Publicado el 2010-12-08 In Jubileo 2014

¡Todo comenzó en octubre!

Jornada de Delegados: Peregrinación a MaipuCHILE, Hna. Jimena Alliende/mkf. Chile está en camino rumbo al 2014, sin lugar a dudas. Cintas en las banderas nacionales con logo y lema internacional de 2014 en cada Santuario, como también la foto del Santuario Original en cada uno de ellos, y un tríptico representando a las corrientes que llevarán en este trienio al 2014 hablan por sí mismos. Todo comenzó con la apertura solemne del trienio en los Santuarios y ermitas del país, y con la jornada de delegados en octubre.

Participantes

Seiscientas personas representaron a Schoenstatt extendido en todas las diócesis del país, de Arica a Punta Arenas, enlazadas por una red de Santuarios y ermitas, convocados por una misma idea central: ponernos en marcha hacia el 2014, encantados de nuevo por la Alianza de Amor que explica tantas cosas de la vida personal y del Movimiento. Esta jornada se experimentó como una vivencia que sin duda marcará el itinerario hacia el 18 de octubre de 2014.

¡Es la generación del centenario de Schoenstatt en el mundo!

Jornada de DelegadosSe fueron contentos, muy contentos y había razón suficiente. Confluyeron varios factores aparte de todo lo que regalaron por iniciativa propia la Mater y el Fundador en su nueva presencia, los más interesados en el acontecimiento.

Los delegados venían preparados y lo atestiguaron en el ánimo que trasuntaron cuando se encontraron con viejos conocidos – y otros no tanto -, todos trayendo en sus manos el cuadro del Santuario Original que presidió la entrada en el triduo en cada lugar, el 18 de octubre recién pasado y una bandera de Chile que ha pasado a ser el símbolo más importante de este año del bicentenario de la patria. Se presentía que aún estaba fresquita la vivencia. ¡Es la generación del centenario de Schoenstatt en el mundo! Orgullo y responsabilidad, más aún porque se inauguró en el bicentenario de la independencia, año marcado por acontecimientos insólitos.

El logo del centenario visto desde el Cenáculo

Bellavista creó una atmósfera apta para calar hondo en los que han creído que son protagonistas y testigos de un carisma destinado a recorrer la savia de la vida de la Iglesia. Todo estaba lleno de banderas rojas. La estatua del Padre tenía una especial prestancia con las banderas, especialmente la del centenario, que lleva impreso el logo que acompañará estos tres años. Se pidieron propuestas en todas partes y se eligió el enviado por Ecuador. Cada símbolo expresa algo: el Santuario, el mundo, y tres líneas rojas ondulantes que significan las tres gracias que han inundado los cinco continentes, y que desde el Cenáculo se pueden leer como el fuego de Pentecostés que se expande como misión.

Por motivos incomprensibles corrió la información de que era mejor ir a Schoenstatt en otra fecha y no el 18 de octubre, porque todo estaba ya colapsado. ¡Nada que ver! En su intervención ante la asamblea el P. José María García invitó especialmente para el 18 de octubre mismo.Todos serán bienvenidos ese día si quieren vivir en plenitud el centenario, tanto en Schoenstatt como en Roma, y no solo hacer antes o después una peregrinación, local o de comunidad.

Banderas y tinajas

Anforas de las diocesisFuera del Santuario había dos «ramilletes» – por la forma que estaban colocados, al más puro estilo de encuentros mundiales de todo tipo – de banderas chilenas provenientes de todo el país. Eso puso en evidente relación con el Santuario lo que ha vivido el país en este año. Dentro, además de un hermoso arreglo floral en el presbiterio, se podían observar muchas tinajas con la inscripción: nada sin ti, nada sin nosotros. En el momento del envío, cada coordinador se llevó una a su lugar de origen. Camino a la sala de conferencias se expuso en pendones los Santuarios o ermitas de cada lugar con detalles de los lugares, con marcada originalidad en símbolos y entorno.

El misterio de Schoenstatt

Entrega de las ánforasOtro factor para volver a casa contentos fue la sencillez y la cercanía del tema central que fue el leitmotiv de la jornada: el misterio de Schoenstatt, la Mater que se establece en el Santuario Original en una alianza sellada con el Padre y Fundador, en la que involucra a todos sus discípulos en la expansión de la misión de María en el mundo y en la Iglesia. ¡Misterio de Schoenstatt! ¿Se sabe de memoria? Se escuchó con la misma atención y fascinación como si se lo contara por primera vez. En verdad, es bueno saborear ese mundo, que es un regalo enorme. Y también influyó que el tema central dado por la Hna. María Jesús, asesora de la juventud femenina, fuera muy práctico, concreto, interesante, aplicable a la vida, despojado de conceptos más doctrinales. Y no menos importante fue la sonrisa y la alegría que a ella misma le provocaba hablar del tema. Esto fue muy decisivo para los largos encuentros por familias locales o ramas.

Ser apostoles, portadores de la Alianza de Amor

La hermana María Jesús explicó magistralmente el camino para ser portadores de la Alianza de Amor. Para ello, debemos encarnar cuatro puntos:

  • vinculación al Santuario: Cuando creo de verdad que la Mater está ahí, que en el Santuario me transformo, le traigo mi vida, mis decisiones, mis problemas, mis logros, mis aspiraciones, etc.
  • capital de gracias: el misterio de Schoenstatt es que la Mater desciende al Santuario para que sus hijos colaboren. Con esto, nos dice que necesita colaboradores para la obra de Dios a la vez que nos ayuda a educar nuestra personalidad. A través de los esfuerzos y renuncias que se transforman en aportes al capital de gracias, nos vamos transformando.
  • apostolado: debemos ser apóstoles en todo momento, cosa que es diferente de hacer apostolado. A semejanza de un hombre de negocios que estará siempre buscando la oportunidad de negocios, nosotros debemos aproximarnos siempre a los otros apostólicamente ya que «cada persona es una oportunidad única para que nosotros le demostremos cuánto Dios la quiere».
  • vinculación al Padre Kentenich: en este año del padre, tenemos que buscar formas de conocerlo, estudiarlo, mostrarlo a otros.

Una jornada con muchas vivencias

Fue una jornada de vivencias, difícil de transmitir con palabras. Tiempos bien distribuidos, nada fue demasiado largo ni denso y a la vez todo muy elocuente. La juventud escenificó de manera original el acontecimiento de la consagración del Padre a los nueve años. Se pasaron breves audiovisuales motivadores. Los testimonios fueron al meollo de personas concretas: el P. José Manuel López habló sobre el P. Hernán Alessandri, Carmen Delia Sepúlveda ilustró a Bárbara Kast e Isabel Margarita González expuso sobre Mario Hiriart. Lo central fue cómo la Alianza de Amor los modeló.

Peregrinación a Maipú

En MaipúTodos regresaron motivados de la peregrinación a Maipú, el Santuario nacional de Chile, el sábado por la tarde y lo que más tocó fue lo que leyó el P. Carlos Cox sobre lo que el Padre Kentenich le dijo al P. Joaquín Alliende en 1963 cuando él, en nombre de su comunidad sacerdotal, se haría cargo de la pastoral del templo nacional dedicado a la Virgen del Carmen. Para sorpresa de muchos el Padre involucraba a toda la Familia chilena.

El P. Mariano Irureta dio una plática muy motivadora en la línea central de la jornada. En general con la peregrinación a ese lugar santo se tuvo la impresión que se expresaba la presencia de Schoenstatt en la vida de la Iglesia. (Se suele usar la expresión ¡damos Schoenstatt a la Iglesia! Y esa frase encierra una cierta confusión porque el carisma de Schoenstatt ¡es de la Iglesia católica! No está en sus fronteras, sino en su médula, como piedra viva).

Cincuenta años de la cruz de la unidad

No escasean los aniversarios importantes. ¡Se cumplen 50 años de la cruz de la unidad! El P. Luis Ramírez lo motivó con mucho fuego.

Ahora toca transmitir en cada Santuario, ermita, región, Instituto, Federación, Liga, peregrinos, aquello que se recibió que es tan esencial para Schoenstatt y en el contexto de un bicentenario marcado por el terremoto y el rescate de los mineros en el norte. Se «mordió» la vida.

¡Ah! Quedó en el tintero algo importante. Estaba presente la misionera de la Virgen Peregrina que en Copiapó les hizo llegar «a los 33» la MTA al fondo de la mina, a 620 metros de profundidad. ¡Muy simbólico!

Un comentario de un matrimoinio: «Una de las experiencias siempre enriquecedoras, es la posibilidad de compartir y constatar cómo gente de otros lugares y de otras realidades se la juegan por la misión, se esfuerzan en vivir su Alianza y por dar a conocer el maravilloso misterio de Schoenstatt a cuantos les sea posible».

Fuente: Vínculo, Revista del Movimiento de Schoenstatt en Chile y mundoschoenstatt

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