ALEMANIA, Renate Siebenkäs •
Cada año, el Movimiento de Schoenstatt invita a una misa conmemorativa en el aniversario de la muerte del padre palotino Franz Reinisch, decapitado el 21 de agosto de 1942 en la prisión de Brandenburgo-Görden. Fue el único sacerdote católico que se negó a prestar juramento de fidelidad y fue ejecutado. —
Oficio conmemorativo en la carpa al lado del santuario, Sacerdote Schoenstattiano Andreas Hornung | Foto: Renate Siebenkäs
El Padre Andreas Hornung saludó a los congregados al aire libre y bajo la carpa junto al santuario: «Queremos mirar con gratitud a nuestro patrono de Marienberg, el palotino Padre Franz Reinisch. Su sacrificio de vida merece que pensemos en este fuerte hombre de fe con gran gratitud».
En su sermón, Andreas Hornung retomó el lema de ordenación sacerdotal de Franz Reinisch, que fue ordenado sacerdote el 29.06.1928 -hace 95 años- en la actual catedral de Innsbruck.
En el primer cuadro del 01.07.1928 dice en referencia a 1 Cor 15,10: «Por las gracias de Dios soy lo que soy». Padre Hornung: «Franz Reinisch puso deliberadamente «gracias» en plural. Da gracias por las muchas gracias que ha recibido de Dios. Mirando retrospectivamente su extraordinaria dedicación a la vida, podemos ver lo bien que encaja este lema primordial con el Padre Palotino, cuyo proceso de beatificación está en marcha en Roma».
La gracia de Dios en la vida de Franz Reinisch
En su sermón, el P. Hornung mostró cómo la gracia de Dios se manifestó en la vida del padre palotino desde el principio hasta su muerte violenta el 21 de agosto de 1942 en la guillotina de Brandeburgo.
Dice Hornung: «La gracia de Dios le acompañó desde su más tierna juventud. Sus padres eran muy piadosos. Franz Reinisch estaba inflamado por el corazón de Jesús, por el amor al Salvador eucarístico y por la devoción a María. Así, su carácter pudo formarse religiosamente hasta la médula. La gracia residía también en la exuberante alegría de vivir, en el gran deseo de vivir. Sólo a través de la gracia pudo darse cuenta de que la abogacía no era el camino correcto, y también romper con el amor íntimo por su novia Ludowika Lindhard para seguir su vocación de sacerdote».
Gracias y cruz
El padre Hornung describió cómo la cruz y el sufrimiento atravesaron también la vida del mártir. Empezando por cosas en realidad banales, como su adicción al tabaco, que le causó grandes problemas no sólo en el noviciado de Untermerzbach. Una y otra vez tuvo que abandonar fructíferas áreas de actividad como pastor, tuvo que cambiar de puesto para salir de la línea de fuego del Tercer Reich. La prohibición de predicar le causó muchos problemas. Pero todo esto no sirvió de nada.
Fue llamado a filas y maduró en él la decisión de negarse a prestar juramento a Hitler. Su conciencia era la máxima autoridad. Una opinión que el Concilio Vaticano II no hizo sino reafirmar muchos años después.
Hanne Widera como lectora | Foto: Renate Siebenkäs
El lugar de gracias de Schoenstatt
La gracia de Dios actuó en él con especial fuerza cuando llegó al lugar de gracias de la Virgen en Schoenstatt. El santuario se convirtió para él en un lugar de salvación, un santuario, un taller. Allí estaba rodeado del amor de María y del calor de la comunidad de la casa.
En la cárcel, el P. Reinisch escribió retrospectivamente: «Si no hubiera tenido este lugar de gracias, nunca habría seguido este camino, o me habría apartado o desesperado».
Franz Reinisch sólo soportó todo el brutal calvario de la estancia en la cárcel de Berlín porque pudo ponerse espiritualmente en la capillita de Schoenstatt una y otra vez. Personas como el Padre José Kentenich o el capellán de la prisión Heinrich Kreuzberg también le ayudaron a seguir su camino ante la muerte.
En resumen, decía el P. Hornung, se podría decir:
Alguien quiso quitarle la vida. Él lo defendió: «No le pertenece, mi vida pertenece a otro. – Por la gracia de Dios, soy lo que soy».
Conmemoración
Orientar, no copiar
Lápida conmemorativa del Padre Franz Reinisch | Foto: Renate Siebenkäs
Al final de su sermón, el Padre Hornung preguntó:
«¿Podríamos estar a la altura del ejemplo del Padre Franz Reinisch?». Probablemente no podríamos, pero esa no es la pregunta correcta. Podemos tomar ejemplo de este mártir profesando y viviendo nuestra fe como congregantes de la gracia.
El testimonio de fe de Franz Reinisch llega al corazón. También hoy hay testimonios de fe que llegan al corazón: en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, por ejemplo, o cuando los jóvenes sacrifican su tiempo para organizar campamentos para niños.
«¡Si tienes un problema, acude a mí!»
Tras la misa, los fieles marcharon hasta la lápida conmemorativa de Reinisch. Allí se cantó la canción de regreso, que el P. Franz Reinisch escribió poco antes de su ejecución: «Tú eres el signo grandioso…».
El acto concluyó con la oración de beatificación. En el pequeño retrato con la oración hay una frase de Franz Reinisch que vale para todos: «Si tienes un problema, ¿por qué no te diriges a mí?».
El sacerdote schoenstattiano Andreas Hornung dio las gracias a Hanne Widera por haber captado el fuego Reinisch. Cada año ella organiza esta conmemoración desde el backstage.
Una mujer dijo: «Mi gratitud es grande porque a través de este profundo servicio conmemorativo volví a ser consciente de cómo actúa la gracia de Dios en mi vida. Ahora le prestaré más atención. Agradezco a mi Padre celestial todas sus gracias y sigo pidiéndolas a diario».
También en el Santuario Original de Schoenstatt – el domingo 20 de agosto – tuvo lugar una conmemoración del aniversario de la muerte del P. Franz Reinisch.
Franz Reinisch con sus padres
Foto de portada: El Papa Frncisco bendice una imagen de Franz Reinisch, audiencia del Movimiento de Schoenstatt el 25 de octubre de 2014. Foto: Vatican Media con derechos de publicación para schoenstatt.org.
Original: alemán. Traducción: Roberto M. González, Bonn, Alemania
