Santa Cruz de la Sierra

Publicado el 2021-09-07 In Vida en alianza

Las manos que no se vieron pero que hicieron de nuestra ceremonia algo maravilloso

BOLIVIA, Alexandra Kempff •

El sábado 4 de septiembre tuvo lugar la ceremonia de consagración del primer santuario de Santa Cruz de la Sierra. Fue una fiesta llena de detalles, muchos de ellos podrían haber pasado desapercibidos en medio de todas las emociones y sentimientos que vivimos y mi intención con este artículo es rendir homenaje a aquellas personas que trabajaron desde el silencio pero que, gracias a ellas, todo salió impecable. —

Santa Cruz de la SierraQuienes no estuvieron presentes pudieron tener una impresión ligera a través de los canales de transmisión de lo que vivimos estando físicamente acompañando la consagración del santuario; un despliegue de tantos detalles que a nosotros mismos nos dejó impresionados.

Si bien uno podría enfocarse en quienes tuvieron de alguna manera un rol protagónico en la ceremonia, como decía El Principito: “lo esencial es invisible a los ojos” y deberíamos dejarnos maravillar tanto por esas manos que no se vieron como por las caras que sí se notaron.

Es que Santa Cruz de la Sierra tomó posesión rápidamente del santuario. Antes de ser bendecido ya se sentía que pertenecía a toda la ciudad, no solamente a los schoenstattianos y eso se reflejó en la cantidad de personas que de alguna manera quisieron ser parte de la bendición y se involucraron de muchas maneras.

Santa Cruz de la Sierra

La lista de los involucrados podría ser infinita

Estoy segura al cien por ciento de que mi listado de las personas que trabajaron de manera imperceptible, no podría abarcar a todos pero haré un intento rápido: hay quienes hicieron unos sándwiches deliciosos, las personas que coordinaron para que desde el jueves tuviéramos sacerdotes disponibles para confesiones, quienes fueron a limpiar y ordenar el predio (ese grupo viajó desde San Luis a Santa Cruz varios fines de semana para trabajar), las artistas que hicieron las invitaciones, el que repartió las invitaciones, los músicos que se pasaron muchas noches ensayando, los que organizaron una rifa, los que reclutaron donantes para poder tener souvenirs a la venta, las señoras que limpiaron 700 sillas, las acomodaron y al final de todo las recogieron, los que hicieron 500 decenarios para regalar, los que no pudieron ver la bendición porque estuvieron cuidando del parqueo y muchos etcéteras…

Como dije, esta lista podría seguir mucho más.

Santa Cruz de la Sierra

Las circunstancias no permitieron que se invitara a toda la comunidad

Nos hubiera encantado que nos acompañaran todos los sacerdotes que nos apoyan, las personas que trabajan en los proyectos que Schoenstatt colabora, a nuestras familias extendidas, a todas las personas que donaron tantas cosas, tiempo y dinero para la construcción, pero lamentablemente tenemos que cuidarnos unos a otros y estoy segura de que la Mater entró al santuario guardando a todos en su corazón porque ella, como buena madre, no olvida a ninguno de sus hijos.

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2 Responses

  1. Chichi Estenssoro dice:

    Muy acertado querida Ale, detrás de las obras del Señor, siempre hay personas de amor que dan sin esperar reconocimiento . Me uno a tu tributo a quienes también dieron su aporte para la culminación de nuestro Santuario, que al igual que Schoenstatt en Santa Cruz, es el resultado de, *Un sueño de amor que nació de un gran dolor*
    Chichi

  2. Sandra dice:

    Muy hermoso artículo y un justo reconocimiento y agradecimiento a tanta gente que puso sus manos al servicio de la Mater, la gente que no se vió.
    Gracias

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