PERÚ, Queca Espinoza. Hoy decidí comenzar a realizar un sueño: estoy apostando para ir a la Peregrinación Jubilar al Santuario Original; quiero ser partícipe de las vivencias que allá se darán y quiero tener la oportunidad de compartir con schoenstattianos de todo el mundo. Seremos como hormiguitas, pero tendremos un corazón encendido al rojo vivo de sólo estar pisando los lugares que caminó nuestro Padre Fundador, de entrar al Santuario Original y sentirme en casa, acogida por la mirada de la Mater; sentir ese “te estaba esperando” y asombrada diré ¿a mí? “Sí, a ti Queca te estoy esperando, como a cada uno de mis hijos que hoy han querido estar presentes aquí, física y espiritualmente para traerme abundante Capital de Gracias”…
Es hermoso trabajar juntas y vivir ese Nada sin Ti nada sin nosotros, le diré asustada; y dulcemente me dirá: “no tengas miedo, estás en el lugar indicado, haz lo que Él te diga así ayudarás al Reino de mi Hijo Amado”. Les digo que quedaré extasiada.
Cantaré con todas mis fuerzas ese “Protéjanos tu manto Reina del dulce Amor…” o “La primera legión” o el “Nunca perecerá…” o quizás el “Tu eres el signo grandioso…”; no sé, pero serán miles de voces alabando y agradeciendo con la certeza de que María aceptó el pedido de nuestro Fundador, se estableció en el Santuario, hubo y habrá una intervención Divina, y con nuestra presencia avalaremos que esta Gran Familia de Schoenstatt caminará por 100 años más.
Emocionante este testimonio y contagia ese deseo de estar en el Santuario Original en un día tan importante.
Miles de peregrinos vivirán estos primeros 100 años en el lugar de inicio y otros miles, a la distancia estaremos pendientes de ese gran día, con la seguridad de que nuestras oraciones, nuestros nombres, nuestras necesidades, serán llevados por nuestros amigos peregrinos.
Gracias por este testimonio