Publicado el 2013-01-06 In schoenstattianos

Cuando nos deja una gran persona

mda. Cuando nos deja una persona realmente grande, lo que perdura es la experiencia de que Dios ha tocado la tierra en esta persona, y que la promesa de Jesús de “permanecer entre nosotros” también puede ser entendida en esta dimensión. Cuando nos deja una de las grandes personalidades de Schoenstatt – y quizás no sólo cuando nos deja – lo que queda es la experiencia que confirma lo dicho por el P. Kentenich: que la Familia de Schoenstatt es una extensión de si mismo. Esto significa que también él está con nosotros en el carisma con el que cada uno participa cuando sella en profundidad y personalmente la Alianza de Amor. Es algo que una persona comparte cada vez más, sirviendo a esta renovación de Schoenstatt. No siempre, ni incluso inmediatamente, es reconocido y apreciado, y en esto también participa de la vida del Fundador, pero finalmente su vida es realmente eficaz. Una de estas grandes personas nos dejó el 20 de diciembre de 2012. Fue enterrada en Sión el 22 de diciembre. Es obvio que ni uno ni dos artículos pueden hacer justicia a su grandeza. El P. Tilmann Beller diría: ¡Hagalo ya!…  usted lo estará haciendo bien.

 

 

Ese día llovió sin cesar y la lluvia se hizo más intensa durante la inhumación. “Estamos tristes y el cielo está llorando con nosotros”, comentó alguien durante la transmisión directa por schoenstatt-tv.

“El P. Beller tuvo un ritmo de trabajo increíble y vivió con una intensidad asombrosa. Él también nos lo exigió cuando se encontraba moribundo. Fue breve el lapso entre el diagnóstico y su muerte, por lo que hubo poco tiempo para decirnos adiós, y sólo dos días entre su muerte y su funeral. Así que fue imposible para muchos llegar a Schoenstatt a tiempo. Pero gracias a schoenstatt-tv fue posible que mucha gente participara. “Probablemente en el nuevo año esté disponible en la mediateca una grabación de su funeral” escribió Susanne Leibrecht desde Viena, que junto con el P. Elmar Busse mantuvo informados y conectados a los amigos del P. Beller en las últimas semanas de su vida.

«Acaba de aparecer una primera biografía del P. H. Alessandri, grande entre los grandes y futuro santo canonizado… Sería bueno algo similar del P. Tillmann”, escribió el P. Antonio Cosp, el director del Movimiento en Paraguay. (Hace algunos años el P. Beller dijo del P. Antonio Cosp: él y yo estábamos en la misma sintonía. Pude haber logrado grandes cosas con él…). “Quizás tendrá que hacerlo alguien en Austria, alguien que haya podido comparar la acción de él con la de otros más normales y por eso más cuadraditos… = entre cuatro líneas que cierran y no el círculo infinito de los que ven la grandeza de Schoenstatt y dejan que cada uno le aporte a la Familia lo que sabe hacer…”.

Si alguien realmente estuvo con nosotros y después se aleja, verdaderamente nunca nos ha dejado

La Iglesia de la Santísima Trinidad ya estaba decorada para Navidad con abetos y el pesebre cuando la gente la llenó esa tarde gris y lluviosa del sábado anterior al cuarto domingo de Adviento. Estaban allí los familiares del P. Beller como también colegas y compañeros de Hungría y de Austria y representantes de la Familia de Schoenstatt de Alemania: los países en los que él construyó Schoenstatt. Su muy recordado eslogan: “mi Schoenstatt” (que no es por casualidad el encabezamiento de la página interactiva de schoenstatt.org) fue formulado para imprimir un nuevo estilo, distendido, en los miembros de la Familia. Dondequiera que trabajó percibió los procesos vitales, enseñó a las personas a observar, comparar, reducir a principios y aplicar y apuntó a los asuntos cercanos al corazón de las personas así como también a las corrientes de vida… que es lo único que toca y mueve a Schoenstatt y a sus miembros.

“Siempre nos duele cuando alguien nos deja una persona que es importante para nosotros. Pero ´si realmente estuvo con nosotros y se alejó, verdaderamente nunca nos ha dejado; ahora está aquí de una manera diferente, no preso del aquí y del ahora´ como dice una de las canciones del musical sobre el P. Kentenich” dijo el P. Theo Breitinger en la introducción a la Sta. Misa. “Esto también se aplica al difunto P. Beller. Él está espiritualmente en medio de nosotros. Continúa acompañándonos desde el cielo…”

Ver la grandeza de cada uno, comprenderlo y darle libertad

En su homilía, el P. Elmar Busse aplicó al P. Beller – desde tres puntos de vista – las palabras del Padre Kentenich con ocasión de sus bodas de oro de ordenación sacerdotal:

  • gratitud (ver la grandeza de cada uno y reconocerla mutuamente)

  • cercanía espiritual y comprensión enaltecedora (una pasión por el pastoreo según el ejemplo del Buen Pastor)

  • una corrección del rumbo y estilo en el Movimiento de Schoenstatt en Alemania como director del Movimiento usando el eslogan: “mi Schoenstatt” (un concepto que libera a las personas, que despierta muchas energías y crea espacio para la originalidad. Esto seguirá siempre unido con el nombre Tilmann Beller.)

Fue una homilía que despertó muchos recuerdos, muchos encuentros y muchos “refranes Beller”… Durante la transmisión directa aparecieron en el chat muchas “pepitas de oro”, se agregó más de un comentario a la primera información que apareció en schoenstatt.org, y llegaron a los buzones de los colaboradores de schoenstatt.org muchos recuerdos espontáneos.

“Me encontré con él sólo una vez, durante el jubileo de la juventud femenina de Schoenstatt en el año 2000 y todavía puedo recordar su sermón en la Misa de clausura. Muchas frases todavía están muy claras en mi memoria como si las hubiera dicho hoy”. Son recuerdos de María Elena Vilches, de Ecuador.

“Lo conocimos durante nuestra preparación para el matrimonio, y aunque en ese entonces éramos muy críticos acerca de todo lo religioso, fuimos cautivados inmediatamente por él. Y así es que durante más de treinta años, en repetidas ocasiones, él nos ha guiado y despertado nuestro entusiasmo. Él fue nuestro Padre Kentenich…”, escribieron Hertha y Martín Schiffl desde Austria.

Renate y Christian Immler que orgullosamente se autodenominan miembros de la “generación Beller” dijeron esto: “Esas frases típicas del P. Beller han pasado a formar parte de nosotros y tienen efecto aún después de tantos años: ´Mater dolorosa en el pequeño trono del dolor´ cuando teníamos la tendencia a ser demasiado sensibles o a sentir lástima por nosotros mismos¸´los niños en el refrigerador´ cuando necesitábamos tiempo para nosotros, o ´vamos a abordarlo de nuevo ahora´ cuando nos habíamos peleado; ´Santísima Virgen, si tú sigues así, vas a romper tu mejor instrumento´ cuando el apostolado nos ponía grandes exigencias. Todavía podemos ver la manera como miraba el P. Beller – aquella sonrisa liberadora, benevolente y pícara – y entonces, repentinamente, el asunto no era tan dramático. Sólo mucho más tarde nos dimos cuenta que en él habíamos encontrado un transparente de nuestro Padre. Estamos felices y agradecidos porque pertenecemos a la generación del P. Beller. Ciertamente, somos contemporáneos de uno de los grandes schoenstattianos que ahora continuará trabajando desde el cielo…”

Aquellos que vieron lo grande que es Schoenstatt y construyeron en consecuencia…

Después del Réquiem nos dirigimos al Monte Sión para el entierro. La lluvia se había intensificado. El P. Peter Noethen, el jefe de curso al que perteneció el P. Beller, habló en el Santuario del Monte Sión. Ante la tumba hubo muchos que expresaron en forma personal, espontánea y cálida, su gratitud y su disponibilidad a continuar trabajando con su estilo y su espíritu.

A la oración diaria de un schoenstattiano que siguió al P. Beller hacia la eternidad pocas horas después de su funeral, se agregó ahora otro nombre:

“P. Kentenich, P. Menningen… P. Beller, y todos ustedes que vieron lo grande que es Schoenstatt y construyeron consecuentemente, rueguen por nosotros´.

Compilado con contribuciones de María Elena Vilches, Susanne Leibrecht, P. Antonio Cosp, P. Elmar Busse, Renate y Christian Immler y otros.

Original: Alemán. Traducción: Eduardo Arnouil, Chile/aat, Argentina

Fotos

30. Dezember 2012 – Beisetzung von P Tilmann Beller

Video (Schoenstatt-TV)

Los textos completos de la homilía y la necrología se encuentran (en alemán) en la versión alemana de la nota

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicado el In schoenstattianos

Cuando nos deja una gran persona

mda. Cuando nos deja una persona realmente grande, lo que perdura es la experiencia de que Dios ha tocado la tierra en esta persona, y que la promesa de Jesús de “permanecer entre nosotros” también puede ser entendida en esta dimensión. Cuando nos deja una de las grandes personalidades de Schoenstatt – y quizás no sólo cuando nos deja – lo que queda es la experiencia que confirma lo dicho por el P. Kentenich: que la Familia de Schoenstatt es una extensión de si mismo. Esto significa que también él está con nosotros en el carisma con el que cada uno participa cuando sella en profundidad y personalmente la Alianza de Amor. Es algo que una persona comparte cada vez más, sirviendo a esta renovación de Schoenstatt. No siempre, ni incluso inmediatamente, es reconocido y apreciado, y en esto también participa de la vida del Fundador, pero finalmente su vida es realmente eficaz. Una de estas grandes personas nos dejó el 20 de diciembre de 2012. Fue enterrada en Sión el 22 de diciembre. Es obvio que ni uno ni dos artículos pueden hacer justicia a su grandeza. El P. Tilmann Beller diría: ¡Hagalo ya!…  usted lo estará haciendo bien.

(más…)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *