BRASIL, Lucidio Araujo. Con la celebración de la Alianza de Amor este 17 de octubre en el Santuario Tabor de la Libertad, ubicado en Confins, en el estado de Minas Gerais, inició formalmente el trienio de preparación para el gran jubileo del 2014. ¡Empieza la preparación de la gran fiesta del centenario de la Alianza de Amor!
Es una fiesta que inició en el año 1914. ¡Ese día la Stma. Virgen aceptó la invitación de nuestro Padre Fundador y se estableció en Schoenstatt! ¡Empezó ahí un rosario de gracias y bendiciones que ella nos ofrece, como hijos suyos, por medio de Schoenstatt!
Desde Confins hacia Schoenstatt
Desde Confins, del Tabor de la Libertad, nos transportamos al Santuario Original, henchidos de fe y de la certeza de que somos un ladrillo más en le construcción del mundo renovado que nuestro Padre Fundador, José Kentenich, tanto soñó.
Sabedores de la grandeza de nuestra Madre y Reina, nos entregamos por entero para que el «Nada sin ti, nada sin nosotros» sea una realidad para la renovación religiosa y moral del mundo.
Los peregrinos que llegan a darle brillo al festejo, conscientes de las promesas y exigencias de la Alianza de Amor, se esparcen por los jardines del Tabor de la Libertad, portando banderas, pancartas y mucha alegría para decorar la casa de la Virgen.
Que todos se sientan en casa al estar en casa de la Virgen
Son 3.000 o 4.000 personas, ¡pero no importa cuántos sean o cuántos hubieran querido venir! Lo que importa es que cada uno se transforma en una cuenta que adorna el gran rosario de la Virgen. ¡Lo que importa es que este lugar sagrado se vuelve tan familiar para nosotros como es familiar la casa de nuestra Madre! ¡Lo que importa es que todos se sientan en casa, acogidos y abrigados por el manto protector de María! ¡Lo que importa es que todos estamos en Schoenstatt, porque cuando el corazón se acerca las distancias físicas desaparecen!
El gran escenario de la celebración ya estaba preparado en cada corazón para vivir un día de muchas gracias. En esta entrega de almas y corazones a la Stma. Virgen ella nos recibe en su regazo y nos cobija. Acoge nuestras miserias, nuestros dolores y nuestros desencantos. Transforma nuestro ser, convirtiéndonos en personas diferentes. Hace arder en nuestros corazones la conciencia de misión. Así, asumimos el compromiso de luchar por la transformación del mundo, empezando por nuestra transformación interior.
¡La hora es ahora!
Ya que pasaron los momentos de gran vivencia de fe y fascinación por las maravillas que recibimos de las manos cariñosas de la Stma. Virgen, el 17 de octubre de 2010 nos dejó algunas reflexiones.
Al inicio se dio la vivencia de la colocación de los retratos de nuestras familias en una red que abraza al Santuario. Era el simbolismo de la consagración de cada familia a la causa de Schoenstatt, pero también representaba un gran atractivo: que la Stma. Virgen adoptara como hijos suyos a todos los que ahí fueron colocados.
Después se llevó a cabo la procesión y bendición del Santísimo. Fue conmovedor ser testigo del paso de Jesús Sacramentado a través de la multitud. ¡Es Jesús que se coloca en medio de nosotros, haciéndose presente en el festejo de Su Madre! ¡Cuántas gracias recibimos por estar cerca de Jesús!
El Rosario de los Hombres
El Rosario de los Hombres fue un momento de oración que transportó a Dios los pedidos de cada uno de nosotros. En nuestra sociedad, donde se discrimina la oración y es moda olvidarse de la presencia de Dios, El Rosario de los Hombres es un grito de alerta para demostrar que los desencantos del mundo son fruto de los hombres que se han olvidado de Dios.
¿Y qué decir del bello testimonio de vida cristiana y de entrega a la causa de Dios que nos transmitió la representación teatral sobre la vida de don João Luiz Pozzobon? ¡Bella vocación misionera! ¡Bello ejemplo de entrega y de confianza en la causa da la Stma. Virgen!
Comienza oficialmente el último trienio…
Antes de que la celebración de la Eucaristía pusiera punto final al festejo, entraron triunfalmente la bandera del Movimiento y la figura paternal del P. Kentenich, como gesto simbólico del inicio oficial del tercer trienio de preparación del centenario de la Alianza de Amor.
La celebración eucarística, presidida por el P. Lourival Felipe Soares, rector del Santuario, fue le punto final y apoteótico de este festejo. Empezó a caer una llovizna, que la Stma. Virgen mandó para que aprendamos a practicar la solidaridad. Como de milagro, inmediatamente surgieron impermeables que fueron repartidos entre los fieles, de manera que todos se sintieron abrigados. ¡Terminada la lección el sol volvió a brillar!
Verdaderamente la Stma. Virgen nos enseña con los lenguajes más sutiles. ¡Basta con aprender a interpretar la Ley de la Puerta Abierta!
¡Con el ejemplo del SÍ de María, que Dios sea alabado por el SÍ del P. José Kentenich, que Dios sea alabado por la entrega incondicional de don João Pozzobon, que Dios sea alabado por la presencia de cada peregrino que participó en el festejo! ¡En el Tabor de la Libertad cada uno armó su tienda!
Fuente: www.maeperegrina.com.br
Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México
