Publicado el 2011-07-07 In schoenstattianos

Una historia del Santuario en Escocia

Shrine in ScotlandESCOCIA, John Burns. Jim, cuando trabajaba en la Industria, administraba su propio negocio y era conocido como un hombre que generalmente conseguía lo que quería. Jim ahora está retirado y no se encuentra precisamente en las mejores condiciones de salud, pero sigue obteniendo resultados. El Gran Jim es un hombre que debe ser recordado y ésta es su historia – una historia de las gracias del Santuario. Jim era un hombre de negocios que había llevado a cabo algunos trabajos de construcción para las Hermanas de María en Campsie Glen, Lennoxtown, Escocia. El era también recordado con cariño como el hombre que instaló el Símbolo del Espíritu Santo en la ventana de la Casa Ballencleroch, la Casa de Retiros de Schoenstatt, que tantos miles de personas han visitado ya.

Fue durante una de esas ocasiones en las que ayudaba a las Hermanas, en la que dos señoras de su propia parroquia le pidieron que las llevara al Santuario de Schoenstatt para saludar a la Mater. Jim aceptó y llevó a las dos señoras al Santuario. Llegaron justo cuando comenzaba la oración de la tarde. Jim recuerda muy claramente lo que sucedió después. Fue durante la mitad del cuarto misterio en el que sus ojos se sintieron atraídos por la mirada de la Madre Tres Veces Admirable y tuvo una fuerte sensación de que la MTA quería que la escuchara. Su sonrisa de siempre esta mejor enfocada y él supo que lo estaba llamando a algo más que llevar amigos al Santuario. Fue un impulso de la gracia y Jim supo en ese momento que la MTA le pedía propagar la práctica del rosario. Interpretó esta petición como algo personal y práctico, diferente a simplemente rezar el rosario, algo para lo que supo podría utilizar sus habilidades y energía. Mientras salía del santuario volteo a sus dos amigas y les pregunto «¿Me ayudarán a enviar rosarios a todas aquellas personas alrededor del mundo que no tienen rosarios con los cuales rezar? Aunque sorprendidas, aceptaron ayudarle.

Correo de María

Nació el proyecto ‘Correo de María». Jim parecía saber exactamente lo que se le había pedido, no necesitó planearlo e instintivamente supo lo que necesitaba hacer. Viajó por todas las parroquias de su propia Diócesis, pidiendo permiso para colocar una caja de colecta en cada Iglesia y notas con la petición por rosarios antiguos o en desuso para colocar en los murales de cada parroquia. Esta iniciativa se extendió rápidamente a otros artículos como medallas y otros objetos religiosos – El no podía creer la reacción de la gente. Cuando vuelve a recordar aquel día en el Santuario e intenta recordar qué fue lo que sucedió, le viene a la mente el recuerdo de una conversación con una Hermanas mientras salía. «¿Estás bien?, te vez un poco extraño», le preguntó. Después de explicarle su experiencia y lo que significó para él, ella muy tranquila le preguntó: «Bueno, ¿y cuándo vas a comenzar? Recuerda que fue Nuestra Madre quien te trajo aquí, Ella te guiará». Dos de sus amigos aceptaron ayudarle a recolectar fondos para los costos postales y otros trabajos. Otro amigo se ofreció a llevar muy meticulosamente la contabilidad y una lista de todas las transacciones que se han realizado hasta el día de hoy. Por supuesto, juntar y reparar todo tipo de rosarios es solamente una pequeña parte de todo el trabajo: Jim tuvo que identificar dónde había necesidad, cómo establecer contactos, cómo organizar una cadena de suministros y como podía ser evaluada.

Tres mil rosarios…

Jim comenzó enviando artículos a misiones en varios países, pero pronto se dio cuenta del problema en el que se encontraba al recibir escasa respuesta.

Sin perder el ánimo, se acercó a una orden local de Monjas con quienes logró establecer contactos en la India, Sri Lanka y Filipinas; éste fue el comienzo de una red confiable y con la cual podría llevar a cabo su plan. Desde el 2007 al día de hoy, Jim y sus amigos han enviado 3000 rosarios, 4000 medallas y miles de artículos sagrados que incluyen casi mil libros de oración. De hecho, el inventario de artículos es demasiado largo de enumerar y su lista de clientes está creciendo.

Con el paso del tiempo, el costo de envío se convirtió en un obstáculo y Jim buscó apoyo en un círculo mayor. Ha encontrado nuevos amigos y ayudantes y su ambición continua creciendo. Mientras la noticia de su misión comienza a llegar a más personas sedientas de María, y el ramillete espiritual del Rosario, la demanda por su ayuda continúa creciendo. Los problemas de salud con los que Jim se enfrenta, no detienen de ninguna manera su dedicación por satisfacer las necesidades espirituales de aquellos que necesitan su ayuda, un milagro en sí mismo. La misión de Jim es sin duda una historia de la Gracia del Santuario y el impulso del apostolado.

 

Jim puede ser contactado en: jkiernan365@talktalk.net

Traducción: Alan Cabello, México

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