Publicado el 2010-11-07 In Jubileo 2014

Estamos bien, somos hijos de la Alianza. Seguimos juntos. Tu Alianza, nuestra misión

Una foto del rescate en el Santuario OriginalP. Eduardo Auza. El mundo se ha sorprendido y maravillado por el término de la epopeya de los 33 mineros chilenos felizmente rescatados de las entrañas de la tierra. Nosotros como Familia de Schoenstatt nos unimos a este gozo generalizado que es un verdadero triunfo de la humanidad. La solidaridad, la generosidad, la reciedumbre, la sensatez, el amor, el heroísmo, la templanza, la fe, y muchas otras virtudes -por lo demás, todas ellas muy cristianas- florecieron en torno a esta situación convertida en acontecimiento mediático y mundial.

Apertura del trienio en Ecuador

También nosotros, a la sombra de nuestros Santuarios en todo el mundo, damos inicio a un gran acontecimiento: el feliz comienzo del trienio de preparación al jubileo del 18 de octubre de 2014 que cuenta como la fecha de nuestro primer centenario de existencia.

Puntos de comparación entre el acontecimiento de los 33 y el acontecimiento de Schoenstatt

Impactado también por la noticia anteriormente señalada, me he permitido establecer puntos de comparación entre el acontecimiento de los 33 y el acontecimiento de Schoenstatt. A continuación los comparto:

Los 33 mineros son gente sencilla, humilde, trabajadora. Están acostumbrados al sacrificio y al riesgo pero lo han ofrecido todo en el día a día por amor a sus familias y por el deseo de asegurarles el sustento. Hasta ahora, eran gente común, nadie los conocía, eran héroes anónimos. Hoy se han convertido en héroes universales sin haberlo planificado.

Asimismo, también nosotros, especialmente en este trienio, debemos ofrecer con humildad, día a día, nuestro capital de gracias con mucha sencillez, pero sabiendo que esta fidelidad en la entrega, ese sacrificio magnánimo es tremendamente importante, que nos hace héroes del día a día y que aquello que es ofrecido en la patena, sustenta a la Familia. También nosotros aspiramos a que este testimonio anónimo de nuestra Alianza de Amor sea fruto de mucha fecundidad, y por qué no, entonces, aspirar a ser testigos y protagonistas de un «boom mediático» schoenstattiano. Es importante que el 2014 la Familia de Schoenstatt haga noticia, no solo por el número de participantes en su jubileo internacional y las cámaras que pudiéramos captar, sino por la profundidad de vida de sus miembros y la santidad testimoniada al servicio de la vida de nuestros pueblos.

33 nuevas esperanzas

Los 33 estuvieron bajo tierra a 700 metros de profundidad en oscuridad y aislados del mundo civilizado. Ahora han visto nuevamente la luz. Es como si la madre tierra hubiese alumbrado de nuevo a 33 hijos; 33 nuevas esperanzas; 33 nuevas oportunidades, 33 nuevas familias. Ya los «33» no son solo un número, sino que este se multiplica a la enésima potencia y se torna en símbolo y modelo de la fuerza y de la esperanza de todo un pueblo, de toda la humanidad; es signo de la apuesta de lo mejor de nosotros, de lo que es capaz la humanidad de hacer por la humanidad, es símbolo de lo que nos une, de lo que nos hace semejantes, de lo que nos hace hermanos, no de lo que nos separa. Aquí hay un modelo universal ya que sirve para todos los hombres, pueblos y razas.

De la misma manera nuestra Familia de Schoenstatt desde nuestros Santuarios que son nuestra «madre tierra» debemos alumbrar solidaridad y esperanzas a la enésima potencia, porque nuestros Santuarios son el nuevo Nazaret (Tu Santuario es nuestro Nazaret oculto en la noche del tiempo. HP181; Para bendición de tiempos desarraigados en este Nazaret Dios trae salvación a las familias. HP 193)  y porque «allí Cristo nace de nuevo» ( HP 6) y Él es la verdadera esperanza en este tiempo nuevo.

Nuestro jubileo una Pascua

Nuestro jubileo debe llegar a ser una verdadera Pascua (paso o salto cualitativo de un estado a otro mejor) Los 33 han experimentado una pascua, ya nunca sus vidas serán como antes. Siguen siendo los mismos, pero ahora son otros hombres, se han acrisolado en el fuego de la verdadera humanidad, y nosotros con ellos. Así también, por causa de este jubileo, nuestra Familia debe dar un salto cualitativo, de la esclavitud a la libertad; de la individualidad a la magnanimidad; de lo oculto a lo manifiesto; en definitiva, de la oscuridad a la luz y del hombre viejo al hombre nuevo.

Querida Familia, que así como un papel arrugado, lleno de suciedad y con poca formalidad que decía: «Estamos bien en el refugio los 33» nos llenó de orgullo, alegría y nueva esperanza en lo que sí somos capaces de hacer, así también, un anuncio inscrito en lo hondo de nuestros corazones y en nuestras frentes que diga: «Estamos bien, somos hijos de la Alianza. Seguimos juntos. Tu Alianza, nuestra misión» debe ser el gran impulso renovador que nuestra Familia quiera vivenciar y regalar a la Iglesia y al mundo. Que con esta conciencia de victoriosidad caminemos hacia el futuro siendo instrumentos aptos para forjar una cultura de la Alianza, una nueva evangelización.

Que Dios y nuestra querida Mater nos bendigan a todos. Con Cristo, su Hijo…

Carta del P. Eduardo Auza, Director del Movimiento de Ecuador, en preparación a la apertura del trienio. Fuente: Familia del Padre

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