Cristo Redentor

Publicado el 2024-03-14 In Vida en alianza

Peregrinación “al fin de la tierra”

CHILE, Roberto Seguel •

Este sábado 16 de marzo se llevará a cabo la 49 edición de la peregrinación al Cristo Redentor, en la frontera Chile – Argentina, llamada Finis Terrae, “el fin de la tierra”. —

Mario Hiriart

Mario Hiriart

Inspirados en las palabras de Mario Hiriart (1931-1964), joven laico consagrado perteneciente al Instituto de Hermanos de María de Schoenstatt, queremos peregrinar junto a él al Cristo Redentor haciendo nuestro su gran anhelo: “Construiremos en Los Andes un santuario como símbolo de la paz y la unidad de nuestros pueblos y nuestros corazones”.

Este anhelo se renueva cada año el tercer sábado de marzo, cuando, juntos, especialmente chilenos y argentinos, volvemos a hacerlo nuestro.

Una peregrinación abierta a todos

La invitación es para todas las personas que deseen participar en esta peregrinación, junto a sus familias. No es necesario pertenecer a Schoenstatt, a una congregación o agrupación específica, sino que puede ir el que desee, pues esta peregrinación sirve justo para aumentar la fe y para renovarse. Además, es un muy lindo paseo por el día, con maravillosos paisajes y compartiendo con otras comunidades, con una enorme vivencia espiritual.

La meta: el Cristo Redentor

Invitación

Invitación

El Cristo Redentor es una obra del escultor argentino Mateo Alonso, que fue construida en el paso de Uspallata (el Cristo mide 6 metros y la cruz 7), justo en la línea de la frontera argentina-chilena a 3854 m s. n. m. (Coordenadas: 32°49′31″S 70°04′15″O / -32.825306, -70.07075)

Inaugurado el 13 de marzo de 1904, se construyó para recordar la superación pacífica de los problemas por límites fronterizos (tenemos frontera de más de 5300 km, así que alguna diferencia había).

Vale la pena recordar estas palabras de Mons. Ramón Ángel Jara, obispo de San Carlos de Ancud, el 13 de marzo

de 1904, en un fragmento que describe la intención y el simbolismo del monumento: “Y cuando las futuras generaciones suban por estos desfiladeros, conducidos por brazos del vapor, no encontrarán, como en las Termópilas, escrito con sangre en las desnudas piedras, aquel testamento de los heroicos espartanos: ‘Aquí rendimos la vida por defender las patrias leyes’. Antes bien, llegarán a esta cumbre y en el bronce de este glorioso monumento verán grabada con caracteres de fuego una leyenda sublime: ‘Se desplomarán primero estas montañas, antes que argentinos y chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor’”.


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