nuestro auxilio invitándonos a ver con más detalle el tema y a no ser tan cortos de miras.

La situación personal nos desafió

En efecto, meditando el Evangelio del día, en el que leemos “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” hemos comprendido que precisamente hoy podría ser un buen día para redactar. ¿Por qué? Porque hoy precisamente nos han comunicado la inminente operación de uno de nuestros padres, de muy avanzada edad. Una operación que, por una serie de circunstancias, conlleva un riesgo importante. Hoy precisamente, cuando empezará a deslizarse sobre nosotros toda una avalancha de preparativos, papeleos, visitas inmediatas para protocolos médicos de cirugía, etc. Hoy precisamente, cuando todo esto se añadirá a nuestra lista de preocupaciones que no es precisamente corta, pero en cualquier caso probablemente menor que la de muchos que estéis leyendo este escrito.

Cuando uno se siente pobre de recursos las cosas se ven más claras. La pobreza nos invita a ser humildes, a aparcar nuestra soberbia y autosuficiencia. Nos invita a contemplar la realidad tal como es en verdad. Los “pobres de espíritu” son aquellos que ya no confían en sus propios medios, sean del tipo que sean. Saben y aceptan con humilde agradecimiento que su única ayuda sólo puede venir del Señor a través del corazón de María.

Con preocupación por la operación, eso sí, pero intentando controlar nuestra angustia acudiendo de inmediato a sentarnos frente al cuadro de la Mater en nuestro santuario hogar, filial del “Santuario Nuevo Pentecostés”, nos han venido a la mente las horas y más horas de lectura de los escritos de nuestro querido P. Kentenich. Sus profundas reflexiones. Las páginas leídas también de algunos otros autores de espiritualidad, las homilías de los Padres de Schoenstatt, las charlas de las Hermanas de María…. ¡Son tantas las riquezas que el Señor, entrañablemente, por mano de María, ha ido depositando en todos nuestros corazones, por pura gratuidad!

El P. Kentenich. El Santuario. La Mater. La Alianza de amor… Podríamos intentar imaginarnos una imagen, una “fotografía” que ansíe, de algún modo, aunque sea de una manera muy limitada, aunarlo todo.

Cómo vivimos la Alianza

Intentaremos describir esta “fotografía” a continuación:

A escasos metros de la puerta de un Santuario de Schoenstatt se ve al P. Kentenich invitando a todo el mundo a acercarse, es más, a entrar en el santuario. Con su rostro tierno, dulce, amable, con su cautivante voz… Es el profeta de María.

Justo en la puerta del santuario, pero sin tapar la entrada, la Mater. Ella es la que, por designio de Dios, acoge con celestial bondad a los que se acercan y les invita a hacer con Ella una Alianza de amor.

Y, finalmente, al pie del tabernáculo, un niño sentado a los pies de Jesús en íntimo y entrañable coloquio. Jesús le instruye: “Sabes, quien me ve a mí, ve al Padre.”. Niños ante Dios, en definitiva. Personas que han aprendido a invocar al Padre llamándolo “Abbá, Padre”. “La santidad es lo más sencillo del mundo: es el amor de niño al Padre” (P. José Kentenich) Pero entonces… ¿qué debe ser ese prodigio celestial de la Alianza de Amor al que nos invita María?

Pues bueno. Consultadas fuentes fidedignas, parece algo tremendamente sencillo, pero a la vez tremendamente misterioso. En efecto: dado que Jesús se hizo hombre en el seno de María, nosotros somos invitados a divinizarnos en el Corazón de María. Pero de la misma manera que Jesús no se hizo hombre a diez metros de distancia de la Virgen María, sino en su seno virginal, de manera análoga, ¡oh misterio insondable! Nosotros seremos divinizados dejándonos “sumergir” en el corazón de María. No se trata de estar “con” María, sino de estar “en María”, como nos instruye nuestro querido P. Kentenich. Se trata efectivamente de una fusión de corazones. Ella en mí y yo en Ella.

¿Pero por qué? Pues nuevamente y respetando humilde y anonadadamente el misterio, la analogía que nos deja pasmados: Jesús se formó en el seno de María recibiendo los flujos vitales que procedían del cuerpo de nuestra amada Madre. Pues resulta que para divinizarnos debemos recibir la vida divina. Parece lógico, claro. No nos vamos a divinizar nosotros solitos a base de hacer sofisticados ejercicios de gimnasia espiritual… Pues bien, la Gracia es la misma vida de Dios que se comunica a nosotros. La misión de María, por voluntad de Dios, es la de distribuir a sus pequeños hijos esa gracia que brota del seno del Padre, nos la merece el Hijo y nos la otorga el Espíritu Santo.

Ella nos toma en sus brazos maternales y no contenta con acogernos, se dedica a transformarnos durante toda nuestra vida para que Cristo se forme en nosotros. Lo que pasa a continuación ya parece obvio. Si te tomas café te pones en movimiento. Porque lleva cafeína y eso te activa. Pues si Cristo se forma en ti, y Dios es Amor… ¡pues resulta que te pones a amar! Pero no como un actor que ejecuta unos actos externos ajenos al corazón. Sino como un hierro ardiente que está en contacto íntimo con la hoguera ardiente, esto es, con Dios. La luz y el calor de tu amor provienen en último término del Señor. Y te lanzas a la misión. María te señala sonriendo cuál es. Y al ejecutarla, aunque físicamente te alejes del Santuario, espiritualmente sigues en el corazón de María por tu Alianza de amor sellada conscientemente. Cristo y María siguen amando en ti a todo el que se cruza en tu camino. No puede ser de otra manera.

Santuario

María se estableció en nuestro Santuario “Nuevo Pentecostés” de Valldoreix hace ya 25 años. Esa es la explicación de los prodigios de la gracia que contemplamos a diario desde entonces. No hace falta tener grandes estudios ni ser muy agudo para quedarse atónito, perplejo, inmensamente edificado, al contemplar el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre… de nuestros queridísimos hermanos de la familia del Santuario “Nuevo Pentecostés” de Valldoreix.

Contemplando en ellos, admirados, los frutos del Espíritu Santo, aún en medio de sus cruces, nos proponemos como matrimonio seguir su ejemplo, en la dinámica de la Alianza de amor.

Ni qué decir tiene que, cuando hemos tenido la oportunidad de visitar otros santuarios de Schoenstatt, en la medida que hemos contactado con la familia que en ellos se cobija, hemos tenido la misma experiencia que acabamos de describir.

Celebramos los 25 años del santuario

Pasemos ya a la celebración en concreto. Fue el domingo 16 de Octubre del 2022. Acudió gente de muchos lugares de España. Se inició con una solemne y entrañable vigilia de adoración delante del santuario la noche anterior. El domingo comenzó con actividades para niños, en el terreno que aloja el santuario que es bastante grande. Hinchables, disfraces, partidos de fútbol, y a la vez ensayos del magnífico coro que se había formado para ese día. Jóvenes, niños, padres y madres cantaban como los ángeles, con la dirección de una joven músico profesional de la juventud de Schoenstatt de Valldoreix.

También se diseñó para ese día una exposición gráfica de todas las actividades que se ofrecen en el santuario, que comprenden desde los típicos grupos de matrimonios, madres, jóvenes y niños, hasta talleres de personalidad, ideal personal, Alianza de Amor, oración, jueves de adoración Eucarística, misas de domingo, misiones familiares, sin olvidar a “Schoenstatt Colabora” – acompañamiento de gente que vive en la calle y ayudas permanentes a Cáritas en lugares con familias necesitadas. Seguro que nos dejamos algo, porque a pesar de ser una Familia de Schoenstatt relativamente pequeña la de Cataluña, son muchas las actividades que se realizan con ayuda de la Mater.

Testimonios

A continuación, nuestro querido obispo de la diócesis de Terrassa, Monseñor Salvador Cristau ofició la misa, el acto más importante, concelebrando con otro obispo y más de una decena de sacerdotes: padres de Schoenstatt venidos de Madrid y sacerdotes diocesanos muy cercanos a Schoenstatt. Fue una misa preciosa, en la que el obispo hizo amplia referencia a su contacto con Schoenstatt ya desde su etapa de seminarista. El punto central de su homilía fue la confianza y el abandono filial absolutos que debemos tener hacia la Mater. Después de la celebración eucarística pudimos compartir una deliciosa “paella” para todo el mundo que nos permitió charlar con personas que quizás hacía tiempo que no veíamos, y con hermanos de grupos cercanos. Se terminó el día con unos testimonios que hablaron de cómo habían conocido el santuario y habían vivenciado sus gracias. Pudimos escuchar a jóvenes que habían conocido el santuario desde que nacieron, una peregrina que acababa de sellar su Alianza con la Mater, un matrimonio que justo había iniciado su incorporación al Instituto de las Familias, y también a la jefa de la rama de madres. Todos los testimonios fueron muy emotivos y nos hicieron degustar una muestra del dinamismo de vida que hay en este Santuario.

Salimos todos con el gozo inmenso de haber compartido un día inolvidable en agradecimiento a la Mater por habernos regalado este Santuario hace 25 años, en 1997, a una familia catalana que inició su historia en 1975. El sinfín de vivencias en todos estos años ha sido maravilloso y nos impulsa para los próximos 25 años.

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1 Responses

  1. Juan Enrique Coeymans Avaria dice:

    He estado una sola vez en el Santuario de Catalunya. Ahí recibí una gracia : la de sentirme con una paz inmensa en el corazón.
    Nunca olvidaré esa tarde silenciosa, y cuando visito otros Santuarios, me vuelve al corazón la paz de ese Santuario.
    Al cumplir 25 años, me he unido fuertemente a ese Santuario en nuestras oraciones. Algún día veremos los frutos de santidad que surgen desde nuestros Santuarios, y como la paz de Valldoreix dará frutos para la Iglesia de Catalunya

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