PUERTO RICO, Solmarie Sotelo. Bajo un sol resplandeciente que fue una bendición luego de una semana muy lluviosa en Puerto Rico, la Familia de Schoenstatt se reunió en un Acto de Solidaridad con el Padre Kentenich el domingo 17 de enero de 2010, adelantando así la conmemoración de un nuevo aniversario del 20 de enero de 1942. El 20 de enero fue el día clave en que, en la práctica, se decidía la partida del Padre Kentenich al campo de concentración. Esta fecha y todo lo que, a partir de ella se desencadenó para el Padre Kentenich y la Familia de Schoenstatt, marca profundamente su historia.
Fue un día lleno de emociones. La familia de Schoenstatt se reunió en la Casa del Padre (Casa de Retiros) donde con cánticos y mucha alegría se bendijo la nueva puerta de entrada y se entronizó una pequeña réplica del Ver Sacrum (lámpara que recuerda la entrega radical de la Juventud Masculina de Schoenstatt en Alemania en la segunda guerra mundial, como Ver Sacrum – «primavera sagrada», que como símbolo entregaron una lámpara de vidrio colorado para el Santuario Original).
Pidieron al Padre Kentenich: «Quédate con nosotros y mientras estés presente entre nosotros no dejes de bendecir nuestros corazones como llegaste a bendecir el Ver Sacrum; no dejes de encender nuestros corazones como encendiste el Ver Sacrum; no dejes de regalarnos tu luz y la llama de tu amor como nos regalaste el símbolo del Ver Sacrum que ahora alumbra tu camino ¡Bendícenos, Padre, y quédate con nosotros en la luz del Ver Sacrum!».
Entre antorchas y banderas, de manos de los pioneros de Schoenstatt, bendecidos por haber conocido personalmente al Padre Fundador, el Símbolo del Padre fue peregrinado hacia el Santuario y todos pudieron vivir el significado de: ¡El Padre esta aquí!
En el Santuario el Padre Mario Mastrangelo los invitó una vez más a la santidad: «…eso es lo que nos falta… más santos en la vida diaria», dijo el Padre mientras meditaba la Oración del Padre Nuestro del «Hacia el Padre».
La presencia del Símbolo del Padre, regalo del Padre Kentenich a la familia de Schoenstatt, fue fuente de alegría para todos. Renovaron la Alianza en la presencia del Padre Fundador y bajo su mirada sacerdotal, ofreciendo su Capital de Gracias a la Mater tres veces Admirable, Reina y Victoriosa de Schoenstatt.
Desde Barranquitas llegaron los niños Trovadores, quienes con el ritmo típico de las montañas de Puerto Rico -con guitarras- entonaron sus trovas con versos alusivos a la celebración del 20 de enero.
El Padre viene, el Padre está con nosotros
El diácono Ronald Rojas reflexionó sobre el tema: «El Padre viene, el Padre esta con nosotros».
Mostró los momentos providenciales en los que el Símbolo del Padre visita Puerto Rico. Destacó: El Padre está con nosotros, y el Padre fue un hombre providencial. También nosotros, sus hijos, hemos de ser providenciales». «El Padre está aquí para recordarnos de que a pesar de que falle lo social, lo político o lo económico, lo religioso jamás puede fallarnos.
El Padre nos recuerda que un hijo de María jamás perecerá». Y, finalmente, como diría Mike Esteves (quien conoció personalmente al Padre Fundador): «¡Que Viva el Padre!».
La celebración eucarística fue un regalo espiritual al tener como celebrante al Padre Francisco Rojas en unión al Padre Héctor y el Padre Mario Mastragelo. La homilía, más que una meditación y un mensaje de esperanza, se convirtió en una oración de acción de gracias y un ofrecimiento a Jesús.
Con la ayuda de sus palabras todos se prepararon para comprometerse con el Padre Fundador, con su persona y su obra. El arriesgó su vida por nosotros. Ahora queremos asemejarnos a él. No nos cuesta identificarnos con él. Nos sentimos sus hijos. Lo que nos cuesta es pasar de la identificación a la imitación.
Como parte de tan especial homilía, los miembros del Consejo Nacional se reunieron en el altar para celebrar la entronización del Símbolo del Padre en el Centro de Peregrinos.
El Padre Francisco Rojas estuvo a cargo de la bendición de este Símbolo del Padre e inesperadamente para todos los allí presentes develó el Símbolo del Padre que se quedará con la familia de Puerto Rico, mientras que el Símbolo del Padre internacional pronto continuará su peregrinación mundial. Cada persona tenía un pequeño Símbolo del Padre con su nombre.
Luego de las oraciones de compromiso con el Padre y del acto de solidaridad con el Padre Fundador, intercambiaron los pequeños símbolos en señal de solidaridad entre la familia.
La intención es rezar por esa persona para que permanezca bajo la mirada del Padre hasta el 2014 y más allá.
La dulzura de la presencia del Padre entre nosotros
Al final de la Santa Misa, con canciones y aplausos, se agradeció por una nueva Primavera Sagrada en la Juventud Femenina de Schoenstatt, despidiendo a dos jóvenes que partieron a Wisconsin el 19 de enero para ingresar a la comunidad de las Hermanas de María: Fabiola y Samari.
Luego de la Santa Eucaristía, Grisobel le dedicó una canción especialmente al Padre Fundador. Todo Puerto Rico estaba representado, grandes y chicos.
Como regalo de cariño paternal de parte del Padre, cada persona recibió una galletita en forma de Símbolo del Padre. Este detallito les trajo a todos mucha alegría filial y la dulzura de la presencia del Padre entre nosotros. ¡Gracias Padre!
