Publicado el 2011-11-04 In schoenstattianos

Verdaderamente tenemos un ángel en el cielo…

ARGENTINA, Alejandro Vargas y Silvia Papaño de Vargas. El miércoles 2 de noviembre de 2011, día de los Santos Difuntos, en horas de la mañana, San Luis vivía una tremenda tragedia. Un tren de carga arrolló el colectivo en el que viajaban alumnas del Colegio Santa María, en el paso nivel de Zanjitas, paraje distante a 70 Km. de la ciudad capital. Estas niñas, de entre 10 y 11 años, viajaban con el objetivo de misionar en la localidad de Cazadores, otra localidad de la zona rural de San Luis. Allí se dirigían con verdadero espíritu evangélico, llevando su alegría, ya que -según cuentan los vecinos- antes del impacto se las escuchaba cantar. Así también su santidad, dado que después de esta acción apostólica participarían de un retiro o convivencia espiritual.

“La primera santa de Schoenstatt en San Luis”

El resultado fueron varios heridos y la muerte de seis niñas, entre ellas Luz María Bianciotti -según el P. Alan Sosa, sacerdote diocesano de Schoenstatt- la primera santa de la Obra de Familias del Movimiento en San Luis.

Seguramente el padre Alan -uno de los pocos que vio su cuerpito, al que tuvo que reconocer- no se equivocó con semejante expresión. Luz María era la hija de Guillermo y Leonor, actualmente portadores del segundo grupo de la OF “Los Elegidos por María” y parte del grupo de matrimonios fundadores de la OF en San Luis: “Los Bienaventurados”.

Guillermo y Leonor son un matrimonio que nos ha dado permanentemente ejemplo de educación en la santidad de sus hijos, pero que demostraron una fortaleza única, sin duda, la que la Mater les transmitió en todo momento.

Con una fe firme y fuerte

Muchos matrimonios de los distintos grupos de la OF estuvimos en el Hospital de San Luis, acompañándolos y apoyándolos en la espera. Espera que se hizo muy larga, hasta que les confirmaron que entre tantas ambulancias que llegaban desde el mediodía con los heridos de mayor a menor gravedad, no estaba Lucecita. Ella había partido a la Casa del Padre, seguramente en el mismo instante del impacto del tren.

Las horas que pasaron desde que tomamos conocimiento de semejante catástrofe, anunciada en distintos medios del país, fueron muchas. Sin embargo Guillermo y Leonor nunca bajaron los brazos, insisto, en todo momento nos dieron ejemplo de una fe que pocas veces pude ver en otros. Se mantuvieron fuertes y firmes como pocos.

Mater, tú pasaste por lo mismo, junto a la cruz

Después de lo sucedido, el gobierno de San Luis decretaba asueto por cuarenta y ocho horas, y nuestro obispo diocesano, Monseñor Pedro Daniel Martínez, disponía que se velaran durante la noche del miércoles los restos de las niñas en la Iglesia Catedral. La jornada cerraría con una Misa de cuerpo presente, para acompañar posteriormente el sepelio de las niñas.

El primer ataúd en salir fue el de Luz María, que recibiría cristiana sepultura en el Cementerio San José. Ahí estuvo presente toda la familia de Schoenstatt: matrimonios, misioneros y misioneras, jóvenes, profesionales, al igual que nuestros formadores de Mendoza, Oscar y Miriam Tapia, junto con el P. Ignacio, asesor diocesano del Movimiento, y el P. Alan, acompañando a la familia de Guille y Leo, y también comprobando cómo la Mater les daba fortaleza y resignación cristiana.

Entre cantos, oraciones y un responso despedíamos a Lucecita, algunos con lágrimas en los ojos, otros quizá pensando en nuestros hijos… Qué prueba, Mater, tú pasaste por lo mismo, junto a la cruz.

Al despedirnos en la puerta del cementerio Guille nos decía a Oscar, Miriam y quien les relata estos acontecimientos: “Yo le pedía al Señor más cruces y me dio esta”. A las claras se ve la gran fe de nuestro hermano.

“Monte Tabor”

Ya pasó lo más difícil, quizá sí, quizá no, Lucecita está en el cielo, aquí quedamos los que la conocimos y aprendimos a quererla, obviamente sus papás y hermanos Paulina y Esteban, de 7 y 8 añitos, que aunque extrañarán a su hermana, saben que está junto a la Mater, a la que invocaban cada mañana junto a sus padres y saludaban antes de irse a dormir.

Alguna que otra vez estuvimos en su Santuario Hogar “Monte Tabor” compartiendo con Guille, Leo y Luz María alguna oración, y hoy nuestra intención es que pidamos por ella, pero antes que nada por su familia, para que permanezcan firmes y fieles, testimonio vivo de fe, esperanza y amor.

Misa en el Santuario Original

Monseñor Martínez, al presidir la misa solemne en la catedral pidió a la Virgen María que «conforte y dé la suavidad del consuelo a los padres y hermanos. Ella sabe del dolor. Estaba de pie al pie de la cruz de su Hijo. Que intercedan estos nuevos angelitos. Alguna de las niñas tenía aún entre sus dedos el Santo Rosario. Rosario que, con sus avemarías, rezaban».

«El Padre llamó ayer a ocho angelitos al cielo. Fue al mediodía… casi con la campana de salida de la escuela, pero esta vez Dios Padre la hizo sonar para que vivieran junto a El un ‘recreo’ eterno, en la bienaventuranza eterna. Luz María, Julieta, Daira Rocío, Paula Lucía, Iara Melina, Virginia, Yesica Sabrina y Salomené: ¡Recen, intercedan por San Luis y por nosotros! Descansen en paz», concluyó.

Al recibir la  carta del matrimonio Vargas, María Cora y Marcelo Lescano, Secretarios Nacionales de la Liga de la Obra de Familias, la reenviaron a la familia de Schoenstatt, pidiendo “una cadena de oración y que encendamos nuestra vela de Alianza en nuestro Santuario, Santuario Hogar, ermita, para que -unidos en la Mater y como aliados a Ella y con Ella- podamos iluminar, dar calor, fuerza y esperanza a todas las familias que han sufrido en este accidente, y por sobre todo a la familia de Luz María y a nuestra Familia Puntana de Schoenstatt”. Ya hay velas encendidas en muchísimos Santuarios… dentro y fuera de Argentina.

El 5 de noviembre la Misa “hacia el 2014”, celebrada en el Santuario Original a las 7.15 hs. y transmitida en vivo por Schoenstatt-TV, será ofrecida especialmente por María Luz, su familia, y todas las victimas del accidente. A pocos días de la apertura del Año de la corriente del Santuario, rezamos, como Familia, por Luz María y sus compañeras… y a ellas.

Nota  en AICA

3 Responses

  1. sara ycaza dice:

    Mi esposo y yo somos de la militancia de Schoenstatt, y asi como Guillermo dice que pedia todas las cruces, nuestro ideal personal y matri;monial es "ser testimonios de fe" y Dios tambien lo tomo muy en serio y tenemos un angel en el cielo, tambien en un accidente. Los comprendemos y les dire como nos dijo el Padre Horacio Rivas + "No desperdicien el dolor que tienen en este momento, ofrescanlo a Jesus y Maria Santisima en la seguridad de que Ellos lo recibiran y les regalaran la fortaleza que solo la pueden recibir en el Santuario, mirando a nuestra Mater y su HIjo Jesus. Ya tenemos un puente para llegar al cielo. Bendiciones.

  2. angela (Chile) dice:

    Es muy dificil expresar sentimientos de fraternidad ante la perdida inesperada de un ser querido, estas Niñas de Maria que han partido,han cumplido su mision en la tierra, Dios necesita Angeles para que le ayuden, demos Gracias por haberlas tenido y compartido con ellas, un saludo cariñosos a sus padres y familias, toda la energia, que Dios y la Mater permitan el consuelo y entendimiento para ustedes.

  3. María Carolina Arce dice:

    Como decir, lo que uno siente si el dolor nos anula el pensamiento. Como se explica lo sucedido? Es que la razón puede encontrarle un sentido a todo esto? No.. solo a la luz de la esperanza, de la fe en Nuestro Señor y entregados a los brazos de María Santísima, con corazón de niños, es que podemos llevar tanto dolor y una cruz tan pesada. Tuve la gran Gracia de Dios de conocer a Luz Maria, aun la recuerdo vestida de angelito en la fiesta de fin de año de "La pequeña compañia" en el año 2010, recuerdo que en su coreo bailaba con Maria y eso es seguramente lo que en este momento ha de estar haciendo. Como no recordar una niña tan dulce!!!! Todo mi humilde cariño a sus padres, hermanos y abuelos y las oraciones con toda el alma por Luz María y sus compañeras. Con afectuoso cariño un abrazo de su amiga Caro Arce.

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