ARGENTINA, Silvia Losada. Todo era algarabía y entusiasmo. Madres y misioneras ornamentaban el Santuario y el salón de usos múltiples; Pastoral iniciaba la conexión para ver la ceremonia de apertura desde el Santuario Original…
El día 18 de octubre se inició al amanecer. Apenas asomaba el sol, los Madrugadores se reunieron en el Santuario para orar, reflexionar sobre los 99 años de vida del Movimiento y celebrar con una torta.
Minutos después, llegaba una peregrinación que había partido desde la Parroquia San José, con misioneros y devotos de la Mater.
Emocionados, los que pudieron, se reunieron a ver juntos, desde el Santuario, la apertura del año jubilar en Schoenstatt. Otros, lo hicieron desde sus santuarios del hogar.
Peregrinando con alegría hacia el 2014
En la entrada del Santuario se divisaban banderas, cuadros de las Ermitas y parroquias donde se encuentra entronizada la Mater, cuadros de los Santuarios del Hogar y carteles identificatorios de las distintas parroquias y zonas donde la Campaña del Rosario trabaja. Presidiendo la peregrinación, una imagen Auxiliar portada por misioneras y Madres, rodeada de flores, una foto del Santuario Original, innumerables imágenes peregrinas, los retratos del P. Kentenich, Joao Pozzobon, el P. Estaban Uriburu. ¡No podía faltar el de nuestro querido Papa Francisco!
Comenzó la peregrinación rezando el rosario con meditaciones sobre el jubileo, especialmente elaboradas para ese acontecimiento.
Al llegar al Santuario, recibió a la peregrinación el P. Martín Aversano, que ese día cumplía 11 años de ordenación sacerdotal. Con enorme emoción comenzó el rito y arrodillándose dio gracias a Dios, abrió la puerta del Santuario y ofreció un ramo de flores a la Mater.
¡Había comenzado el año jubilar!!! Cuántos regalos recibidos en tan corto tiempo: la entrega del Santuario Original, el Papa Francisco, comprometido en un mismo pensamiento con el Padre fundador de Schoenstatt y el decreto otorgando indulgencia plenaria a los que participen de los actos, durante el jubileo, en todos los Santuarios de Schoenstatt del mundo.
Como familia unida, vivir y regalar alianza solidaria
Con inmensa alegría, peregrinaron luego hasta el salón de usos múltiples donde participaron de la Santa Misa, bendición de embarazadas y luego tejieron una red uniendo cuerdas con las personas que se encontraban a su alrededor, en un gesto de conocerse, vincularse y juntos, trabajar en la construcción de una cultura de alianza, viviéndola y ofreciéndola a la comunidad, misión encomendada por el P. José Kentenich.
La tarde concluyó con el P. Martín soplando las velitas de la torta, por su aniversario y un coro interpretando hermosas canciones, para deleite de los peregrinos.
Por la noche se repitió el festejo, para las personas que no pudieron concurrir a la tarde, terminando la jornada con un festival de fuegos artificiales.
El compromiso, camino al 18 de octubre del 2014
Año jubilar, tiempo de ofrecer muchos aportes al capital de gracias, tiempo de mucha oración y de vivir la alianza con conciencia de que el 18 de octubre de 2014 Schoenstatt debe renacer en la entrega de sus hijos; en el compromiso de las nuevas generaciones, con el mismo fuego de los primeros.
El P. Kentenich así lo decía en el año 1935, (con motivo del 25° aniversario de su ordenación sacerdotal, agradece también a «las generaciones futuras»). «Quiero agradecer asimismo a los que aún no viven, a los que vendrán. Porque, ¿qué será de Schoenstatt si las generaciones futuras no están colmadas y encendidas por este mismo espíritu que nos anima? En la Familia debería ser ley perpetua que cada generación reconquiste Schoenstatt para sí. Agradezco a las generaciones de los siglos venideros por la labor positiva que pueden desarrollar; pero si no hay tal colaboración positiva nos encontraremos ante la ruina de la Familia. En efecto, si Dios no nos da hombres que en cada nueva etapa histórica trabajen con los mismos medios, con los mismos objetivos y por el mismo camino, la Obra será flor de un día, será efímera. Que Dios, que hasta ahora nos protegió y que la Santísima Virgen, que hasta ahora nos cubrió con su manto, derramen sus gracias y su bondad sobre nosotros; que por nuestra fidelidad en la transmisión de los bienes heredados a las generaciones futuras, ellos nos regalen en cada época venidera hombres que entreguen sus vidas por Schoenstatt. Desde aquí quiero agradecer cordialmente a esas generaciones…».
Así deben comprenderlo todos los hijos de ese Padre que entregó su vida por su obra, y juntos grabar a fuego en sus corazones estas palabras:
«Padre, ¡tu alianza nuestra misión!”
