Publicado el 2020-06-05 In Alianza de Amor Solidaria en tiempos de Coronavirus, María Ayuda, Obras de la misericordia, Proyectos, Schoenstatt en salida

«En María Ayuda trabajamos para y por los niños, niñas y adolescentes vulnerados»

CHILE, P. Francisco Pereira, Jorge Gómez Alemparte / María Fischer•

El Consejo Episcopal Latinoamericano se une a los esfuerzos y acciones contra toda forma de violencia hacia los niños. Así lo expresa este 4 de junio en su mensaje por el día internacional de los niños víctimas inocentes de agresión. “Nuestros niños necesitan ternura y protección en todo momento, pues son ellos la esperanza de la sociedad, de la Iglesia y de la humanidad”.  ¿Qué hace Schoenstatt para proteger a los niños? La respuesta no solo son cursos de educación de niños o colegios y todo tipo de fortalecimiento de familias, sino la respuesta se llama Dequení, Casa del Niño, Casa Madre de Tupãrenda, Hogar de María, Centro de Nutrición Niño Jesús, y se llama especialmente María Ayuda. María ayuda al Cristo que sufre hoy, que sufre en niños abandonados, abusados, maltratados, marginalizados. Desde hace casi 40 años.—

Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, presidente de CELAM, anima a los creyentes a seguir luchando y trabajando por un mundo cada vez más humano, solidario y justo para los niños. Igualmente recuerda que una sociedad que abandona a los niños está condenada al fracaso y muchos de ellos viven en un entorno que no solo los expone a la muerte; sino que, en la mayoría de los casos, los deja lesionados o con traumas emocionales que los perseguirán por el resto de sus días.

En la crisis actual, el trabajo de María Ayuda no para. Al contrario, donde la necesitad se agrava, la solidaridad, si es auténtica, crece aún más. Desde María Ayuda, el P. Francisco Pereira, director espiritual, y Jorge Gómez Alemparte, director comercial, comparten con los lectores de Schoenstatt.org lo que se hace en estas semanas y dónde están los desafíos actuales en esta crisis de salud que se convierte ya en crisis socioeconómica.

¿Falta la corresponsabilidad solidaria en Chile?

Si esta gravísima crisis de la salud que estamos viviendo no se asume con responsabilidad personal y en solidaridad con los otros, nos encaminaremos como país a una situación que nadie puede siquiera imaginar. Lo repiten las autoridades hasta el cansancio, el Estado no tiene las herramientas para fiscalizar o controlar a toda una población para que se cumpla con las restricciones solicitadas para este tiempo. Los hechos así lo demuestran. La única salida es entonces la autorresponsabilidad y la autoconciencia. ¿Es eso posible?  Muchos piensan que nuestro país no ha sido educado en ese valor de la corresponsabilidad solidaria, y esto expresado en una infinidad de cosas de la vida cotidiana. Basta con salir a la calle y ver cómo se tira la basura al suelo sin el más mínimo sentimiento de hacer algo no debido, o cómo no respetamos al otro con ruidos insoportables.  La solidaridad con tu entorno y las personas es entonces algo inherente a la cultura de un pueblo.  Quien no quiera entender esto, está condenado a ser parte de aquellos que vivirán destruyendo el ambiente y no construyéndolo y cuidándolo. ¿Qué hay detrás de tales actitudes? Una concepción de vida individualista y muchas veces anárquica. Y se llega a ello por una cadena de desilusiones, de promesas no cumplidas, de sentir al fin de cuentas que no vales, que no te ven, que no eres nadie.

Detrás de cada niña o niño de hogar hay una familia con graves carencias materiales

Esta crisis de salud, ya sabemos, comenzó ya a tener por otra parte consecuencias socioeconómicas graves. Se hizo visible lo que para muchos estaba invisibilizado, que miles de chilenos sobreviven día a día con lo justo para comer. Y que, si el trabajo de ese día ya no es posible, sencillamente no se come. Se está entonces ante la disyuntiva de la salud o la comida, y eso requiere respuestas solidarias de todos nosotros. Del Estado, de la empresa privada, de cada familia y de cada persona natural.

En María Ayuda estábamos en el mes de mayo en campaña de colecta solidaria en todo Chile, en forma virtual y esperamos lograr la meta, extendiéndola a junio. Pero no podemos olvidar que detrás de cada niña o niño de hogar hay una familia con graves carencias materiales, y en cada egresada o egresado una necesidad muchas veces impostergable.  Queremos salir, por eso, al encuentro de esa dolorosa realidad con respuestas concretas para ellos, al menos con alimentos, apelando también a la solidaridad de todos en esta hora difícil para Chile, especialmente para los más vulnerables.

 

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Una egresada de María Ayuda da testimonio y motiva a la colecta

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Una crisis escolar con consecuencias graves para los más pobres

Según el Ministerio de Educación, el 60% de los niños y niñas que pasan a 2º básico no saben leer correctamente y la brecha no se disminuye en 4º básico donde el 58% no alcanza los niveles adecuados. Uno de los más grandes desafíos que ha presentado la cuarentena generada por el COVID-19 es llevar la educación de las aulas de clases a la casa.

Más aún, cuando son menores los que dependen de las tecnologías y tiempo de los padres para poder adquirir los conocimientos curriculares correspondientes. Así sucede con aquellos que están en la etapa de aprender a leer y escribir. En el escenario de las materias curriculares, la lectura y la escritura son aptitudes básicas que deben tener los niños y niñas a temprana edad para acceder de manera segura a otro tipo de conocimientos. Hay una falta de claridad muy fuerte en la educación en Chile al tener tantos objetivos distintos y no tener un foco. “Hoy día a mi juicio el foco más importante debiera ser que todos los niños y niñas amen la lectura”, dice Claudia Fischer, jefa técnica de María Ayuda.

Y es que, sin dudas, en alumnos más preparados desde la lectoescritura en sus primeros años, disminuye la deserción y el fracaso escolar. Los alumnos con una base de lectura y escritura fuerte están mucho mejor preparados para su futuro académico, lo que hace que el aprendizaje de estas materias en particular rinda frutos, no solamente en el corto plazo con aprender a leer y a escribir, sino que los prepara mucho mejor para lo que viene más adelante.

En el caso de los niños y niñas que se encuentran en residencias, el desafío es mayor. Ellos se ven afectados por el impacto de múltiples vulneraciones graves, que afectan su desarrollo cognitivo y en especial su disposición al aprendizaje. En este escenario, la pandemia y declaración de cuarentena los posiciona en un doble encierro, alejados de sus sistemas de referencia, amplificando las vivencias traumáticas y la tensión ante la escolarización.

Ya cumplimos tres meses de cuarentena y suspensión de clases, periodo en el que nuestros 400 profesionales y colaboradores han sido clave para continuar con nuestra tarea como organización social. Más que nunca, han tenido que unirse para planificar acciones diarias y, al mismo tiempo, cuidar la salud de todos quienes componen María Ayuda.

Con el coronavirus nuestras residencias han debido adaptarse, teniendo a la educación como uno de los desafíos más importantes que se han tenido que asumir. Para los niños y niñas de nuestras residencias, el colegio y la participación escolar es un espacio vivencial que, junto con entregar conocimientos académicos, favorece la participación e inclusión social, rompiendo con la sensación de estigmatización que implica el espacio residencial. De esta forma, la suspensión de este espacio impactó los procesos y dinámicas en las residencias, amplificando la sensación de doble encierro y la pérdida del control espacio/tiempo.

Solidaridad concreta, ya

María Ayuda, como también otras obras sociales de Schoenstatt en países como Argentina, Paraguay y Brasil, hacen todo lo posible para no abandonar a los niños y jóvenes confiados a ellos, a pesar de las restricciones por la crisis sanitaria global.

No esperemos a un plan global elaborado por alguna entidad central de crisis. No nos quedamos en la espera del llamado desde arriba. No nos quedemos en la espera de una ayuda perfecta cuya perfección nos paraliza e impide que hagamos algo.

No nos quedemos en el “hay que”, en el famoso “alguien” que ya hará algo.

Cada uno puede salir en solidaridad, creatividad y generosidad para dar una mano a María Ayuda. Ya. Antes de que sea tarde.

Con donaciones generosas y con la creatividad de recaudar fondos entre amigos, empresarios, otros schoenstattianos…

Cómo ayudar

Haz una donación

Cuenta bancaria en Europa:

Schönstatt-Patres International
IBAN: DE 33 4006 0265 0003 1616 03
BIC: GENODEM1DKM
VWZ: Maria Ayuda Chile

Como se escuchó estos días en una homilía en un santuario de Schoenstatt:

“Se puede coronar la Virgen una y otra vez, pero la corona se la sacamos si no actuamos desde el amor solidario con el que sufre”.

Más información: www.mariaayuda.cl

¿Actuamos desde el amor solidario con el que sufre?

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